Ignasi, un joven pianista e ingeniero físico de 23 años de Torredembarra, que desde hace un año estudia un máster en Multimedia y Comunicación, ha sido el primer ciudadano en colocarse en la cola para poder acceder a la sala de vistas del Tribunal Supremo esta mañana. A las 5 de la madrugada, cargado con una mochila con tres libros y material de estudio, llegó a la puerta lateral del edificio judicial. En realidad fue el segundo porque allí ya estaba desde tres horas y media antes, el que suscribe.
Ante la imposibilidad de acceder como plumilla a la sala de vistas, el cronista ha pasado la noche en vela para poder ‘colarse’ como público. Tal grado de frikismo, ha suscitado la conmiseración de los policías que custodiaba el lugar y su extrañeza. El que suscribe ha tenido que dar explicaciones a cuatro agentes sobre qué hacía allí tan pronto.
La causalidad ha hecho que el segundo-primero fue un torrense. Ignasi se trasladó a Madrid para poder estar con su novia, residente en la capital española. “Es un jucio que saldrá en los libros de historia. Uno ha de cumplir con su deber”, se ha justificado Ignasi.
