Desafiando el Covid-19, este verano los botellones se multiplicaron hasta desbordar el control policial. En las fiestas, en la playa o en la universidad, miles de jóvenes se entregan al botellón.
Los Mossos dedican muchas energías a este desafío, y a otro más localizado en el ámbito rural: localizar y destruir plantaciones de marihuana. Supe del problema cuando mis hermanos hallaron una escondida en un campo de maíz. También las disimulan en olivares o en el bosque. Los Mossos confiesan que es su actividad principal.
¿Soluciones? Reforzar la autoridad policial (no siempre lo ha hecho el Govern) y elevar las multas (en España, menores que en otras partes). La autoridad en una democracia debe hacerse respetar y actuar sin complejos.

ANTONI COLL I GILABERT.