«Quiero darle al Nàstic el Lupu del Numancia»

El delantero del Nàstic espera reencontrarse con el gol lo antes posible para ayudar a sumar todos los puntos posibles hasta final de temporada

19 abril 2023 13:06 | Actualizado a 20 abril 2023 07:00
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Andrei Lupu (Braila, Rumanía, 25 años) lleva dos temporadas y media en Tarragona. Un tiempo convulso con lesiones, golpes en la cabeza y fractura en la mandíbula que le han puesto las cosas complicadas en el Nàstic. Pese a ello, no ha perdido nunca el apoyo de una afición que le aclama cada vez que sale (’Lupu, Lupu’) y un grupo de personas que le han acogido como uno más de la familia. Es feliz y quiere convertir ese sentimiento en goles. Lo único que se le resiste.

Encadena por primera vez cinco partidos de titular por primera vez.

La verdad es que estoy bastante bien. Ya estoy con la forma física que necesitaba coger y con ganas de seguir así y aportar mi granito de arena para conseguir victorias.

¿Te falta el gol?

Se me resiste. Contra La Nucía aquí en el Nou Estadi hice dos palos. Dije: «No puede ser». Con trabajo al final se conseguirá. Entrará. Espero que sea pronto.

No se puede decir que no lo intentes.

Tengo muchas ganas. Después del principio de temporada que he tenido, ahora que me veo en forma y progresando es lo único que me falta. Espero que entre este fin de semana.

Eres uno de los jugadores más queridos de la afición. ¿Cómo has conquistado a una grada tan exigente como la del Nou Estadi?

Creo que es mi manera de jugar. Eempecé a jugar en la calle, donde se aprende a hostias. Patadas de un lado y de otro. Así veo el fútbol. Es verdad que se ha evolucionado en todo, pero soy un jugador de barrio, de calle, de fútbol sala, etc. Esa garra es la que creo que gusta a la afición del Nàstic. Querer ir a por todas. Me siento orgulloso de transmitir ese sentimiento de jugador que va a por todas.

¿Qué siente cuando escucha el ‘Lupu, Lupu’?

Me dan confianza. Ves que la afición está contigo y te da ese plus. Ese punto de intensidad de más que, por ejemplo, el otro día me ayudó a pelear el balón hasta que le cae a Guillermo y marca el 1-0. Lástima que no se pudo sacar la victoria.

Te está faltando ese como al equipo, ese punto de suerte o de acierto.

Sí. No sé cómo definirlo, pero es como si nos faltase un partido tranquilo. De llegar, marcar tres goles y estar tranquilo. No lo hemos tenido en toda la temporada. Siempre han sido partidos de ida y vuelta, de locura. La categoría es así de competitiva. Da igual contra el equipo que juegues. El que cometa el fallo, pierde. Estamos intentando mejorar. Llevamos cinco partidos sin perder, hay que decirlo también. Es la primera vez esta temporada que lo conseguimos. Notamos el cariño de la afición y ahora solo nos queda ir a Baleares a ganar.

El empate del otro día fue un bajón. ¿Se va a hacer largo el final de temporada?

Un factor clave del empate del otro día fue esa presión de tener que ganar. Se empezó a hablar de números, de si los resultados que se habían dado. Cuando vas al partido tenso y no relajado, para disfrutarlo y hacer disfrutar a la afición, puede pasar factura. Osasuna también estaba con presión. Fue un partido de evitar fallos. Al final se sacó un empate y ahora a pensar en el Atlético Baleares. Luego, ya se verá.

Después de dos años y medio en Tarragona (con la cesión al Numancia de por medio), ¿estamos cerca de la mejor versión de Lupu?

Espero que sí. Han sido dos y años y medio complicados. Soy de ir a por todas, pero ahora me controlo un poco. Creo que por eso no estoy al cien por cien. Por un tema más mental. Que no vuelva a pasarme. Voy progresando. Me noto mejor en los entrenamientos. Quiero darle al club y a la afición el Lupu que estuvo cedido en el Numancia. Me falta el gol.

Has tenido mala suerte en Tarragona. Una fractura doble de mandíbula, dos golpes en la cabeza, lesiones musculares...

No sé si es mala suerte o me han echado un mal de ojo (risas). Son golpes fortuitos y desafortunados. Por cabezazos normales. Cuando me operé de la mandíbula, el médico me dijo que me habían dado justo en el punto más complicado. ¡Qué le voy a hacer! Al menos llevo cinco jornadas que he salido de titular gracias a la confianza del míster y los compañeros y no me ha pasado nada más grave.

Da la sensación de que Lupu es muy feliz en Tarragona.

Es un sitio muy bonito para vivir. Llevo dos años y medio y entre Vitoria, Soria y Tarragona me quedaría para vivir en Tarragona. Además de todas las personas que he conocido aquí y el cariño con el que me han acogido. La familia del Bar, como Jenny y su marido Javi, Manolo o David y Berta, que me ayudaron mucho cuando me rompí la mandíbula. Soy de Rumanía, vengo de Logroño y llegué solo. Cuando estás sin tu familia, necesitas a gente que te apoye y ellos han estado conmigo. Tienen mucho que ver con que sea feliz aquí.

Pocas veces se habla de la soledad del futbolista.

Cuando me fui a los 17 años a Vitoria noté esa soledad. Adaptarte a vivir solo. Se pasa mal, pero al final te acostumbras. Ahora en soledad me siento bien.

Llegaste con 9 años a España. ¿Qué recuerdas de tu infancia en Rumanía?

Vivía en un barrio pobre. En el colegio, por ejemplo, jugábamos al fútbol con una botella de plástico. No teníamos balón. Era muy feliz. Sabía lo que había, poco, pero disfrutaba. Nunca olvidaré esa época. Sé de dónde vengo. Cuando llegué aquí vi el primer móvil o un parque con columpios. No había visto uno en mi vida.

¿Cuándo te dicen que os marcháis a España, qué piensas?

No quería irme. Estuve un año diciéndole a mi madre que quería volver. Llegas al colegio que te miran un poco raro, no sabes el idioma, solo lo básico. Te hablan y no sabes lo que te están diciendo. Es duro. Te vas acostumbrando. Mis compañeros me ayudaron mucho. Me enseñaron las costumbres. Ahora solo tengo agradecimiento a mi familia por traerme.

¿Cómo empiezas a jugar a fútbol?

Un día un compañero del colegio me dijo que si quería ir con él a probar en el Villegas. No entendía cómo iba eso de una prueba o de jugar en un equipo. Se lo expliqué a mis padres y fui. Allí me encontré con el entrenador Cañas, una persona que me ayudó en lo deportivo y en lo personal. Nunca olvidaré su apoyo para que siguiera con el fútbol.

¿En qué momento piensa que puedes tener futuro en el fútbol?

Cuando conocí a Moisés García. Fue el paso para convertirme en futbolista. Estuve dos años en el Comillas, con el que ascendí a División de Honor en categoría juvenil y después al Alavés.

¿Eres de los que piensan mucho en el futuro?

No. No vale la pena. Pueden surgir muchas cosas. Si pienso en algo y luego no sucede lo que quiero es un golpe. Prefiero ir poco a poco y lo que tenga que pasar, que pase.

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