El día de los indecisos

Lo único que parece cierto en estas elecciones es que en Catalunya ha muerto el bipartidismo

19 mayo 2017 22:45 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:15
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En la segunda parte de la campaña electoral en Catalunya para las municipales se han registrado algunos cambios desde el inicio. Hay muchos indecisos todavía, especialmente en las grandes ciudades y hay una cierta desorientación: “no sé a quién votar”, fenómeno que se da mucho en Barcelona y en ciudades grandes.

Comenzó la campaña con un claro acento soberanista por parte de CiU y Esquerra, que presentaban las municipales como “primarias” de lo que serían las autonómicas del 27 de septiembre. No cuajó el mensaje y el soberanismo dio paso a las políticas municipales, sobre todo al ver las primeras encuestas en que los electores tenían otro discurso, más centrado en políticas locales. Sin embargo han faltado debates sobre la fiscalidad municipal, las relaciones de los ayuntamientos con la Generalitat y las diputaciones y consells comarcals, una nueva ordenación territorial y/o administrativa, etc. Han faltado los grandes debates, si se tiene en cuenta que al elegir los ayuntamientos, se elegirán también la composición de los consells comarcals y las diputaciones.

Las primeras encuestas fueron alarmantes especialmente en Barcelona, donde el alcalde Xavier Trias –hoy independentista, pues públicamente firmó la “hoja de ruta” independentista al inicio de campaña—podría perder la alcaldía. La última encuesta del diario El País daba a la plataforma Barcelona en Comú, liderada por Ada Colau, el mayor número de concejales (13-14), mientras que 4 los concejales que perdía CiU, 3 pasaban a Esquerra, como viene siendo habitual. El PSC y el PP se hunden (sacarían 3 y 2 concejales, respectivamente) al tiempo que sube Ciudadanos. Si el resultado es el que dicen las encuestas publicadas, Barcelona puede ser ingobernable.

Trias se equivocó al firmar –no era necesario hacerlo—su compromiso con la hoja de ruta independentista. Trías podía haber presentado una campaña de estar a bien con unos y con otros, sin tomar compromisos serios con nadie. Ahora, tras las encuestas, ha cambiado y hasta ha alabado la “labor” del PP en Barcelona, que ha sido “muy importante”, ha dicho. La nota de color fue a presencia de “la monja cojonera” –expresión dicha por ella misma anoche—Lucía Caram en el mitin de CiU, entre Artur Mas y Xavier Trias en el Tinell de Barcelona. Lucía Caram es monja dominica de clausura y colabora con la campaña de CiU, aunque asegura que “yo no hago política”. Por cierto (paréntesis) Artur Mas ha dicho que si no gana las autonómicas del mes de septiembre, dejará la política, como han hecho los lideres perdedores ingleses.

Ciutadans sigue siendo un partido de desconocidos, confiándolo todo en la figura de su líder Albert Rivera, de verbo fácil e ideas resbaladizas. Sin embargo, en su ambigüedad, característica lógica de todo partido bisagra, cosechará muchos votos procedentes del PP, del socialista PSC y también de CiU enfadados por la deriva independentista de esta coalición.

Albert Rivera, en estas elecciones, se ha convertido –o le han convertido quienes le han aupado— en el fiel de la balanza de casi todas las alcaldías y comunidades autónomas importantes de España. Tanto poder en un joven de 36 años sin experiencia en el mando, impone un poco y podría morir de éxito. Veremos. Lo interesante de Ciudadanos es que, dado que sus candidatos son poco conocidos, no tienen la ambición de ser alcaldes en la próxima legislatura, por lo que podrán votar incluso a favor de alcaldes de partidos minoritarios más conocidos, aunque llevando Ciutadans el peso de la gobernación del ayuntamiento.

Lo cierto es que en estas elecciones lo que ha muerto es el bipartidismo (CiU y PSC) en Catalunya, pero no así en el resto de España, aunque ha aparecido Ciudadanos de Albert Rivera que actuará como bisagra, pactando ora con populares, ora con socialistas. Por cierto, ahora resulta que Podemos quiere pactos, “con fuerzas de izquierda” claro. Aquí todo el mundo quiere mandar, aunque sea hacer de alguacil.

La clave en Catalunya está en quién ganará Barcelona y quién ganará en las ciudades medianas, tipo Manresa, Igualada, Cervera, Reus, Vilafranca del Penedés, etc. Podrá haber sorpresas, a pesar de las encuestas.

Para los nostálgicos, es un poco decepcionante que unos partidos que lo han sido todo en Catalunya, como CiU y el PSC, queden reducidos a militantes que lo que más les interesa es el cargo que van a tener una vez terminadas las elecciones, para ellos y para sus familiares. Están siendo dos formaciones políticas clientelares.

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