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    Los CAP de Tarragona fichan psicólogos comunitarios contra el malestar emocional

    Desde hace unos meses los centros de primaria cuentan con esta figura de prevención en salud mental. Los primeros resultados son positivos

    31 agosto 2022 19:45 | Actualizado a 01 septiembre 2022 07:00
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    «Alguien que cuida de una persona dependiente las 24 horas del día es fácil que acabe en el CAP por alguna patología», reconoce la psicóloga Eva Bellés. También es probable que, en función de su sufrimiento, salga con la receta para un fármaco.

    Desde hace unos meses, no obstante, el mismo paciente puede salir, además, con más opciones, como participar en un grupo, dirigido por un psicólogo/a, junto a otras personas en su misma situación. Además, como parte del proceso, también le podrían ‘prescribir’ hacer una actividad en el centro cívico de su barrio.

    Este ejemplo sirve para explicar, a grandes rasgos, el trabajo de la recién implementada figura del ‘referente de bienestar emocional comunitario’ que, en el caso de los centros de atención primaria del ICS del Camp de Tarragona, comenzó su despliegue en octubre del año pasado y ha terminado este año hasta llegar a todos los CAP. En total son 17 psicólogos.

    Su labor es, sobre todo, preventiva, evitar que el malestar acabe en trastorno, explica Leonor Sánchez, referente del conjunto del Camp de Tarragona y, a su vez, del CAP Horts de Miró en Reus. Apunta que no hay que confundir su labor con la de los psicólogos clínicos, que son los que se encargan de tratar la patología.

    «La salud mental ha sido la gran olvidada hasta la pandemia», señala Sánchez, así que contar con más profesionales es una buena noticia.

    Eso sí, no hay que llamarse a engaño, el Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya (COPC) alertaba el año pasado de que el número de profesionales en los servicios públicos de salud es «muy inferior» a la media europea. Señalaban que si en Europa la media es de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes, en la sanidad pública española había unos cinco, y en Catalunya, nueve.

    Del estrés al duelo

    Los usuarios llegan hasta los referentes de bienestar emocional básicamente por derivación de otros profesionales como la enfermera, médico de cabecera o trabajador/a social.

    Los referentes organizan grupos en función de las necesidades: duelo, estrés, soledad no deseada... Compartir con personas que están pasando lo mismo es una «poderosa herramienta terapéutica», señala Bellés.

    Se trata de un trabajo que se hace en colaboración con la comunidad. Así pues, además se puede poner en contacto a la persona con centros cívicos, asociaciones o fundaciones.

    De momento han participado en estos grupos un centenar de personas. A todas, señala Sánchez, se les hace un test de bienestar emocional. Los primeros resultados muestran que, al terminar las sesiones, todos los usuarios han mejorado su bienestar. Además, en los grupos de gestión del estrés y acompañamiento al duelo se ha observado «una remisión de la sintomatología ansiosa depresiva que ha pasado de ser leve a desaparecer».

    Respuesta comunitaria

    También se mide el grado de apoyo social, algo que mejora después del trabajo que se realiza conjuntamente con la comunidad.

    Y es que no todo parte del CAP, las propias entidades de sus barrios les muestran sus necesidades, como un taller de crianza (primero hicieron uno de niños y les han pedido otro para adolescentes) o sesiones para mayores que acuden a un comedor social.

    También organizan sesiones en institutos de secundaria donde han detectado una gran necesidad de atención entre los adolescentes, «nos han abierto las puertas, nos dicen que para ellos es un soplo de aire fresco».

    El programa comenzó desplegándose en los CAP de las zonas económicamente más desfavorecidas y Sánchez dice que la experiencia ha venido a confirmar lo que ya se sabía: que a más problemas socioeconómicos, más malestar. Sin ir más lejos, Sánchez explicaba que en dos entrevistas de acogida para un grupo de manejo del estrés que hizo el día anterior salió el mismo problema de fondo: una joven trabajadora que no podía encontrar un piso porque le pedían un contrato de un año en la misma empresa y una mujer migrante con varios familiares viviendo bajo el mismo techo angustiada por la misma situación. Los más vulnerables a los problemas económicos: mujeres, jóvenes, mayores..., también lo son en lo emocional, dicen.

    Aunque nadie es inmune al malestar, hay situaciones vitales como no tener empleo, agrega Bellés, que atraviesan la vida de las personas. Y lo mismo sucede al revés. En el caso de personas con mayor poder adquisitivo es más probable que tengan los medios para acudir al psicólogo por la vía privada y acceso a otras ayudas.

