Reus gana más de 40.000 metros cuadrados de zonas verdes en el último año
Proyectos como el Jardí Agrari, el Parc de les Olors o el ‘skatepark’ ayudan a crecer

El Parc de les Olors, con unos 10.500 metros cuadrados, fue inaugurado, junto al Parc Agrari, hace un par de semanas.
Las zonas verdes en Reus están creciendo. Sigue siendo una asignatura pendiente, con unos 6,92 metros cuadrados por habitante (la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que esta cifra sea de, al menos, entre 10 y 15), pero sí que se está trabajando en ello y en los últimos meses se están sumando nuevos espacios. Cuando en verano esté listo el skatepark, la ciudad habrá crecido unos 45.000 metros cuadrados en zonas verdes en el último año, sumándose a los 747.000 ya existentes.
El Parc de les Olors (10.500 metros cuadrados) y el Jardí Agrari del Camp (7.700 m2), vinculados al proyecto de recuperación del Passeig de la Boca de la Mina, son espacios inaugurados recientemente y que suman 18.396 m2. Unos 7.709 corresponden al Jardí Agrari, un espacio educativo con árboles fruteros y huertos; y 10.687, al Parc de les Olors, con tres caminos aromáticos de arbustos y hierbas autóctonas.
La primera fase del Parc del Roquís, donde se actúa en unos 15.000 metros cuadrados en un extremo del polígono AgroReus, está también en fase avanzada. En esta intervención se han plantado más árboles y se creó una zona de picnic con mesas y barbacoas, «aunque alguien se dedicó a romper las barbacoas y al día siguiente fueron retiradas, también las mesas», explica un usuario habitual mientras come sentado en una mesa de ping-pong. «Es una pena. Al menos podrían haber dejado las mesas. Ahora, ya no viene nadie por culpa del incivismo», lamenta. Con las siguientes dos fases, el parque para familias se prevé que tenga zonas de juego para niños, de fitness, una pista de patinaje y una zona para actividades deportivas o para la celebración de actos.

El Parc del Roquís está en ejecución, con una primera fase avanzada, pero aún faltarán dos más.
Otro proyecto que verá en breve la luz, si todo va sobre lo previsto, es el ya mencionado skatepark, delante de las piscinas municipales. Con un total de 13.016 metros cuadrados, albergará instalaciones para la práctica de deportes de deslizamiento (1.066 m2), pero también pistas de petanca, elementos de calistenia y zonas verdes.
En total, todos estos proyectos, acabarán sumando cerca de 45.200 metros cuadrados de zonas verdes en Reus. Una gestión «clave para conseguir el objetivo de transformación para hacer de Reus una ciudad más sostenible y capaz de hacer frente a los retos de la emergencia climática», subraya la concejala de Urbanisme i Mobilitat del Ayuntamiento de Reus, Marina Berasategui, que añade: «Lo hacemos de forma planificada, rigurosa y participada: con la proyección y la creación de nuevos parques y nuevas zonas verdes, y con la definición de documentos de planificación y futuro como el plan estratégico de zonas verdes».
En este sentido, cabe recordar que el Ayuntamiento de Reus presentó el pasado mes de marzo el avance del Pla Estratègic de Zones Verdes. El documento, financiado por el Pla de Reactivació Econòmica i Social de Reus, representa el punto de partida en esta planificación de las zonas verdes. Según el texto, la capital del Baix Camp podría llegar a tener 1,8 millones de metros cuadrados de zonas verdes, con lo que se alcanzarían 16,71 m2/habitante, por encima del mínimo marcado por la OMS (entre 10 y 15). Este sería el escenario potencial, que también necesitaría de la implicación de los propietarios privados de terrenos.
El documento pone las bases del futuro plan estratégico, que se realizaría en una segunda fase, a través de un proceso participativo y en coordinación con otros planes, como Reus Horitzó 32, el Pla d’Acció per l’Energia Sostenible i el Clima, el Pla de Mobilitat Sostenible o el Pla d’Acció d’Urbanisme Feminista, entre otros. De entrada, el avance marca criterios como la renaturalización de la ciudad, el fomento de la reconexión entre el centro urbano y el entorno rural, la priorización de las intervenciones en los barrios más vulnerables o la gestión a base de recursos de bajo impacto ambiental y la incorporación y fomento de servicios propios del ecosistema.
De la periferia al centro
«Crecer en zonas verdes es ir en la buena dirección», subraya Antonio Blasco, del Grup d’Ecologia Urbana del GEPEC, pero lanza una pregunta: «¿Es la adecuada?». Según opina, las administraciones suelen ver las zonas verdes desde un punto de vista urbanístico «y sería necesaria una perspectiva más medioambiental», señala. Es decir: «Plantar flores en una zona que ya era verde, al fin y al cabo no es ganar zonas verdes, dado que es un espacio que ya existía», ejemplifica. A la vez, relata que la vegetación tiene que ser a tres niveles: hierbas, arbustos y árboles.
Por otro lado, Blasco pone encima de la mesa otra cuestión: «las zonas verdes tienen que estar cerca de la gente. Están bien las que se han creado, pero están en la periferia. En el centro, en cambio, talan un árbol y no se planta uno de nuevo». Blasco incluso pone en valor «las zonas verdes que no se ven, como puede ser una calle adoquinada donde, después de llover, salen hierbas. Pero en cambio, cada vez se asfaltan más calles y paseos. Todo es compacto, y veremos qué sucede con el Passeig Mata cuando se intervenga y se cree el parking subterráneo. ¿Los árboles desaparecerán?», se pregunta.
Paseando por la zona del Passeig de la Boca de la Mina, una pareja opina sobre las zonas verdes de Reus. «Yo creo que hay pocas», opina ella. «Creo que sí que hay, pero que tienen muchas carencias», opina él. Para este vecino, sería necesario, por un lado, la existencia de la figura del vigilante, «como había antes en el Parc de Sant Jordi». Por otro, «falta dinamismo, servicios complementarios a la zona verde como, por ejemplo, un bar, dinamizar con actividades... Algo que atraiga a la gente. Sino, se convierten en espacios que se acaban abandonando y se suma el incivismo», opina. De hecho, Antonio Blasco, desde el GEPEC reclama mayor inversión en el mantenimiento de las zonas verdes. «En Reus es ínfimo, con alrededor de 1 euros/m2, mientras que en otras ciudades se invierte el doble», apunta.