Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha analizado el impacto del modelo Barnahus. Uno de los resultados “más significativos” es la reducción de la duración media de los procedimientos, que se ha reducido “notablemente”. En el periodo analizado previo a 2020, se alargaban de media casi tres años, mientras que desde la implantación del modelo Barnahus se ha reducido a poco más de quince meses. También se ha reducido prácticamente a la mitad el número de casos archivados.
Para determinar el impacto de estas medidas, investigadoras de la universidad han diseñado una herramienta de evaluación que ha analizado más de 1.100 casos en Tarragona y Lleida entre 2018 y 2022, comparándolos con los anteriores a la implementación del proyecto Barnahus.
El primer centro de esta unidad integrada de atención a niños y adolescentes víctimas de abusos sexuales se puso en marcha en Tarragona en 2020. Actualmente, hay operativos trece centros en toda Catalunya. Cada año se producen más de 5.000 denuncias por abuso sexual a menores en el Estado español. Según datos de Save the Children, la mitad de estas víctimas son niños que, tras los episodios de violencia, se ven sometidos a un proceso judicial “largo y doloroso”. Los menores deben relatar los abusos sufridos, de media, hasta en cuatro ocasiones después de denunciarlos, en un proceso que se alarga cerca de tres años.
Los resultados del estudio, publicados en un informe, han mostrado “cambios significativos” en los procedimientos penales desde la implantación de este modelo. El primero de ellos es la reducción de la duración de los procedimientos, que han pasado de una media de casi tres años —antes de 2020— a poco más de quince meses desde la puesta en marcha de Barnahus. Para la investigadora de la URV y directora del proyecto, Núria Torres, se trata de un hecho “importante” para el bienestar de los menores víctimas de abuso: “Evitar procedimientos excesivamente largos se vincula con un menor riesgo de victimización secundaria para los niños y sus familias”, ha afirmado.
El estudio también refleja el impacto del modelo en el número de sobreseimientos. La investigadora señala que, en la mayoría de los casos, el archivo se debe a la falta de pruebas o de indicios racionales. El sistema Barnahus, que apuesta por una exploración de la víctima realizada por profesionales formados y especializados en infancia y en un entorno adaptado, facilita que la información recogida sea apta para su uso en un procedimiento penal concluyente.
Según el informe, poco más del 36% de los casos en los que intervino Barnahus terminaron en sobreseimiento, frente a casi el 64% del periodo anterior a 2020. Aunque no se ha podido determinar estadísticamente si la intervención de Barnahus influye en el sentido de la sentencia —debido al “escaso” número de casos—, los datos apuntan a que en todos los procesos penales con intervención de Barnahus, la sentencia fue condenatoria. En los casos previos a 2020, la tasa de condenas fue del 77%.
El informe, titulado “Impacto del modelo Barnahus en la protección de los derechos de los niños víctimas de abuso sexual en el sistema de justicia penal”, ha contado con la participación de la UOC, Save the Children y la Red Promise Barnahus, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya y ha sido financiado por la entidad internacional OAK Foundation.