Toni Domènech: El perseguidor constante

Geógrafo por la Universitat Rovira i Virgili y máster en gobernanza territorial. Ha sido investigador y es doctor en Turismo por la misma universidad. Vive en Móra d’Ebre y lo hace, además, muy vinculado al territorio. Es técnico gestor de la Reserva de la Biosfera Terres de l’Ebre

12 agosto 2023 19:03 | Actualizado a 13 agosto 2023 07:00
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El joven Toni Domènech (Móra d’Ebre, 1993) ha sido recientemente reconocido con el premio Manuel de Terán, que distingue la mejor tesis doctoral de Geografía realizada en el Estado durante los últimos dos años. El galardón, que entrega la Asociación Española de Geografía, ha reconocido el estudio de Domènech (titulado Exploring urban visitors’ mobilities. A Multi-method approach) sobre la movilidad de los turistas en las ciudades de Tarragona y Toledo, ambas Patrimonio Mundial de la Humanidad, a partir de la huella digital que dejan con sus dispositivos móviles.

Domènech explica que siempre ha sido difícil analizar la movilidad humana: la del residente es más estable y por tanto más sencilla, pero la de los turistas suele ser más complicada, al ser además un turismo muy estacional. «Sin embargo, todos llevamos encima un dispositivo móvil conectado a las antenas de telefonía y que emite contenidos en redes sociales o se conecta a satélites... Esta huella se puede analizar sin afectar la privacidad de nadie. La tecnología permite hacer estudios analíticos», detalla.

A partir de aquí, el investigador planteó diversas cuestiones vinculadas a la globalización y las nuevas tecnologías, que se han convertido en un fenómeno de masas. «La cantidad de turistas urbanos se ha disparado, tenemos un problema de masificación en espacios centrales. El turista quiere verlo todo tan pronto como pueda y se generan situaciones de conflicto. Los lugares se convierten en espacios turísticos y las actividades económicas vinculadas a los residentes pierden fuerza. Cuando esto pasa, es importante hacer análisis de este tipo, para diseñar una radiografía», valora. Domènech planteó, por ejemplo, de qué manera las características del urbanismo de las ciudades influyen en la movilidad de los turistas (los espacios verdes que hay, cómo es la red viaria...) y detectó zonas sobrevisitadas e infravisitadas y propuso qué se podía hacer para redirigir los flujos y generar menos espacios de presión.

También abordó una aproximación basada en cómo influyen las características de las ciudades en las que los turistas hacen mayor o menor consumo. Ya se sabe: si se va a la playa, gastarán menos, por ejemplo. Dentro de la ciudad hay espacios diferenciados según estén orientados a turistas o residentes y por ello el gasto económico es desigual.

Actualmente el joven es técnico gestor de la Reserva de la Biosfera Terres de l’Ebre

«Antes todo esto se hacía con encuestas o con la técnica de la observación, que se hace en lugares concretos de la ciudad, para ver cuánta gente pasa por un punto concreto, por ejemplo. También se pregunta a los turistas sobre impresiones de la ciudad, pero eran estudios muy analíticos que no tenían mucha representatividad... Ahora en cambio tenemos cámaras, wifis públicos, aplicaciones móviles como Google Maps y las telefonías móviles, que te permiten analizar de forma muy fidedigna los volúmenes de movilidad», explica el geógrafo.

Su detallado estudio ha sido reconocido con este importante galardón. Seguramente su constancia ha sido determinante para ello: «Tengo constancia, sí, a veces demasiada», reconoce. «Quiero decir, no me arrepiento de nada de lo que he hecho, pero probablemente si lo hiciese ahora me cuidaría más... Porque llega un momento en que vas dejando de hacer las cosas que te gustan, de relacionarte con los demás... Y no te cuidas, o te descuidas un poco. Eso también les pasa mucho a los investigadores, y es un error. Te acaba pasando factura y cuando te has dado cuenta debes rehacerlo. Te das cuenta de que eres joven a los 30».

Llega un momento en que vas dejando de hacer las cosas que te gustan y eso te acaba pasando factura. Tienes que cuidarte

Domènech se decantó por estudiar geografía porque permite estudiar el ser humano y la naturaleza pero desde temáticas muy variadas, y la climatología y la movilidad le inquietaban. De adolescente también le interesaban mucho los números y a la vez consideró emprender alguna carrera deportiva al jugar a fútbol, opción que finalmente descartó tras una lesión a los 18 años, una rotura de peroné. Actualmente sigue haciendo mucho deporte, va al gimnasio entre semana y los domingos saca la bici o emprende la conquista de la cima de alguna montaña.

El morense ha vivido de cerca la precariedad que sufren muchos jóvenes investigadores, pendientes de becas y traslados para conseguir plazas. Cuando hacía el doctorado tenía una beca de formación de profesor universitario y, pese a ello, el salario era «ridículo». Fue entonces cuando decidió salir de la precariedad del sistema universitario, pese a que disfrutaba dando clases y siendo investigador. «Las plazas de profesor doctor salen con cuentagotas. Tienes la opción de irte fuera también, pero a nivel individual lo sopesé y a mí me pesaba más la opción de quedarme en el territorio, de trabajar en casa», relata.

Actualmente es técnico gestor de la Reserva de la Biosfera Terres de l’Ebre y considera que, para que sea mucho más que una marca y se convierta en toda una estrategia de territorio, hace falta impulsar actividades económicas sostenibles, trabajar en la gestión forestal y en la economía circular y por supuesto en las acciones de protección del Delta. «Pero para ello hace falta más financiación. Si no, sólo es marketing», concluye.

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