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    Enamorados del patrimonio reusense

    La Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni nace para impulsar la catalogación de los tesoros locales y «poner en valor y cuidar todo lo que tenemos»

    13 diciembre 2022 20:41 | Actualizado a 14 diciembre 2022 07:00
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    «Vimos que había que hacer algo en la ciudad para preservar el patrimonio, hablamos, nos juntamos y buscamos a personas interesadas en llevar esto a cabo», explica Cristian Muñoz, secretario de la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni (ARCP). La entidad, cuyos miembros venían reuniéndose desde hace ya un tiempo, quedó formalmente constituida en septiembre. Su germen fue el derribo del histórico edificio del número 27 de la calle Sant Llorenç, en 2021. La ARCP nace con un objetivo concreto: «La finalidad es la catalogación de patrimonio de Reus», apunta Muñoz, que señala que «la gente se sorprendería al saber que algunos espacios y elementos valiosos no están protegidos, cosa que comporta que se pueden dañar o perder» y «esa va a ser, para nosotros, una línea de trabajo importante».

    En este sentido, la asociación centrará el esfuerzo en propuestas orientadas al impulso de nuevos Bienes Culturales de Interés Local (BCIL) y, un peldaño más arriba, Bienes Culturales de Interés Nacional (BCIN). Muñoz menciona algunos ejemplos. «Tenemos el acueducto medieval Reus-Almoster, más conocido como el Pont dels Calderons, que se construyó en 1444 y que sirvió durante mucho tiempo para llevar el agua hasta Reus», explica, y dice que actualmente «se encuentra en mal estado y estaría bien limpiarlo y colocarle algún cartel que informase de lo que significa», añade. «Es una de las construcciones más antiguas y nos gustaría que fuese un BCIL», dice.

    Pero hay más. El secretario de la ARCP hace referencia también a «hornos romanos en la partida de la Buada, en dirección a Castellvell, que igualmente querríamos catalogar para poder conservar su historia, que sigue ahí pese a que esté algo escondida». Ya a otro nivel, «incluso hay edificios como la Casa Navàs o el Pere Mata que nos gustaría que acabasen siendo patrimonio de la humanidad».

    Sin embargo, este no será el único ámbito en el que se enfoque la ARCP. «Hay algunos elementos que sí están catalogados pero no están cuidados y necesitan todo un mantenimiento», indica el secretario, que detalla que «proponemos una limpieza de la fachada del impresionante edificio Miró de la calle Sant Llorenç y sería interesante hacer lo mismo con los portales de las Pescateries Velles, donde ya están creciendo muchas hiervas». En otros casos, como «el de la muralla carlista», que se ha echado parcialmente por tierra, «no hemos llegado a tiempo», lamenta Muñoz. «Hay mucho patrimonio que se ha destruido y no queremos que siga pasando», precisa.

    Muñoz explica que la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni desplegará una tercera rama. «Trataremos de estar presentes en el sistema educativo, cultural, de ciencia y, con ello, poner Reus en valor y trabajar el cuidado de nuestros bienes», señala. Por eso, «el 21 de diciembre hemos previsto una ruta cultural para un centro educativo de El Morell».

    La ARCP está «totalmente abierta a colaborar con el Ayuntamiento, la Generalitat y otras entidades como Reus Ocult, para hacer de enlaces entre todos; queremos hacer las cosas bien y estamos en contacto con otras asociaciones que trabajan por la cultura y el patrimonio en Catalunya». En estos momentos, «el Ayuntamiento está actualizando su listado de patrimonio» y la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni se ha ofrecido a colaborar en las tareas que sean pertinentes.

    El origen, la demolición del 27 de la calle Sant Llorenç

    La polémica demolición del número 27 de la calle Sant Llorenç, edificio con valor histórico y patrimonial en el barrio del Carme, resultó ser el empujón que unió a historiadores y amantes del patrimonio en la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni. La construcción, de titularidad municipal, la derribó el Ayuntamiento aludiendo al peligro que revestía por su mal estado de conservación y argumentando que estaba afectado por el planeamiento urbanístico desde hace años y por este motivo no tenía protección patrimonial.

    La junta de la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni la forman David Edo, presidente; Xavier Tardiu, vicepresidente; Estefanía Cruz, vocal; Ivan Anaya, vocal; Miquel Mora, tesorero; y Cristian Muñoz, secretario.

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