La odisea hasta la élite del nuevo lateral del Reus, Shaq Moore

El internacional por Estados Unidos cruzó el charco casi a ciegas y estuvo un año sin poder jugar hasta legalizar su documentación. 900 euros, su primer sueldo profesional

16 julio 2018 17:33 | Actualizado a 19 julio 2018 16:25
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La historia de Shaquell Kwame Moore (Powder Springs, Estados Unidos, 1996) no se relaciona con una dulce fábula. Más bien se trata de una odisea repleta de obstáculos. Sólo con 21 años, el nuevo lateral derecho del CF Reus ha precisado solucionar situaciones inverosímiles antes de alcanzar el estatus que ahora mismo ostenta en la élite. La crudeza del camino le ha madurado, le ha endurecido la piel.

Shaq Moore no es un ciudadano americano al uso. No hizo honor a su nombre y evitó el baloncesto. Prefirió el soccer, todavía en expansión en el gigante estadounidense. Se formó en la Academia IMG y en las categorías inferiores de FC Dallas, de la Major Soccer League. Con apenas 18 años, su vida cambió. No sólo a nivel deportivo. Cruzó el charco casi a ciegas para crearse un futuro ligado al fútbol. Viajó a Valencia sin apenas saber qué le iba a deparar el destino.

 

El defensor americano probó para las canteras del Valencia y del Levante, pero acabó en el desparecido Huracán Valencia, donde firmó su primer contrato profesional en el curso 2015-16. Justo hasta la quiebra económica del club de Torrent. Durante esa temporada Shaq permaneció inactivo casi un año hasta regularizar sus papeles. Vivía en la Residencia Deportiva La Petxina e incluso le confundieron con un inmigrante africano en el trámite de papeleo legal. Su debut con Huracán Valencia se produjo en un partido de Copa ante el Socuéllamos. En total, completó seis apariciones en en Segunda B con el sueldo inicial de 900 euros.

 

 

La desintegración de Huracán Valencia le llevó a una breve experiencia en el Vetusta, el filial del Oviedo, de Tercera División. Por aquel entonces, Shaq ya enseñaba unas condiciones físicas potenciales, capacidad para un progreso de élite, aunque carecía de continuidad. Los problemas parecían no desaparecer nunca.

 

Se abre la puerta granota

La relación entre Shaq Moore y el Levante fructificó en verano de 2016, cuando ingresó en el filial para formar parte del proyecto de cantera de la entidad granota. Se agarró con fiereza a una oportunidad por la que suspiró muchísimo. El estadounidense mantuvo una especie de flechazo con el técnico de la primera plantilla, Juan Muñiz. Éste lo incorporó con rapidez a los entrenamientos de de los mayores. Incluso, el pasado verano, Muñiz pidió al club que no sobrepasara la nómina de extracomunitarios para poder tirar de él si las circunstancias lo exigían. Muñiz cumplió.

 

El Levante vivió una pequeña pesadilla en forma de lesiones. Sobre todo en el carril derecho. Cayó de gravedad Iván López en el Bernabéu, se sumó Pedro López poco después. Aquello que presagió Muñiz en pretemporada se dio. Y éste puso a jugar a Shaq. El americano debutó en Girona, durante un partido de Copa en octubre de 2017. En el campeonato de Liga estrenó titularidad con brillantez en Las Palmas, sólo un mes después. Atendió con mucho rigor al marcaje de Vitolo, ahora brillante atacante del Atlético de Madrid. Shaq aumentó prestaciones. Creció su caché. Asombró a los hinchas, esperanzados por la irrupción del canterano.

 

La renovación

El Levante comprobó la emergente realidad de Shaq y aceleró las negociaciones para ampliarle el contrato, que finalizaba en junio de 2018, aunque mantenía la posibilidad de alargarlo hasta 2020. Hoy, Moore ya presume de una vinculación hasta 2022, con firma estampada. El Levante le ve como un valor de futuro. Eso sí le ha convencido para que salga cedido y acabe de explotar en el fútbol profesional. Elche, Albacete y CF Reus pujaron fuerte por el préstamo. Ayer, inauguró su aventura en la capital del Baix en su primera sesión de trabajo.

Lateral profundo y ofensivo, de físico privilegiado y todavía en edad de mejora, Moore se enfrenta a la tremenda responsabilidad de ocupar el vacío que dejó Miramón. El reto propone emociones fuertes.

 

El carrilero diestro se ha presentado en Reus con credenciales esperanzadoras. Ocho partidos en Primera y la nacionalidad de Trinidad y Tobago bajo el brazo. Ya no ocupa posición de extracomunitario. Ha podido acceder a esa condición gracias a su padre, originario de esas islas caribeñas. El Tratado de Contonú le permite no actuar como extranjero en el fútbol español. El overbooking en el lateral derecho granota, con Coke Andújar, Pedro López e Iván López como inquilinos, ha provocado la salida del americano hacia Reus.

 

Moore forma parte de la nueva ornada de jóvenes que completan la selección nacional de Estados Unidos. Este mes de junio estrenó su internacionalidad en un amistoso ante la recién campeona del Mundo, Francia. Antes había disputado el Mundial sub-20 en Nueva Zelanda.

Para completar el sinfín de peripecias que ha superado Shaq, un hacker informático le pirateó la cuenta de Instagram hace menos de un mes, aunque consiguió recuperarla pocos días después.

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