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Epidemia de gripe: vuelven las mascarillas, en ciertos casos y lugares

Ministerio y autonomías pactan un protocolo común y único en todo el país para tratar de frenar la epidemia estacional de virus respiratorios

Mascarillas en el Hospital Joan XXIII, en una imagen de archivo.

Mascarillas en el Hospital Joan XXIII, en una imagen de archivo.PERE FERRÉ

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El Documento Marco de Recomendaciones para el control de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) aprobado este miércoles establece una serie de medidas a adoptar en función de la intensidad de los contagios, entre ellas, la de ponerse mascarilla siempre que se tengan síntomas, así como en hospitales y residencias.

El nuevo plan define tres escenarios de riesgo, que se sucederán según aumente la incidencia de nuevos casos, la hospitalización, los ingresos en UCI y la mortalidad, entre otros indicadores: de epidemia de nivel bajo o medio, de nivel alto, o de nivel muy alto, que vendrán determinados por los niveles de transmisibilidad detectados junto a la evaluación del resto de indicadores y el análisis del impacto en los recursos asistenciales y en la población susceptible. No hay umbrales fijos estatales para saltar de nivel. Serán distintos según las circunstancias concretas y particulares de cada autonomía.

Cada uno de los escenarios, lleva aparejadas una serie de medidas, cuya aplicación debe hacerse de forma escalonada e incremental, de modo que en cada nivel estén también en vigor las recomendaciones de los anteriores. No obstante, hay una serie de recomendaciones generales para todos ellos, entre ellas, el uso de mascarilla quirúrgica cuando se tengan síntomas, especialmente si van a tener contacto con personas vulnerables, o la reducción de interacciones sociales en esos casos.

La mascarilla no será de uso obligatorio en los centros sanitarios españoles y en las residencias de mayores al menos hasta que la epidemia de gripe alcance su nivel alto. Sin embargo, se aconseja su uso en áreas sensibles (como unidades oncológicas o de trasplantes) tanto por profesionales como por pacientes y acompañantes; en centros residenciales, se mantiene el uso continuado por trabajadores con síntomas, y se pueden adoptar medidas adicionales si se detecta transmisión. 

El protocolo único, además de contener medidas para acelerar la vacunación y promover la higiene básica (lavado de manos, evitación de aglomeraciones, ventilación de estancias), aconseja el teletrabajo para los ciudadanos con síntomas y la baja laboral si son trabajadores de residencias de mayores

Los tres escenarios

El nivel 1 corresponde a la transmisión baja y moderada del virus, momento en el que ya nos encontramos. Se recomienda el uso de mascarilla y del teletrabajo (si es posible) a toda la población con síntomas y la utilización de mascarillas por el personal sanitario, pacientes y acompañantes que usen zonas vulnerables (como pueden ser las salas de tratamientos oncológicos o las unidades de trasplantados). También se pide alejar de los internos a los trabajadores de las residencias con síntomas o, de no ser posible, darles la baja por cinco días (con mascarilla en su retorno hasta fin de los síntomas).

En el nivel 2, el de transmisión alta, se recomienda la mascarilla a los sanitarios, pacientes y acompañantes en salas de espera y urgencias de centros de salud y hospitales, a todos los profesiones de residencias y a los internos vulnerables por edad o enfermedad. En ambos casos, el protocolo contempla la posibilidad de acordar el uso obligatorio de las mascarillas en ambulatorios, hospitales o residencias según "la situación específica o de vulnerabilidad" del territorio o del centro. No se especifica, pero se deduce que acordarán la obligatoriedad las autoridades autonómicas o la dirección del centro, según el caso. Se estima conveniente, de igual modo, que use mascarilla todo aquel que trabaje de cara al público y, en esta fase, también se permite restringir visitas a las residencias (siempre sopesando la situación de cada interno) y se deberán acordar refuerzos para asegurar el buen funcionamiento de ambulatorios, urgencias y UCIs.

Si se alcanza el nivel 3, el de transmisión muy alta (incluso pandémica), ministerio y autonomías se reunirían de urgencia en Conferencia Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) para aumentar su coordinación y acordar medidas "adicionales y excepcionales".

Escalada de contagios

La epidemia de gripe comenzó hace al menos una semana, cuando los casos detectados en primaria llegaron a 40 por cada 100.000 habitantes (traspasaron la frontera epidémica de los 37) y subieron un 14% en siete días. La espiral de infecciones va a crecer con gran rapidez como lo demuestra que en Madrid la tasa actual de contagios sea ya de 112 infectados por 100.000 habitantes (casi el triple en una semana), que en la Comunidad Valenciana se rondan los 111 y que en Cataluña se alcanzan los 164 infectados por 100.000. Este año el pico epidémico máximo podría llegar entre mediados de diciembre y comienzos de enero, con la Navidades como fecha probable.

La razón del adelanto de la epidemia y de la previsión de un aumento de las hospitalizaciones está en que los preliminares apuntan a que esta temporada la variante del virus más presente es la H3H2 y, en concreto, un nuevo subtipo, el subclado K. Esto significa que va a haber muchos más contagios y más rápidos porque la variante H3H2 ha tenido poco protagonismo en los últimos años (con lo que los ciudadanos tienen una menor inmunización natural contra ella) y porque el subclado K no está entre los componentes de la vacuna que se está pinchando, por lo que la protección contra este subtipo será muy baja y aumentará la hospitalización de mayores y otros grupos de riesgo.

La temporada pasada de gripe, pese a no considerarse una de las que registró una menor incidencia epidémica, obligó a 33.000 hospitalizaciones y provocó 1.825 muertes

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