Sanidad
Más de 100 enfermeras de Tarragona se han ido a trabajar fuera en 2025
Esther Pallarés, enfermera de 30 años, es un ejemplo de talento local que se marcha fuera. Es de Tarragona, se formó en la URV, emigró a Inglaterra y ahora está en Barcelona

Una protesta de enfermería ante las puertas del Hospital Joan XXIII de Tarragona.
Esther Pallarés tiene 30 años, es de Tarragona, se formó en la URV y ahora trabaja en el Hospital de Dia de la Vall d’Hebron. Es uno de esos casos de talento local que ha emigrado. «El año pasado aprobé las oposiciones para una plaza fija y eso me da mucha estabilidad», explica.
Pallarés lleva cinco años en Barcelona. Allí recaló después de una estancia en el Royal Hospital de Bournemouth, donde llegó tras graduarse en la URV y estar un tiempo en Tarragona. Ahora se ve mucho tiempo en Vall d’Hebron. «Ir a Tarragona sería como dar un paso atrás. También en lugares como Joan XXIII hay muchas opciones de investigación, pero aquí me siento más realizada. De momento, a pesar de que en Barcelona todo es más caro, incluida la vivienda, me compensa», admite.
102 bajas por traslado
La marcha de enfermeras fuera de la provincia es otra realidad que afecta al sistema sanitario. Hasta inicios de diciembre, el Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (Codita) contabilizaba 102 bajas por traslado. Supone un aumento respecto al balance del año pasado (83) y el anterior (91).
Gerard Mora, secretario de Codita, sostiene que «estamos en una situación dinámica, con movilidad interterritorial y un flujo continuo, porque hay muchos alumnos que estudian aquí pero son de otras comunidades».
«En Barcelona he encontrado estabilidad. No me planteo volver», explica la enfermera Esther Pallarés
Igual que pasa con los facultativos, también hay escasez de efectivos que intenta solucionarse con nuevas llegadas. «Como no tenemos suficiente con lo que producimos, cuando hay picos de trabajo, vienen de lugares como Andalucía», apunta Mora, que indica que «las que se quedan después de formarse no llegan al 50% y es una realidad similar a la de los médicos». Para Mora, «influye la situación limítrofe de Tarragona, entre Castellón y Aragón, y eso hace que sea un lugar atractivo para gente de fuera. Además, en Catalunya hay más oferta de plazas que en otras comunidades».
El secretario de Codita reconoce que «no es bueno no poder retener un talento muy valioso, ya que las enfermeras salen muy bien formadas y se invierten unos recursos que luego no acaban repercutiendo sobre la ciudadanía». El otro peligro es la emigración al extranjero, ese camino que emprendió Esther en 2017. Mora lamenta que «entre 2016 y 2018 hubo muchas marchas a otros países y ahora vemos un goteo que posiblemente se incrementará si no hay mejores condiciones, sobre todo económicas».