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Pesca

Los pescadores de Tarragona se plantean un ERTE al quedarse sin días para faenar

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se reunió ayer con el comisionario de Pesca de Europa, Costa Kadis, para defender los intereses de un colectivo que está agonizando

Los pescadores de Tarragona viven con la incertidumbre de no saber cuántos días podrán faenar.

Los pescadores de Tarragona viven con la incertidumbre de no saber cuántos días podrán faenar.Foto: DT

Carla Pomerol

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De las 22 embarcaciones del arrastre que quedan en el puerto de Tarragona, solo una podrá pescar hasta finales de año. Al resto, se les acaban los días permitidos para faenar en las próximas semanas. Las que se encuentran en peor situación son las barcas pequeñas, las que llevan el armador y un marinero como tripulación. En Tarragona hay dos. En este caso, solo les quedan tres o cuatro días para pescar y, la semana que viene, deberán amarrar la embarcación hasta el año que viene. "¿Y qué hacemos con los marineros si no tienen derecho a paro? ¿Y los armadores, nos damos de baja de autónomos?", se preguntan, desesperados, los pescadores. 

La situación de las embarcaciones pequeñas es similar a las medianas y a las de mayor tamaño. Unas se verán obligadas a dejar de pescar la semana que viene, y las otras, a mediados de noviembre. Pero el fin es el mismo. A no ser que el Estado español reparta más días como medida excepcional, la mayoría de barcas no podrán pescar en Navidad. 

Con este panorama, los armadores se plantean varias opciones. La primera es mandar a los marineros al paro. "¿Qué les digo a mis trabajadores? ¿Qué se vayan a casa y que se quedan sin ingresos los dos últimos meses del año?", se pregunta Luís, un armador de Tarragona, muy indignado. 

El problema es que algunos marineros ya no tienen la opción del paro. "Hemos hecho cálculos y se necesitan nueve meses trabajados para poder estar tres meses en el paro", dice Esteve Ortiz, presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona. Hay marineros que ya los han gastado, teniendo en cuenta que, por primera vez en la historia, en Tarragona se han hecho tres meses de veda biológica. El motivo de tanto paro era guardar días de pesca para finales de año. A pesar del esfuerzo, tampoco llegarán a diciembre.

La otra opción es que las embarcaciones hagan un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, lo que se conoce como un ERTO. Pero no es tan fácil como parece, ya que el empresario deberá seguir haciendo frente a la Seguridad Social de los trabajadores. "¿Y de dónde sacamos el dinero para pagar si no salimos a pescar", dice otro pescador. 

La situación es compleja y el ambiente en los puertos, especialmente en el de Tarragona, es de tensión y de indignación. A ello, hay que sumarle la incertidumbre de no saber si el gobierno central repartirá más días para poder pescar hacia finales de año. 

"Después se quejan de que no hay relevo generacional. ¿Pero qué quieren? Nos están maltratando entre unos y otros", explica un armador, quien asegura que "a la que pueda, lo vendo todo y me voy a trabajar de cualquier cosa". Este es el sentimiento generalizado.

¿Quién y cómo se reparten los días?

El principal problema del colectivo son los pocos días permitidos para poder pescar. La Comisión Europea es el organismo encargado de asignar los días a cada estado miembro, y España lo reparte siguiendo criterios técnicos y dependiendo del tamaño de las embarcaciones. 

A finales del año pasado se armó un buen lio cuando Europa proponía reducir los días de pesca a 27 al año. Una propuesta que provocó la revuelta del sector. Finalmente, tras varias presiones a al Comisión Europea, se asignaron una media de 130 días de pesca al año, con opción a ampliarse si las embarcaciones instalaban medidas para reducir el impacto en el fondo marino, como mallas más grandes y puertas voladoras.

A principios de año, el Estado español reparte el 90% de los días, y se guarda el 10% restante en cartera. De este 10%, el 3% es para las embarcaciones que han colocado las puertas voladoras y, el 7% de días se destinan a nuevas embarcaciones. Si finalmente sobran, se reparten entre las que hay. 

Pongamos un ejemplo. Luis contaba con 120 días de inicio. A principios de octubre, le dieron 22 días más por haber instalado las puertas voladores. Le quedan un total de 144, lo que no llega ni a la mitad del año. Luis, pese a haber hecho tres meses enteros de veda, deberá amarrar la barca el próximo 12 de noviembre. 

Pero todavía hay más. El Estado utiliza otro sistema para poder seguir ampliando los días. "Le llaman mecanismo de optimización y lo que hace es detectar si hay alguna barca que le sobren días para poder repartirlos entre las otras", explica Xavier Domènech, presidente de la Federació Territorial de Confraries de Pescadors de Tarragona. Estas jornadas no se asignan hasta finales de año. 

Y aquí viene el problema. Hay embarcaciones que llevan todo el año guardándose días y saliendo a faenar solo tres de los cinco días de la semana para luego asegurarse poder pescar en verano. "Entonces nos encontramos qué, a principios de diciembre, el Estado abre las cuotas y da barra libre para poder pescar. Somos unos pringados", dice Antonio, otro pescador. 

La incertidumbre a la que está sometidos el colectivo no tiene precedente. Pero la realidad es que el Estado no lo hace para molestar o dificultar la vida a los pescadores, sino para aprovechar hasta el último día. 

La demora en la asignación final de los días es uno de los motivos por el cual los pescadores del arrastre de Tarragona decidieron avanzar la veda biológica, "para a ver si las administraciones se pronunciaban antes", dice Domènech.

Desde la Federació Territorial de Confraries de Pescadors de Tarragona explican que, este año, han sobrado pocos días en otros puertos y que, por lo tanto, no se asignarán más días de los que ya se han repartido. El pescado está todo vendido, nunca mejor dicho. 

Encuentro Illa-Kadis

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acompañado del conseller de Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, Òscar Ordeig, se reunió ayer por videoconferencia con el comisario europeo de Pesca y Océanos, Costa Kadis. 

Illa, con el conseller Ordeig, de reunión con el comisario europeo, Costa Kadis.

Illa, con el conseller Ordeig, de reunión con el comisario europeo, Costa Kadis.Cedida

Durante el encuentro, se habló sobre la situación del sector pesquero a Catalunya, poniendo en valor las medidas que se están implementado para avanzar hacia la sostenibilidad ambiental de los océanos. Un ejemplo son las vedas biológicas o las mallas nuevas. 

El presidente Illa defendió el compromiso de Catalunya con la transición ecológica, pero ha pedido al comisario que esto sea compatible con la supervivencia del sector pesquero catalán. 

Por eso, ha reclamado a la Comisión Europea que flexibilice algunas de sus medidas para garantizar la viabilidad económico del colectivo.

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