Política
El 'momentum' de la Part Baixa: el Pla de Barris dobló la inversión en Tarragona entre 2005 y 2017
Los precedentes de la Part Baixa. Los planes integrales en Campclar y la Part Alta preveían una apuesta de 27 millones que, al final, se convirtieron en 52 por las actuaciones en paralelo que llevaron a cabo otros agentes e instituciones

La Rambla de Ponent fue la gran obra del Pla Integral de Campclar.
La anunciada apuesta de la Generalitat por destinar 25 millones de euros a la Part Baixa hasta 2029 –el 50% a cargo del consistorio– tiene dos antecedentes en Tarragona: Campclar (2005-2012) y la Part Alta (2007-2017).
El entorno más cercano al Port será, pues, la tercera zona de la ciudad que se acoge al Pla de Barris, antes conocido como Llei de Barris. En un análisis general se puede decir que Campclar fue la cara de la moneda, mientras que la Part Alta la cruz. Pese a ello, las mejoras y el anuncio de inversiones millonarias en ambos barrios generó una atracción inducida tanto de otras administraciones públicas como del sector privado que acabó generando el doble de los recursos previstos.
La Rambla de Ponent
Entre 2005 y 2017, los planes integrales ejercieron como polo de atracción. Así, los 27 millones iniciales (15 para la zona de Ponent y 12 para el Casc Antic) se convirtieron al final en casi el doble, 52, según los datos del Servei Municipal de l’Habitatge (Smhausa).
En Campclar, la inversión se ejecutó al 100%: 7,5 millones el consistorio y otros 7,5 el Govern. Dos fueron las grandes obras: la Rambla de Ponent y el edificio de Espais de Trobada. En Ponent, la apuesta por la Llei de Barris comportó una inversión externa al plan integral de 21 millones, lo que permitió que la apuesta de 15 al final se convirtiera en 36 millones.
¿Por qué? De forma paralela a la Llei de Barris, se llevaron a cabe tres grandes acciones. La principal fue la comisaría de los Mossos d’Esquadra, que se inauguró en 2011 tras una inversión de la Generalitat de 12,1 millones. Asimismo, en 2009 se urbanizó el vial de servicio de la N-340, instalando nuevo alumbrado, un carril bici con ampliación de la acera, renovando toda la infraestructura de servicio con una inyección de 2,8 millones del Gobierno Central. Finalmente, el Govern también construyó el nuevo Centre Cívic, con una apuesta de 1,9 millones. Todo ello, sin contar la inversión que experimentó el Anillo Mediterráneo a partir del año 2016, por 37,5 millones de euros.
La crisis lastró el Casc Antic
Por su parte, y pese a suponer una inversión directa de 6,6 millones, la Llei de Barris de la Part Alta queda lastrada por la no realización del centro social y cultural de Ca l’Agapito. Esta actuación suponía un 40% del total de la inversión prevista, pero no se pudo ejecutar. Además, el plan coincidió con el estallido de la crisis económica del 2008, un hecho que comportó que la Generalitat dejara de aportar regularmente su parte a partir del 2011.
Las actuaciones más destacadas fueron los cambios de pavimentación en las calles Mediona, Comte, La Nau o Sant Domènech, así como el soterramiento del cableado. También se impulsaron mejoras en las fachadas y la señalización de elementos patrimoniales.
Pese a ello, la inversión inducida fue clave. Así, la principal acción paralela fue la reforma del Seminari por parte del Arquebisbat, así como de la biblioteca del centro. Las actuaciones se iniciaron en 2011, finalizaron en 2012 y supusieron una inversión global de más de ocho millones de euros. Esto permitió que, en números totales, la inversión prevista en el plan integral de 12 millones se convirtiera en un 33% más: 16.
El Pla de Barris va más allá, pues, de lo que es el proyecto en concreto. Además de la actuación urbanística y social supone un impulso a la imagen del barrio, generando atracción inversora. Tras años de espera, y con los precedentes de Campclar y Part Alta, llega el momentum de la Part Baixa.