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En los seis primeros meses del año la cifra de viviendas de nueva construcción iniciadas en Tarragona ciudad fue de treinta. Así lo ponen de manifiesto los datos recogidos por la Associació de Promotors de Catalunya, según las cuales esto representa una caída del 44,5% respecto al mismo periodo del año pasado. En cambio, las unidades acabadas prácticamente se han multiplicado por tres, pasando de 82 a 237 en este primer semestre. Son algunos de los datos que se dieron a conocer en la jornada ‘Tarragonès: reptes i oportunitats del sector immobilitari’, organizada por la Associació de Promotors de Catalunya (APCE), en colaboración con CaixaBank, y que tuvo como trasfondo el debate sobre el futuro POUM, que la semana pasado inició la fase del proceso participativo.
«El problema de esta ciudad no es diferente a la de las otras ciudades, que es que hay un desequilibrio entre la oferta y la demanda», decía el presidente de la Associació de Promotors de Catalunya en Tarragona, Daniel Roig. El sector expone los datos proporcionados por la Generalitat, según los cuales, para equilibrar oferta y demanda deberían construirse unos 25.000 pisos nuevos en Catalunya cada año. Durante el año pasado, esta cifra se quedó en 15.106, por lo que «queda recorrido por delante», decía el director general de APCE, Marc Torrent.
Los promotores inmobiliarios no entraron a valorar los sectores de crecimiento ni concretaron las necesidades de vivienda que debería garantizar el POUM de cara a un futuro. La cifra más aproximada la dio Marc Torrent, quien situó en 2.000 unidades anuales las necesidades de vivienda nueva para el Camp de Tarragona. Y, en este sentido, el presidente del colectivo en las comarcas tarraconenses justificó que «las rehabilitaciones, desarrollar solares vacíos y llenar agujeros son políticas buenísimas para la ciudad, pero a largo plazo pueden no ser suficientes si Tarragona sigue siendo tan atractiva».
Daniel Roig pedía el «consenso» de todas las fuerzas políticas para que el futuro plan general pueda seguir adelante con amplios apoyos. «El urbanismo es una cosa a muy largo plazo y, al final, hacer las cosas sin un consenso amplio puede suponer que el día en el que se cambie de gobierno se eche a perder todo», decía.
El concejal de Territori, Xavier Puig, fue el encargado de inaugurar una sesión en la que había algunos de los principales promotores de la ciudad. Durante su intervención, este defendió que el nuevo POUM es «una muy buena oportunidad de pasar de un escenario de crecimiento ilimitado a otro con un crecimiento sostenido y sostenible». «Tenemos un campo económico por recorrer muy amplio», apuntó el tercer teniente de alcalde, quien expuso que los planes que quieren desarrollarse «no monopolizan el crecimiento», a diferencia de los grandes sectores que ahora están descatalogados y el Gobierno municipal no quiere incluir en esta revisión.
Junto con Tarragona, Altafulla, El Catllar y Vila-seca lideran las nuevas promociones en la comarca del Tarragonès, mientras que en una segunda línea se encuentra Roda de Berà, que el año pasado fue el segundo municipio con más viviendas iniciadas, tan solo por detrás de Salou y Tarragona.
Camp de Tarragona lidera
Los datos de la Associació de Promotors de Catalunya ponen de manifiesto que durante el primer semestre de este año ha repuntado «significamente» la actividad constructora en el Camp de Tarragona, con un crecimiento de más del 56% respecto al mismo periodo del año pasado. El Tarragonès, el Baix Camp y el Baix Penedès lideran esta recuperación, mientras que en las comarcas interiores la nueva construcción sigue estancada.
Otro de los datos favorables hace referencia a la compraventa de vivienda, que se ha incrementado en más de un 20% en las comarcas del sur de Catalunya, tanto en lo que se refiere a la vivienda nueva como de segunda mano.
Blai Morera, director de Negoci Immobiliari de CaixaBank, aportó el contexto macro para ver hacia donde se prevé que evolucione el sector en los próximos tiempos. Los estudios apuntan a «ciertos síntomas de ralentización en la demanda», a causa del incremento de los tipos de interés. Pese a ello, el sector financiero defiende que la fabricación de viviendas sigue por debajo de la demanda, por lo que «con los datos actuales no parece que tengamos un problema de burbuja inmobiliaria». Con estos datos encima de la mesa, Morera apuntó a un «riesgo bajo» de corrección brusca del mercado y, por tanto, de los precios.
