Patrimonio
La transformación de la Necròpolis de Tarragona gana velocidad
Las obras están comportando importantes afectaciones de tráfico en esta entrada de la ciudad ya que, a causa de los trabajos, se han reducido los carriles de circulación

En el extremo más próximo a Ramón y Cajal se habilitará una estructura porticada.
La Necròpolis está irreconocible, y no es porque de repente haya entrado a formar parte del circuito turístico de la ciudad, sino por las obras de transformación, que impiden que los visitantes que estos días están en Tarragona puedan acceder a uno de los camposantos paleocristianos más excepcionales que se conservan en Europa, y que forma parte del conjunto arqueológico Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
La imagen es llamativa. Seis meses después de que el yacimiento cerrara al público y se iniciaran los trabajos de recuperación, la actuación avanza a marchas forzadas y coge velocidad para afrontar un momento decisivo. Se trata de la reordenación de los accesos, de forma que el monumento se integre en la trama urbana de la ciudad y que esta sea más permeable, generando un parque arqueológico abierto al público.
En una primera fase se eliminó buena parte de la vegetación y de los árboles más próximos al Passeig de la Independència. En este ámbito, las máquinas han trabajado intensamente para rebajar el terreno, de forma que se generará una nueva escalinata de entrada desde este extremo.
El lateral junto al Francolí será la nueva entrada principal y, aunque ahora mismo es difícil poder apreciarlo, si uno mira detrás de la valla protectora que se ha instalado, podrá ver como ya no queda rastro de los antiguos muros perimetrales que cerraban el monumento. En su lugar, ha empezado a trabajarse para generar una estructura de taludes, que garantizará el acceso a esta nueva zona verde de carácter gratuito, en la que tanto los visitantes como los ciudadanos de Tarragona se encontrarán con un refugio climático que les invitará a permanecer en el espacio.
Igual de irreconocible se hace la antigua entrada a través de la rampa de acceso por Ramón y Cajal, donde hace unos días empezaban a trabajar las máquinas para abordar una parte de la obra trascendental. Fuentes cercanas al proyecto explican que ya se ha vaciado el antiguo centro de interpretación, que se habilitó en la década de los noventa, para empezar a plantear la nueva estructura que acogerá los servicios museísticos. Estos estarán inscritos en una galería porticada, que es la que empezará a habilitarse en esta fase del proyecto.
Los trabajos se harán por tramos para evitar que pueda generarse cualquier desprendimiento en este talud lateral, de forma que, a medida que vaya avanzándose, se consolidará la nueva estructura. Para poder continuar con esta parte de la actuación y que no aparezcan sorpresas de última hora, en una fase previa ya se hizo la parte correspondiente a las excavaciones arqueológicas, aunque el proceso requerirá supervisión específica.
En esta fase también empezará a trabajarse en la restauración y consolidación de la antigua Nau de Motors de Tabacalera, que formaba parte de la antigua Tabacalera, y que se integrará en la nueva Necròpolis. De acuerdo con el proyecto que redactó el despacho de arquitectura tarraconense Urbana Strata, el espacio se planteó como una zona para canalizar las visitas, aunque estará a libre disposición del MNAT para que pueda utilizarlo según las necesidades futuras que se planteen.
El proyecto tiene diferentes frentes abiertos en los que se trabaja de forma simultánea para evitar que se dilaten los plazos y las obras se ajusten al calendario, marcado por los fondos Next Generation. A través de estos, el Ministerio de Cultura aportará una partida de siete millones de euros que debe servir para esta puesta a punto, y que la Necròpolis deje de ser el yacimiento con un museo cerrado desde la década de los noventa, para pasar a ser uno de los principales polos de atracción a nivel patrimonial de Catalunya.
Para ello todavía falta. A partir de septiembre tendrá que empezar a abordarse la sustitución de las cubiertas que protegen la parte del yacimiento al aire libre, y que será otro de los momentos largamente esperados.
Problemas de tráfico por culpa de las obras
Fuentes consultadas apuntan que, de momento, las obras avanzan según el calendario previsto, teniendo en cuenta que el proyecto debe ser una realidad durante el primer semestre del año que viene. Mientras tanto, durante los próximos meses las obras seguirán generando problemas de movilidad, ya que a causa de los trabajos ha tenido que cerrarse uno de los carriles de entrada a la ciudad.
Eduard es uno de los conductores afectados. Vive en Salou y trabaja en Tarragona. «No entiendo por qué no previeron algo para evitar dejar solo un carril, cuando aquí ya hay mucho tráfico y se generan problemas habitualmente», dice. Apunta que algunos días las colas llegan hasta la zona del Tanatori, por lo que teme la situación que puede generarse con el inicio de curso; en un día de lluvia, cuando los turistas de la costa vienen a pasar el día a Tarragona, o cuando empiecen los trabajos de asfaltado del vial principal del polígono Francolí. «En los días que veo que hay mucha cola, ya me desvío y voy por Joan XXIII, pero a partir de septiembre aquello puede ser un caos diario», dice.
Este cambio en la movilidad viene motivado por la ampliación de la acera en el tramo de Ramón y Cajal, que doblará sus dimensiones pasando de tres a seis metros de ancho. Según informó la Guàrdia Ubana en un comunicado, las afectaciones se prolongarán seis meses.