«Tienes que estar abierto a que la información pase a través de ti»
Entrevista

Gemma Arrufat ha creado un espacio en el que otros profesionales del territorio pueden ofrecer sus servicios y retroalimentarse.
Entre otros servicios, ADIA Reus ofrece terapias asistidas con caballos, una fórmula innovadora que la psicóloga Gemma Arrufat complementa con otras técnicas y conocimientos alternativos.
Su formación es muy amplia. ¿Cómo ha sido esa trayectoria?
A los 18 años tienes que escoger qué estudiar, y ya me interesaba la psicología, pero decidí hacer ADE. Después, me interesé por temas de crecimiento personal, cambio de creencias... y empecé a formarme en terapias más alternativas o técnicas de bienestar emocional. Más adelante, iba a abrir la consulta física, pero no pude por la pandemia y lo aplacé a octubre del 2020. Ha sido como ir construyendo una montaña.
¿Y cómo fue dar ese paso?
Ya hacía sesiones en casa, me gustaba mucho y aposté por montar mi propio centro. Abrí este espacio para ofrecer sesiones individuales, principalmente, de kinesiología emocional, que se basa en procesar las emociones a través del cuerpo: aquello positivo es un refuerzo lo negativo, un limitante. Además, en ADIA Reus tenemos dos grupos de mindfullness, que son técnicas para una atención plena y la gestión del estrés.
Y tengo un segundo proyecto, que es Equilibri Coworking: las salas grandes las alquilo a profesionales del bienestar físico y emocional de la zona. ADIA es el paraguas que engloba todos esos servicios porque la idea es crear red y ponerlo fácil porque yo viví la complejidad de no tener un espacio en condiciones para empezar.
¿Por qué terapias con caballos?
Desde pequeña he montado a caballo y he tenido una conexión especial con ellos, entonces, cuando descubrí la técnica de «constelaciones familiares», me formé para hacerla con caballos. Ahora, trabajo con una manada en Alforja que viven en semilibertad y allí hacemos las sesiones.
¿En qué consisten?
Las personas vivimos en sistemas -nuestra familia, el trabajo, los amigos, la pareja- y los caballos, cuando están en libertad, también; hay interrelaciones entre todos. Entonces, cuando nos sucede un ‘tema’, casi 100% seguro estará relacionado con un sistema. Lo que hacemos es profundizar en ello a través de los caballos, que representan los actores importantes de la situación. Así, la persona pueda hablar del problema desde fuera y se da cuenta de muchas cosas, busca la solución más operativa, evalúa los motivos... con ayuda del terapeuta.
¿Qué beneficios supone?
La principal ventaja es que ofrecemos exactamente lo que el paciente necesita. Intentamos que quien venga sea con total libertad y un servicio de calidad, adaptar la terapia a cada persona.
De hecho, ofrecen contenido periódico en redes sociales.
Cada jueves hacemos una videollamada con una práctica gratuita de meditación a la que todo el mundo puede acceder. Intento dar herramientas porque hay muchas cosas que se desconocen.
Cuando alguien viene aquí ‘convencido’, sabiendo que el servicio puede serle beneficioso, ya tenemos mucho trabajo hecho, porque una persona tiene capacidad total de mejorar, pero con esas herramientas más sencillas podrá decidir si profundizar más allá.
¿Cómo ha sido la evolución del proyecto?
ADIA ya había nacido cuando hacía sesiones en casa; no tenía muy claro cómo sería ni cómo iría, pero, como cualquier proyecto autónomo, empiezas a funcionar y vas cambiando cosas. A mí me ha desmontado todos los esquemas. Al principio, quería hacer solo sesiones, luego fui cumpliendo objetivos y ampliando servicios. Y he descubierto aspectos que no sabía que me gustarían, tienes que estar abierto a que la información pase a través de ti.
¿Cuáles son las claves del bienestar emocional?
Lo primordial es que la persona tome la decisión de querer mejorar, es lo más importante aunque no sepas cómo o aunque dé miedo. Cuando la incomodidad es suficientemente incómoda es cuando uno invierte, porque no es un proceso sencillo, también hay retos que superar. Un buen punto de partida es el cuerpo, hacer deporte, descansar y tener una buena alimentación.
Una consulta propia, focalizada en el bienestar físico y emocional, es el proyecto que decidió emprender para proporcionar herramientas a las personas y ayudarles a mejorar su calidad de vida