La crónica del Reus-Girona B (1-0): El '2' se vistió de '7'

El ‘2’ se vistió de ‘7’. El día después de que se cumplieran quince años del fallecimiento del eterno ‘7’ del Reus, Jordi Pitarque, Alberto Benito sacó alma de delantero para, con un latigazo perfecto tras centro de Sergi Casals, marcar el primer gol del conjunto rojinegro en Segunda RFEF y atar una victoria que sabe a gloria.

Un Benito que ya fue el autor del primer gol del Reus Deportiu en la Segunda División, y que tuvo el colmillo en un partido serio de un equipo que baila al mismo ritmo pese a haber cambiado de pista y de esquema. Se las vio contra un Girona B renovado y terminó defendiendo con uñas y dientes un resultado que corona un debut redondo.

El Reus de Whiskyn’s anticipaba la que iba a ser una tarde especial en el Estadi. Por muchos motivos: la vuelta al fútbol estatal. Las ganas de dedicarle la victoria a Jordi Pitarque. El empuje de una afición hambrienta. El espíritu de lo que fue este estadio, que está volviendo más fuerte que nunca.

Un espíritu que mantienen tanto los quince supervivientes del curso pasado como las nuevas incorporaciones. Porque cambió la pista, pero siguió el baile. El Reus de Marc Carrasco sigue danzando al mismo ritmo. Con el mismo latido.

Delante, un viejo conocido de la Tercera RFEF. Un Girona B que afronta el primer curso en la Segunda RFEF con hasta diecisiete caras nuevas y que tan solo mantiene unos pocos jugadores de la aventura en la quinta categoría. Comandado por Quique Álvarez, el filial gerundense tiene madera y talento, pero deberá adaptarse a la categoría.

Igual que los de Marc Carrasco, que no acusaron la inexperiencia colectiva en Segunda RFEF y no tardaron en avisar. Ricardo y Fran, Fran y Ricardo, sociedad ilimitada. El portugués le ponía un pase al espacio al tarraconense, que llegó a la línea de fondo por el flanco izquierdo y lanzó un pase atrás que buscaba de nuevo al ‘10’ y a Dani Homet, que andaban por ahí, pero se perdió sin rematador. Dos minutos después volvía a tenerla Homet, colándose entre la defensa por la izquierda y lanzando un chut que atrapó sin problemas Sergi Puig. Primeros minutos de respeto y expectativa.

Los rojinegros se arropaban en su esquema de cinco defensas, con Xavi Molina, Lluís Recasens y Andy Alarcón cerrando y Alberto Benito y Sergi Casals volando muy alto en los carriles. Fran Carbia y Ricardo Vaz partieron de la banda y ocuparon líneas interiores para apoyar a Xavi Jaime y Sandro Toscano en la medular. Y Dani Homet, arriba, fijando y con la caña a punto.

Costaba conectar con los de arriba, pero cuando los reusenses lo conseguían, la orquesta se afinaba. A los gerundenses también les era difícil y apenas pudieron aproximarse de forma clara a la portería de Dani Parra, muy poco exigido salvo un disparo de Shinnosuke Katsushima. El Reus, por su parte, fue madurando el partido y terminó la primera mitad con más aproximaciones, pero sin colmillo.

Un colmillo que los rojinegros se veían obligados a afilar en la segunda mitad, ante un Girona que no le hacía feos al empate. Y en el 52’ le caía a Homet la más clara hasta la fecha, cuando Casals le ponía con la zurda un caramelo que Sergi Puig detuvo de forma milagrosa con los pies. El mordisco se vislumbraba.

Y llegaría apenas cinco minutos después, de banda a banda. Casals llegaba hasta línea de fondo y la ponía al corazón del área. Intentaban el remate Homet y Carbia. No lo conseguían. Pero había un guardaespaldas con el 2 perfectamente colocado. Alberto Benito, autor del primer gol del Reus en Segunda División, la controló con el pecho y zas. Latigazo con la diestra, para adentro y de nuevo su nombre en la historia de este club.

Quique Álvarez agitó el banquillo para revolucionar el partido. Hizo, obligado, un paso adelante y el equipo reusense buscaba el equilibrio entre ir a por el segundo y conservar la ventaja que le daba el primero. Para dar aire entraron Aitor Serrano y Miquel Ustrell, que debutaba, por Ricardo y Fran, que ayudaron a controlar con más energía el ritmo del partido. Y de metrónomo, no hay otro como Ramon Folch, que ingresó a falta de diez minutos para el final.

El filial gerundense atacaba con todo. Pasó a defender con cuatro y a cerrar con dos. Dominó el cuero y el Reus se defendió con ahínco. Se puso un vestido al que no había estado muy habituado el año pasado, pero que será indispensable este curso. Y el equipo supo bajar al barro el día en que el ‘2’ se vistió de ‘7’ para coronar un inicio triunfal. Por ti, Pitae.