Fútbol
Del cielo al infierno: así fue el partido de Álex Jiménez con el Nàstic ante el Hércules
El murciano brilló en los primeros 40 minutos, pero fue expulsado tras dos amarillas

Álex Jiménez en el duelo frente al Hércules.
Caminaba el partido por el minuto 40 cuando Álex Jiménez volaba sobre el verde. Su confianza era total y absoluta. En cada acción en la que intervenía mejoraba el flujo ofensivo del Nàstic, ofreciéndole esa capacidad de desequilibrio tanto con la pelota como sin ella. Cristóbal Parralo le había dibujado por segunda semana consecutiva un contexto ideal para su destape. El murciano actuaba al lado de Marcos Baselga en el frente ofensivo, pero con total libertad de movimientos. Tenía licencia para caer por donde quisiese, porque es un futbolista que, cuantos menos grilletes, mejor.
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El delantero grana había generado el primer gol con una maravillosa asistencia que terminó en penalti y, en el segundo tanto, también tuvo el poso y la inteligencia para iniciar la jugada que acabaría con el gol de Pau Martínez tras un centro de Jaume Jardí. Álex Jiménez estaba siendo un incordio constante para una defensa del Hércules que le sufría en sus carnes. Les generaba incomodidad con balón y les mordía con agresividad sin él. En cada presión se dejaba la vida, porque era consciente de que ahí estaba el partido.
Hoy, hasta la expulsión, también estaba haciendo un gran trabajo
En la valoración posterior, Cristóbal Parralo quiso subrayar precisamente ese crecimiento del murciano: «Cedric no ha jugado de inicio en estos últimos partidos porque, aunque jugó en los dos primeros, ahora estamos jugando con Álex, que hizo un partido muy interesante en Villarreal. Hoy, hasta la expulsión, también estaba haciendo un gran trabajo». El técnico no escondía que Jiménez se había ganado el sitio con actuaciones solventes y llenas de personalidad.
Nada hacía presagiar que una tarde de ensueño pudiera convertirse en pesadilla, pero el fútbol te borra la sonrisa cuando menos te lo esperas. Todo sucedió en apenas un abrir y cerrar de ojos. Se pasó del todo a la nada en tres minutos. Álex Jiménez dejó atrás una actuación que iba para definitiva en el debate sobre su titularidad, pero todo cambió cuando vio dos amarillas en apenas tres minutos. En ambas, Rentero llegó un segundo antes a la acción para dejar a Álex fuera de juego. No fue cuestión de centímetros —ojalá—, fue cuestión de dos entradas tardías que dejaron al murciano fuera de combate y al Nàstic con uno menos.
Aquella roja terminó siendo mortífera para un conjunto tarraconense que acusó mucho la inferioridad numérica sobre el verde. Con Álex Jiménez perdió piernas en la presión y capacidad de desequilibrio y desahogo en ataque. Todo acabó en un empate que no contentó en absoluto a unos tarraconenses que terminaron conformándose con un amargo punto.
Un parón obligado
Ahora Álex Jiménez deberá descansar de forma obligatoria durante un partido, ya que la roja frente al Hércules provoca que sea baja en la visita del viernes al Sevilla Atlético. El Nàstic pierde intensidad y determinación en el frente ofensivo, y se abre el debate sobre quién ocupará su lugar. Cedric parece partir con ventaja, pero está claro que igualar el nivel del murciano en los últimos encuentros no será fácil.