La Canonja es el municipio que tiene más liquidez y Móra d’Ebre el que menos

Tarragona y Reus están a la cola en Catalunya en cuanto a tesorería y van apurados a la hora de ahorrar. También suspenden en salud financiera global. Vila-seca está entre los mejores

29 septiembre 2019 14:05 | Actualizado a 01 octubre 2019 11:12
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Como si las agencias de calificación o de rating se fijaran en los ayuntamientos; como si estas entidades de calificación de riesgos –son ya familiares los nombres Standard and Poor’s o Moody’s– analizaran ahora las finanzas de los consistorios y les pusieran nota. En general, la valoración es positiva: la mejora de los ingresos corrientes, la contención de gastos y la reducción del endeudamiento son las variables que más pesan en los buenos datos de las entidades locales.

Sin embargo, la situación es desigual. Así, Tarragona y Reus suspenden, pese a los esfuerzos económicos de los últimos años, en salud financiera. La capital logra una nota de 49, en una escala del 1 al 100, que va de la peor de las situaciones a la mejor, al máximo. Reus está peor, con una puntuación de 43. «Si la nota está por debajo del 50 es una situación mala. Ese ayuntamiento o bien está muy endeudado, o bien tiene problemas de liquidez o de generación de ahorro bruto, que es la diferencia entre ingresos y ahorros corrientes», explica Carmen López, consultora de la plataforma El Sector Público, la entidad que ha elaborado el estudio. 

Las poblaciones tarraconenses copan la lista de ayuntamientos de Catalunya con peor nota. Móra d’Ebre (38) es la peor, por delante de la citada Reus (43) y de L’Ametlla de Mar (44). Tarragona, con ese 49 que la deja fuera del aprobado, ocupa la séptima posición en el ranking catalán, según las liquidaciones de Hacienda de 2018. En ocasiones, es el lastre de los últimos años lo que coloca a estos ayuntamientos en posiciones delicadas. «De un año para otro, un consistorio no puede mejorar y tarda en recuperarse. Sí es cierto que cada vez hay menos municipios en situaciones financieras comprometidas», aclara López. 

El Ayuntamiento de Tarragona, analizando ese índice sobre riesgo de invertir en una entidad, indica que «las licitaciones realizadas en 2019, basadas en la información del último ejercicio liquidado, de 2018, para conseguir financiación han estado sobradamente cubiertas y con la presentación de oferta por diversas entidades bancarias, lo que viene a ser un indicador de que la valoración hecha por el mercado financiero no es tan mala».

¿Y qué localidades están en la zona alta? Se lleva la palma La Canonja, que hace pleno: consigue una puntuación de 100 y, empatada con Sant Fruitós de Bages, es la población de toda Catalunya con una mejor nota. «El ayuntamiento goza de una economía saneada desde siempre, fruto de actuar con previsión, de una gestión municipal prudente y responsable y de tener la suerte de disponer de unos ingresos por encima de la media. Eso ha permitido también que la ratio de deuda desde hace unos años sea cero», explica Salvador Ferré, primer teniente de alcalde de La Canonja.

También muestra una espléndida forma financiera Vila-seca, con una calificación de 92 sobre 100.

Pero el análisis pone el foco en otro indicador que tiene que ver con la liquidez: el remanente de tesorería. Ahí Móra d’Ebre aparece con una ratio, según el estudio, de -4,8, pero también Reus (3,5) y Tarragona (3,3) figuran con datos bajos. El remanente de tesorería refleja la situación de liquidez al cierre del ejercicio. Es un indicador clave para valorar la solvencia financiera a corto plazo de la entidad. Se valora, en último término o, 'grosso modo', el ahorro. A una ratio más elevada, mejor situación. La Canonja vuelve a ser en este aspecto el ayuntamiento más saneado y ocupa la cuarta posición en el global catalán, por delante de Vila-seca, quinta en ambos listados. Se trata de consistorios con un remanente más abultado y, por tanto, con una elevado balance de liquidez. 

Especialmente grave es el caso de Móra d’Ebre, que explica así su situación. «En 2011, el actual equipo de Govern entró en el ayuntamiento con una ratio de endeudamiento superior al 170%, muy por encima del endeudamiento legal (70%). Esta ratio te condiciona mucho a la hora de desarrollar el funcionamiento normal del ayuntamiento», explica el concejal de Hacienda y primer teniente de alcalde, Sixte Melchor.  

El ayuntamiento sostiene que destinan unos 600.000 euros solo en amortización de préstamos e intereses y que, por otro lado, la ley obliga a que si tienes resultado presupuestario positivo, lo destines a amortizar deuda. «Sólo podemos hacer inversión consiguiendo los recursos de otras formas que no sean con recursos ordinarios y sin subir el endeudamiento –subvenciones de la Generalitat, Diputació, Llei de Barris– y a la vez tenemos que conseguir acabar el año de forma ajustada, sin sobrante para no tener que destinar más recursos a reducir el endeudamiento», cuenta Melchor. 

En Tarragona, la ratio ha bajado de 3,8% a 3,3% en el último año. «Es probable que la disminución en el importe venga provocada por la obligación que tiene el ayuntamiento de destinar el remanente de tesorería a la amortización de deuda en una cantidad igual a la capacidad de financiación de liquidación (en 4,3 millones en 2007 y en tres en 2018)», según el consistorio. 

Por su parte, el Ayuntamiento de Reus sostiene que «hay diferentes métodos de cálculo» y que «los datos son relativos según los parámetros que se estudien y, en este caso, las conclusiones se contradicen con las calificaciones que ha hecho públicas algún ayuntamiento realizadas por agencias rigurosas». El consistorio indica que «el estudio no tiene en cuenta la ratio de endeudamiento ni el superávit en términos de estabilidad presupuestaria, que fue de 17 millones, ni el ahorro neto, que fue de más de tres». Reus recuerda que tiene la confianza de los bancos para cubrir su financiación y que «ha reducido la deuda financiera 196 millones en siete años». 

«El remanente de tesorería es una magnitud de solvencia, equivalente al fondo de maniobra de las empresas privadas, y demuestra la idoneidad de la gestión de sus activos. Es un indicador troncal que tiene que ser positivo. En caso contrario, se pone de manifiesto que sus bienes y derechos están mal financiados, y que puede padecer tensiones y problemas graves de liquidez», explica Juan Gallardo, economista del gabinete de estudios de la CEPTA. Gallardo añade que «si es negativo, tienes que aprobar un plan de saneamiento, con una serie de medidas que son no invertir, recortar gastos, incrementar ingresos». Para Gallardo, «un remanente de tesorería negativo es un pecado mortal y tienes que adoptar medidas». Móra d’Ebre está en esa situación. 

Así, Tarragona y Reus están en un estado menos grave. «Van poco holgados, van más justos. Un nivel de remanente bajo, aunque no sea negativo, con cualquier cosa adversa te puede llevar al negativo. La ley no te obliga a hacer planes con ratio baja pero sí tienes que controlarte en gastos o limitarte en inversiones», dice Gallardo. 

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