    «Alguien que cuida de una persona dependiente las 24 horas del día es fácil que acabe en el CAP por alguna patología», reconoce la psicóloga Eva Bellés. También es probable que, en función de su sufrimiento, salga con la receta para un fármaco.

    Desde hace unos meses, no obstante, el mismo paciente puede salir, además, con más opciones, como participar en un grupo, dirigido por un psicólogo/a, junto a otras personas en su misma situación. Además, como parte del proceso, también le podrían ‘prescribir’ hacer una actividad en el centro cívico de su barrio.

    Este ejemplo sirve para explicar, a grandes rasgos, el trabajo de la recién implementada figura del ‘referente de bienestar emocional comunitario’ que, en el caso de los centros de atención primaria del ICS del Camp de Tarragona, comenzó su despliegue en octubre del año pasado y ha terminado este año hasta llegar a todos los CAP. En total son 17 psicólogos.

    Su labor es, sobre todo. preventiva, evitar que el malestar acabe en trastorno, explica Leonor Sánchez referente del conjunto del Camp de Tarragona y, a su vez, del CAP Horts de Miró en Reus. Apunta que no hay que confundir su labor con la de los psicólogos clínicos que son los que se encargan de tratar la patología.

    «La salud mental ha sido la gran olvidada hasta la pandemia» señala Sánchez, así que contar con más profesionales es una buena noticia.

    Eso sí, no hay que llamarse a engaño, el Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya (COPC) alertaba el año pasado de que el número de profesionales en los servicios públicos de salud es «muy inferior» a la media europea. Señalaban que si en Europa la media es de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes, en la sanidad pública española había unos cinco, y en Catalunya, nueve.

    Del estrés al duelo

    Los usuarios llegan hasta los referentes de bienestar emocional básicamente por derivación de otros profesionales como la enfermera, médico de cabecera o trabajador/a social.

    Los referentes organizan grupos en función de las necesidades: duelo, estrés, soledad no deseada... Compartir con personas que están pasando lo mismo es una «poderosa herramienta terapéutica» señala Bellés.

    Se trata de un trabajo que se hace en colaboración con la comunidad. Así pues, además se puede poner en contacto a la persona con centros cívicos, asociaciones, o fundaciones.

    De momento han participado en estos grupos un centenar de personas. A todas, señala Sánchez, se les hace un test de bienestar emocional. Los primeros resultados muestran que, al terminar las sesiones, todos los usuarios han mejorado su bienestar. Además, en los grupos de gestión del estrés y acompañamiento al duelo se ha observado «una remisión de la sintomatología ansiosa depresiva que ha pasado de ser leve a desaparecer».

    Respuesta comunitaria

    También se mide el grado de apoyo social, algo que mejora después del trabajo que se realiza conjuntamente con la comunidad.

    Y es que no todo parte del CAP, las propias entidades de sus barrios les muestran sus necesidades, como un taller de crianza (primero hicieron uno de niños y les han pedido otro para adolescentes) o sesiones para mayores que acuden a un comedor social.

    También organizan sesiones en institutos de secundaria donde han detectado una gran necesidad de atención entre los adolescentes «nos han abierto las puertas, nos dicen que para ellos es un soplo de aire fresco».

    El programa comenzó desplegándose en los CAP de las zonas económicamente más desfavorecidas y Sánchez dice que la experiencia ha venido a confirmar lo que ya se sabía: que a más problemas socioeconómicos más malestar. Sin ir más lejos Sánchez explicaba que en dos entrevistas de acogida para un grupo de manejo de les estrés que hizo el día anterior salió el mismo problema de fondo: una joven trabajadora que no podía encontrar un piso porque le pedían un contrato de un año en la misma empresa y una mujer migrante con varios familiares viviendo bajo el mismo techo angustiada por la misma situación. Los más vulnerables a los problemas económicos: mujeres, jóvenes, mayores... También lo son en lo emocional, dicen.

    Aunque nadie es inmune al malestar, hay situaciones vitales como no tener empleo, agrega Bellés, que atraviesan la vida de las personas. Y lo mismo sucede al revés. En el caso de personas con mayor poder adquisitivo es más probable que tengan los medios para acudir al psicólogo por la vía privada y acceso a otras ayudas.

    Las seis áreas básicas de salud que gestiona la Xarxa Santa Tecla en la demarcación también incorporaron la figura del referente de bienestar emocional comunitario en diciembre del año pasado. En total son nueve psicólogos coordinados por Maria Montserrat Jané.
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