¿Cuál es la mejor temperatura para cada vino?, ¿Qué ocurre cuando un vino está demasiado caliente o excesivamente frío? A estas y otras preguntas dará respuesta la sumiller Meritxell Falgueras en la presentación de la única funda térmica del mercado, Cold2Wine, que mantiene la temperatura estable a 15 °C del vino tinto y a 10 °C el vino blanco y cava, durante más de cuatro horas, y cuya tecnología ha desarrollado por Biofreshtec. El acto tendrá lugar el martes, 5 de marzo, a las 12 horas, en el Club Nàutic de Cambrils.
¿Por qué es tan importante servir el vino a una temperatura adecuada?
La funda pretende dar solución, tanto a la demanda del mercado como al sector de la sumillería, al hándicap de que el vino tinto se sirva a la temperatura perfecta, 15 grados. Aunque existen otras fundas y maneras de refrigerar el vino, como por ejemplo una cubitera, siempre es un método a ojo de buen cubero, es decir, no es una ciencia exacta. Así, según que vinos, sobre todo los de cierta calidad, y la época del año es primordial servirlos a la temperatura perfecta.
De lo contrario, la experiencia de disfrutar de una copa no es igual de placentera.
Como asesora vitivinícola, lo importante es que el cliente pueda disfrutar del vino a la temperatura ideal. Mientras que con el vino blanco y rosado hemos interiorizado que debe servirse a 10 grados, cuando se trata de un vino tinto, te encuentras verdaderos desastres, que van en detrimento de la facturación del sector de la restauración.
La funda térmica consigue mantener la temperatura estable durante 4 horas.
Nosotros defendemos disfrutar del slow food y la slow life, lo que trasladado al mundo del vino significa beber con moderación y que no tengas que terminarte el vino a cara perro porque se calentará la botella.
Otro contratiempo es la estacionalidad en el consumo del vino tinto.
Sí. Todavía hay consumidores que solo lo beben en otoño, de la misma manera que otros alimentos más calóricos, y que prefiere el vino blanco cuando hace calor. Pero hay mucha gente a quien solo le gusta el vino tinto y se pregunta por qué no puede tomarlo fresco en verano. Por todo ello, la comercialización de vino tinto pierde impulso en los meses de calor, quedando ‘marginado’. Por ello, la funda térmica es una manera de dar un empujón a los elaboradores, que ya que bastante mal lo están pasando con la sequía.
«Una temperatura alta hace que el vino parezca más astringente, y una botella demasiado fría pierde la suavidad y el sabor»
¿Cómo la temperatura puede empeorar un vino de calidad?
Por un lado, una temperatura demasiado alta hace que el vino parezca más astringente y alcohólico, y, por otro lado, cuando se enfría demasiado se vuelve más duro, es decir, pierde la suavidad y el sabor. Demasiado frío anestesia las papilas gustativas y las sensaciones olfativas. Una sopa huele que alimenta, mientras que un helado no. A veces caemos en la tentación de dejar el vino tinto en la nevera y lo único que conseguimos es fastidiarlo.
Esto también contribuye a que la esencia y la historia que hay detrás de cada vino sea más difícil de comunicar.
Sí. Detrás de cada botella hay un gran esfuerzo, una vendimia exhaustiva y con los mejores racimos. Por ello, es tan importante seguir el protocolo y servir el vino tinto a una temperatura estable, lo que a su vez es una manera de reivindicar que el vino tinto se puede beber durante todo el año. Todo ello sin olvidar la función del sumiller como embajador del vino.
La provincia de Tarragona reúne en su territorio a ocho Denominaciones de Origen (DO). ¿Qué opinión le merece?
Tarragona es el hogar del vino catalán como demuestra que las Denominaciones de Origen más internacionales estén en la provincia. Es un orgullo.
«La funda térmica es una manera de dar un empujón a los elaboradores, que ya que bastante mal lo están pasando con la sequía»
¿Cuáles son los principios de la comunicación vitivinícola?
Sobre todo hablar de emociones, como hacemos a través del proyecto Mujeres del vino, que pone en valor el trabajo hecho por elaboradoras y profesionales del sector. Así, cada vez más, el lenguaje vitivinícola está más impregnado de expresiones emotivas y sensoriales.
Asimismo, ¿qué nociones básicas debe tener alguien que se adentra en el mundo del vino por primera vez?
Debe concebir una copa de vino como el arte, es decir, introducirse en la obra para sentir y poder expresar lo que siente, aunque no estemos demasiado acostumbrados a ello.
Las guías de vino pueden resultar un empujón.
En la vida, a veces cuando no sabemos expresar nuestro estado de ánimo con palabras, nos resulta más fácil escoger un número del 1 al 10. De la misma manera, las puntuaciones ayudan a apreciar la calidad de un vino. Aunque se trate de la valoración personal de un crítico, el consumidor puede sentirse más o menos identificado con sus notas.
También deberíamos dejarnos llevar.
Completamente y, sobre todo, expresar lo que queremos para poder disfrutar de cada copa.
