Vecinos del barrio Gaudí, en Reus, quieren que el consultorio «tenga médico como siempre»

Salut anunció la reapertura del dispensario, tras dos años, como un espacio comunitario con enfermero, trabajador social, psicólogo y administrativo. Los pacientes exigen un calendario

25 abril 2022 13:51 | Actualizado a 25 abril 2022 13:55
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«Hemos formulado la propuesta de que, al menos unos días por semana, pueda venir un médico como antes hacía, porque es lo que los vecinos y los pacientes quieren», explica la presidenta de la Associació de Veïns del barri Gaudí, Maria del Mar Escoda, preguntada sobre la reapertura del dispensario que bajó la persiana coincidiendo con el Estado de Alarma y aún no ha vuelto a acoger actividad. 

De momento, el barrio ha conseguido algo: la delegada del Govern de la Generalitat en Tarragona, Teresa Pallarès, lanzó hace pocos días el compromiso de que el local reabrirá «como un espacio de salud comunitaria» y contará con «un enfermero, un trabajador social, un psicólogo y un administrativo». Pallarès destacó «el gran esfuerzo» de Salut por mantener el consultorio cuando «lo que se suele hacer es cerrarlos». Pero para los vecinos no ha pasado desapercibido que las previsiones de plantilla no contemplan la figura de un médico. Servicio, este, que sí prestaba el dispensario antes de la Covid-19 y que consideran necesario.

Escoda explica que los planes de la Generalitat «ya nos los dieron a conocer hace un mes, no hay nada que no supiésemos» e incide en que, «además de eso, lo que pedimos es que venga un médico». «Nosotros estamos receptivos a todo y a la dirección del CAP Llibertat –que se encarga de la gestión del dispensario– le transmitimos que nos mantenemos en la línea de que haya médico de cabecera, porque la Associació trata de actuar en nombre de los vecinos y es lo que los vecinos quieren», dice.

Antes de volver a ponerse en marcha, el consultorio se someterá a un «lavado de cara» para adecentar el local y ponerlo al día, con una inversión de 30.000 euros. Coincidiendo con el puente de la Purísima, los accesos fueron vandalizados y el dispensario sufrió un asalto. La intención, tal como manifestó Pallarès, es que la intervención para la reapertura pueda materializarse de cara a este verano. Hay que tener en cuenta, pese a todo, que en años anteriores el consultorio solía permanecer sin programación durante el mes de agosto por vacaciones. Los vecinos piden que se marque un calendario para los próximos movimientos porque «si no hay fechas fijas, es un poco como vender humo».  

Si con la irrupción de la pandemia los pacientes que se atendían en el consultorio fueron derivados al CAP Llibertat –salvo algunos que se mantienen en atención domiciliaria y que la Generalitat cifra en una treintena de personas con características y necesidades especiales–, Salut dará ahora la opción de que «si por proximidad les conviene más, puedan pasarse al CAP Sant Pere». En cuanto al desdoblamiento del CAP Sant Pere, que debe producirse en el barrio del Carme y asociado a la construcción de «entre 45 y 55 posibles viviendas de protección oficial», según Pallarès «se está trabajando para tener un convenio a tres bandas».

Discusión en el pleno municipal

La reapertura del consultorio se debatió en el pleno del viernes a raíz de una moción socialista que reclamaba tanto esto como «incluir un nuevo CAPen las necesidades del barrio Gaudí», recuperar el proyecto de desdoblamiento del CAP Sant Pere y reservarle una partida, y habilitar «urgentemente» la cuarta planta de la residencia Horts de Miró. El gobierno municipal la tumbó después de que el concejal de Salut, Òscar Subirats, apuntase que «en tres párrafos, he contado hasta 20 afirmaciones que no se ajustan a la realidad» y «como Ayuntamiento, no tenemos competencia en estos equipamientos; en todo caso, incumbencia». 

El alcalde de Reus, Carles Pellicer, intervino tras el debate para destacar «la incidencia de la Covid». Y es que, en su moción, el PSC había apuntado que «la pandemia ha sido la excusa perfecta de este gobierno para paralizar, dejar en el olvido y cancelar proyectos que son muy importantes para la ciudad, pero también para intentar cerrar espacios y servicios imprescindibles para los reusenses».

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