Reus creará, este mandato, una incubadora pionera orientada al impulso de proyectos en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), la ciencia que desarrolla programas que realizan operaciones comparables a las de la mente humana. Lo hará en el marco de los pasos que prevé dar el Tecnoparc para convertirse en el primer distrito tecnológico de la demarcación de Tarragona.
Así lo explica el concejal de Promoció Econòmica, Innovació i Coneixement, Josep Baiges, que precisa que «se trata de que empresas que quieran interesarse por la inteligencia artificial y trabajar temas de este campo puedan hallar aquí el acompañamiento necesario a todos los niveles».
Reus es experta en este tipo de servicios: a través de la sociedad municipal Redessa, cuenta ya con la Incubadora TIC –de tecnologías de la información y la comunicación– y una vertical dirigida a iniciativas foodtech, sobre aplicación de tecnologías a la industria agroalimentaria. Tampoco la inteligencia artificial le es ajena. El 60% de las empresas de base tecnológica instaladas en Redessa la utilizan actualmente en sus procesos productivos.
La forma concreta que acabará tomando esta incubadora de IA se está acabando de concretar. Baiges recuerda, eso sí, que, «como es evidente, la inteligencia artificial y la tecnología en general requieren un acompañamiento especializado y profesional, y eso es justamente lo que ofrece Redessa».
Y afirma que las incubadoras dan como resultado un «emprendimiento de alto nivel» y llevan a cabo una labor «sofisticada». «Las líneas de Redessa y, de la misma forma, el camino hacia el distrito tecnológico, avanzarán en el sentido de cuestiones muy especializadas y muy punteras. Al final, lo que se busca son también estos perfiles».
El edil incide en que «de las incubadoras acaban saliendo empresas que, a menudo, se integran en otras mayores». «Al final, debemos crear un ecosistema y generar unas dinámicas, incluso de vínculo con la gente, con una realidad que puede ofrecer muchas oportunidades para sacar adelante aquí un proyecto o bien para relacionarse con otro que ya existiera», añade.
La intención es que la incubadora de inteligencia artificial eche a andar «este mandato». Y es que Baiges señala que, «teniendo en cuenta que el modelo que aplicamos funciona muy bien, lo que hay que hacer es irse especializando y esto tiene mucho sentido en el contexto del Clúster TIC».
«La IA es uno de los ámbitos en los que se trabajan más las TIC. Es una cuestión que está ganando mucho peso», dice. El precedente del futuro despliegue, la Incubadora TIC que funciona desde hace alrededor de tres años, ha apoyado en este tiempo el crecimiento de una cuarentena de startups –empresas de nueva creación–, según el último balance hecho público por Redessa.
La incubadora de inteligencia artificial no es el único elemento en la fórmula del Tecnoparc para dar el salto a distrito tecnológico. Otros aspectos clave que el gobierno comunicó que quiere desarrollar pasan por la creación de más espacios colaborativos, la organización de eventos de referencia, la construcción de vivienda en los alrededores, la generación de talento y el despliegue de zonas verdes.
Este rotativo ya recogió, igualmente, los planes de naturalización de la avenida de la Cambra de Comerç, puesta en marcha de un pabellón para empresas y cafetería-restaurante anexo a Redessa Tecno e instalación de pérgolas con verde y mobiliario en el auditorio exterior de FiraReus.
Luz verde de la UE a la primera ley
Precisamente a principios de este mes de diciembre, la Unión Europea aprobó el primer acuerdo del mundo para regular la inteligencia artificial. A grandes rasgos, esa regulación se fundamenta en el grado de riesgo que se atribuye a la IA, limitándola o restringiéndola en aquellos casos en los que se considere elevado. El objetivo es garantizar que los sistemas sean seguros y respeten los derechos. La idea es que la ley entre en vigor en 2026.
