La ola de calor inaugura una temprana temporada de playa

El verano ya está aquí. Este fin de semana, Tarragona ha registrado temperaturas que superan los 27 ºC, una de las más altas de este año. El sol abrasador ha sido una tentación para muchos y miles de personas han decidido ir a la playa e inaugurar la temporada estival. Sin duda es una temporada de playa muy anticipada que ha llegado para quedarse. De hecho, desde la AEMET ya advierten que, hasta septiembre, viviremos un «verano meteorológico más cálido de lo normal» en todo el país.

La ola de calor extraordinaria significa una cosa en Tarragona: una playa de la Arrabassada abarrotada, como si fuera pleno julio o agosto. Muchos han aprovechado estos días para estrenar el bañador. «Ya hemos venido otras semanas a la playa, ¡pero no hay ni punto de comparación con la cantidad de gente que hay hoy!», explican Miquel Àngel y Rosalia que, como tantos otros, se han animado a ir sábado y domingo. Es el caso de Susi, del Hospitalet de Llobregat, que, con tanta calor, ha decidido venir a su segunda residencia antes de tiempo: «Se está ‘la mar de bien’; el agua está buena y el ambiente es muy tranquilo y familiar».

Durante el mediodía la mayoría de los visitantes eran familias que eligen la Arrabassada por su amplitud y el agua que cubre poco para que jueguen los pequeños. Por la tarde llegaron muchos grupos de jóvenes para dar el primer chapuzón del año o jugar al voleibol.

Más de uno quedó sorprendido con el número de bañistas. «Para nada me esperaba tanta gente, no hay ni donde aparcar», cuenta Gema, que viene cada año desde Andalucía y ha tenido dificultades para llegar con los cambios de circulación en la zona.

Entre los bañistas parecía haber unanimidad: la arena está bastante limpia y el agua, pese estar más sucia en comparación con el sábado, también. Sin embargo, lamentaban que las casetas de socorristas de los laterales estaban vacías. El servicio de salvamento no empezará hasta el 16 de junio.

El Miracle, sin duchas ni socorristas

Tampoco fueron pocos los que plantaron su sombrilla en la playa del Miracle, que estuvo especialmente concurrida en el tramo más cercano al puerto. Las obras del ‘mamotreto’ no son impedimento y la playa sigue siendo la preferida para aquellos que llegan andando desde el centro. Son muchos turistas también, como Gina y Fede, italianos, que fueron por ser «la más cercana al hotel». Los bañistas destacaron, por encima de todo, la limpieza del agua, pese a haber algunas colillas en la arena.

Sí que causó molestias la inoperatividad de las duchas –en la Arrabassada funcionan–. «Es una vergüenza que no podamos ni limpiarnos los pies», denunció Cristina. Muchos se las apañan con las fuentes de agua potable: «¡Así es imposible!».