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Los pescaderos de Tarragona temen una Navidad sin pescado ni gamba local

Si la Comisión Europea no asigna más días para poder pescar a los pescadores, las barcas quedaran amarradas y no llegará género local a las paradas. Los clientes, preocupados, ya empiezan a hacer sus compras para Navidad para no quedarse sin

Pescaderías.

Pescaderías.Foto: Alfredo González

Carla Pomerol

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En el Mercat Central de Tarragona se respira inquietud. Los pescaderos miran al mar con preocupación, aunque con esperanza: si la Comisión Europea no autoriza más días de pesca a los pescadores del arrastre de Tarragona y de todo el Mediterráneo, muchas embarcaciones tendrán que quedarse amarradas a puerto, y con ellas, la esperanza de una campaña de Navidad con producto local.

Cabe recordar que actualmente ya hay dos embarcaciones amarradas en el puerto de Tarragona por haber agotado los días de pesca permitidos. Si Europa no se pronuncia pronto, todas las embarcaciones se verán obligadas a parar entre esta semana y la que viene. El resultado: una campaña de Navidad sin pescado de kilómetro cero.

Los pescaderos se juegan mucho. Si las barcas no salen, no habrá pescado fresco ni gambas de aquí para fiestas. “Venderemos pescado de fuera. No tenemos más remedio. Aunque no nos guste tendremos que adaptarnos”, dice Joan Sevil Budesca, un joven pescadero del Mercat Central.

Son muchos los clientes que se acercan a la parada para despejar dudas. “¿Es cierto que no habrá gambas para Navidad? ¿Las compramos ya ahora?”, se preguntan. Las pescaderas responden con incertidumbre. “No lo sabemos. Esto depende de Europa, de si da o no da más días para que nuestros pescadores puedan salir a faenar”, dice la pescadera.

La situación deriva de las restricciones impuestas por la Unión Europea para reducir el esfuerzo pesquero en el Mediterráneo, con el objetivo de recuperar las especies más afectadas por la sobreexplotación. Pero el sector advierte que las limitaciones están asfixiando a los pescadores y a toda la cadena que depende de ellos.

El colectivo lleva años reivindicando sus derechos y pidiendo que las normativas no sean tan duras. Hace ahora un año, la Comisión Europea proponía que los pescadores pudieran faenar 28 días al año. Una idea que enfadó mucho al sector y que, tras muchas presiones, acabó cayendo. Finalmente, se asignaron una media de 130 días al año por barca, siempre y cuando se respetasen algunas normas.

El problema es que la mayoría de embarcaciones ya han agotado los días y Europa todavía no se ha pronunciado sobre si dará más días o no. Desde los gobiernos, tanto el catalán como el español, se muestran optimistas ya que hace unos días se presentaron unos estudios de ICATMAR que demostraban que el mar Mediterráneo se había regenerado.

El precio de las gambas

El impacto sobre el fin de los días de pesca ya se nota en los precios. La gamba roja de Tarragona, uno de los productos estrella de estas fechas, está más cara de lo habitual en estas fechas, debido a que se está pescando poca cantidad y al miedo de que, si no se amplían los días de faena, deje de llegar a los mercados en las próximas semanas. “Hay menos oferta y mucha incertidumbre. Eso hace que suba el precio, pero también que la gente compre con más preocupación”, explica una pescadera de Tarragona.

Encarna Sánchez, pescadera del Mercat Central, explica como algunas clientas ya le piden gamba para poder congelar. “Por si acaso luego no hay, quiero asegurarlas”, dice una clienta. Actualmente, el precio de longa de la gamba grande es de 100 euros, de la mediana a 80 y de la pequeña 40.

La Navidad representa la época más importante del año para los vendedores, y los productos del mar —especialmente la gamba roja y el pescado de lonja— son los más demandados por los clientes. “Muchos vienen buscando el sabor de aquí, el de siempre. Pero si no dejan faenar a los pescadores, no podremos ofrecerlo”, añade un pescadero.

El sector aguarda ahora una decisión de Bruselas que podría llegar en las próximas horas. Si no se amplían los días de actividad, el impacto será inmediato: menos capturas, menos ingresos y mostradores sin el género habitual.

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