Laura Roigé acababa de decir que había aprendido de todos los presidentes de la Cambra de Comerç y destacaba a Albert Abelló. Ayer la noticia fue la muerte de este hombre de negocios, trabajador infatigable desde muy joven, cuando compró un camión y comenzó a adquirir y repartir pescado.
Fue un innovador, primero creando la cadena de congelados Anna Pons, luego con proyección pública como presidente de la Cambra y, recientemente, como concejal y portavoz del PDeCAT.
Hace poco nos tocó sentarnos juntos en la merienda de Mans Unides. Le vi ilusionado con las paradas renovadas del nuevo Mercat. Era empresario, solidario y buena persona. Su muerte súbita cayó en el día de reflexión. Buen tema para reflexionar: nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar.