El aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio a 2021 ha caído como una jarra de agua fría para buena parte de los deportistas. Las Olimpiadas es el mayor reto. El sueño que les inspiró en sus primeros pasos. Acudir al evento deportivo más importante de cuantos se celebran es el objetivo de todos. Prevalece por encima de otros y a su alrededor se construyen todos los planes de trabajo. El llamado ciclo olímpico (de cuatro años). Un periodo que ha quedado roto en pedazos por la pandemia del coronavirus. Las preparaciones en la que muchos deportistas habían confiado para sellar su billete a Japón han saltado por los aires y deberán reformularlo en los próximos meses. Los que han conquistado su derecho para participar en la próxima edición de los Juegos, como son los casos de la remera ampostina Aina Cid y la atleta Marta Galimany, lo harán pensando únicamente en la cita del 23 de julio al 8 de agosto, mientras que el resto deberá primero esperar a que se decidan las nuevas fechas de los clasificatorios y después, si logran el premio, centrarse en la competición olímpica.
Para unos pocos, el aplazamiento ha sido una bendición. Para el boxeador tarraconense Adrian Thiam Creus estos meses de margen le han permitido volver a soñar con alcanzar la meta de Tokio. El púgil se perdió los clasificatorios europeos por lesión. En una sesión de entrenamiento con un sparring el tarraconense se fracturó el primer metacarpiano del dedo gordo de la mano derecha que le obligó a un tratamiento quirúrgico con agujas de Kirschner. Tampoco conseguía dejar atrás la lesión en el hombre que se produjo durante un certamen en la isla de Tenerife Obligado a parar, el tarraconense tuvo que ver cómo el seleccionador española Rafael Lozano -bronce en Atlanta 1996 y plata en Sindey 2000- llamaba al sevillano León Domínguez para ocupar la plaza de Thiam en el preolímpico clasificatorio europeo de Londres.
Al boxeador catalán solo le quedaba el torneo clasificatorio mundial que iba a disputarse en París del 13 al 25 de mayo de 2020. Una cita complicada ya que la recuperación de la mano le iba a impedir llegar en plena forma al definitivo: «El retraso de los Juegos Olímpicos me ha venido bien. De haber ido a Francia no hubiera podido llegar con el nivel suficiente para lograr la clasificación y tras tanto tiempo preparándome hubiera sido un chasco importante. Tendría que ir pensando en los JJ.OO. París 2024», cuenta.
La pandemia del covid-19 sorprendió al boxeo precisamente en pleno preolímpico de Londres. Ya se habían disputado algunos combates. Entre ellos la primera ronda del peso 63kg, en el que está Adrian Thiam, y que supuso la eliminación de su sustituto el joven León Domínguez, lo que hace imposible que el tarraconense pueda participar cuando se reanuden. Sí que podrá hacerlo en el preolímpico mundial de París, sin0s fecha. La última oportunidad de Thiam Creus para obtener su primer pasaporte olímpico.
Recuperación en confinamiento
Para eso trabaja. Para llegar en plenas condiciones a ese torneo. Lo hace desde su confinamiento en su casa, en Tarragona. Dejó la Residencia del Centro de Alto Rendimiento Joaquín Blume de Madrid antes de que se cerrara. «Cuando el equipo se fue a Londres me quedé solo y no tenía sentido sin los técnicos entrenar, así que me volví», cuenta.
El confinamiento le impide acudir a un centro para llevar a cabo la rehabilitación que necesita su mano. Sigue todas las pautas desde su casa que le marca y supervisa el fisioterapeuta del equipo nacional español de boxeo Carlos Rocha. Las videollamadas sirven para controlar los progresos de Adrián Thiam que adquirió un kit específico para ejercitar las manos. El púgil tarraconense no abandona tampoco los ejercicios básicos que puede realizar en su domicilio. Abdominales, flexiones, subir escaleras, etc. No es lo mismo que estar en el Centro de Alto rendimiento o en el gimnasio, pero le permite aguantar el físico durante la cuarentena. Thiam No quiere perder ni un segundo. Tokio 2021 le ha dado una segunda oportunidad y no quiere desaprovecharla.
