Tradición
La comunidad paraguaya de Tarragona festeja su patrona, la Virgen de Caacupé
La jornada de devoción también sirve para reivindicar la cultura y abrirse a toda la sociedad

La procesión de la Virgen de Caacupé ha recorrido la calle Unió de Tarragona.
El 8 de diciembre es en Paraguay el día de su patrona, la Virgen de Caacupé. Nunca es fácil vivir lejos de la tierra natal, y los festivos adquieren aún más significado. Es por este motivo que la comunidad paraguaya festeja cada año, por estas fechas, a la Virgen de Caacupé. Una fiesta que, tras ya 13 años de celebración, se ha convertido en un pilar que mantiene vivas las raíces y la identidad cultural de los paraguayos residentes en la provincia. Y es que «Paraguay no se puede entender sin la Virgen de Caacupé», expone el presidente de la Asociación de Paraguayos de Tarragona, Eduardo Ortega.
Este es un pueblo creyente, pero la festividad es también un momento para «reivindicar la cultura», subraya Ortega. En este sentido, la tarde de este domingo, 7 de diciembre, parte de la Rambla de Tarragona se ha convertido en un trocito de Paraguay, donde se han congregado paisanos de varias ciudades de la provincia, e incluso algunos de Barcelona.
A la altura de la calle Unió, la asociación –organizadora de la festividad– empezaba a repartir, a las 17.30 h, cocido con chipa. Como aclara Ortega, no se trata de lo que en España se conoce como ‘cocido’, sino que es un té, una infusión que se obtiene del mate y al que se le puede agregar leche. En cuanto a la chipa, es un tipo de torta salada. Así, a través de comida tradicional, la comunidad iniciaban la festividad, con la imagen de la Virgen Caacupé a pie de calle, cuidadosamente adornada con flores, y empezaba a despertar la curiosidad de los transeúntes. «¿Qué país es?», se preguntaban algunos en voz alta. Si la pregunta llegaba a oídas de algún paraguayo, rápido respondían y se entablaban, así, nuevas relaciones.

Un grupo con cocido y chipa, junto a la Virgen de Caacupé.
En total, se han servido 300 cocidos y 300 chipas en una hora. Minutos antes de las 18.30 h, la festividad daba paso a otra demostración cultural, con bailes tradicionales. En plena Rambla, sonaba la música y alrededor de una niña de falda azul se formó un corro de gente aplaudiendo al ritmo de la música y al que se iban sumando cada vez más y más curiosos. A continuación, cogía el relevo otro grupo, con faldas amarillas, verdes y azules y el pelo recogido con dos trenzas rematadas con un moño decorado con flores de colores. Las jóvenes bailaban y giraban, con las faldas arremolinándose en una bonita estampa.
Una sentida procesión
Finalmente, se ha dado paso al momento de máxima devoción. Bajo la atenta mirada de los presentes, y muchos móviles en mano, la comunidad ha puesto en marcha la procesión, con la Virgen de Caacupé llevada a hombros. La marcha ha seguido por la calle Unió, completando los últimos metros hasta llegar a la Mitja Lluna entonando cantos a la Virgen.
«Es una festividad importante por su religiosidad», explicaba Lorena durante la procesión. Es vecina de Torredembarra, pero cada año, ella y su familia van a Tarragona a celebrar esta tradicional fiesta. De hecho, sus hijas bailan e iban encabezando la procesión. «Desde pequeñas, siguiendo la tradición», decía con orgullo Lorena. Entre los presentes, también estaba Candy, vecina de Tarragona, que explicaba que tampoco se pierde nunca la festividad: «Es nuestra patrona».
La tarde ha seguido con la Santa Misa y finalizará en el bar Gallego con una cena con unas 120 personas.
Identidad e inclusión
La Asociación de Paraguayos de Tarragona es un punto de encuentro de la comunidad que mantiene vivos los vínculos, la cultura y la fe. Pero también fomenta la inclusión e integración, con cursos de catalán y de la tradición catalana. Una asociación que trabaja por la interculturalidad, que organiza sus propias actividades, con varias fiestas así como un equipo de fútbol y, a la vez, participa en propuestas de otras comunidades. Supone también un punto de apoyo social.