Piden una calle para el alma tarraconense de Leño

El histórico bar Ca la Juanita de Bellvei recoge firmas para que dediquen una calle a Tony Urbano, el legendario bajista del grupo Leño que murió hace dos años. El músico trabajó en el local

19 mayo 2017 17:23 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:45
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Joana Llaveries todavía recuerda aquel día de 1990 cuando el hombre con túnica, sandalias y una larga coleta entró en su bar Ca la Juanita de Bellvei donde el vermut más que un ritual es un auto sacramental. «Era muy amable y siempre dispuesto a ayudar».

Aquel hombre trabajaba en Cristelería Española de L’Arboç, pero le hablaron de los vermuts de Ca la Juanita y allí que fue. Y se convirtió en un asiduo del local. Tanto, que incluso trabajó durante años en el establecimiento. Discreto, ocultaba un secreto.

El autógrafo

«Un día unos clientes le miraban... Y le pidieron un autógrafo», recuerda Joana. En el bar se sorprendieron. Hasta que el ya camarero de Ca la Juanita reveló su identidad. Era Tony Urbano, el histórico bajista del grupo Leño, la banda de rock duro nacida en 1978 y que fue un referente para generaciones y grupos que vinieron después.

Urbano, nacido en Tarragona en 1956, falleció en Reus en 2014. Ahora se ha iniciado una recogida de firmas para que su ciudad natal le dedique una calle. Y en Ca la Juanita son impulsores de la iniciativa. Ya llevan más de 1.000 firmas, que se suman a las que también recogen otros locales de la ciudad.

Porque aquel discreto hombre de la coleta que pasó años de anonimato en Cristalería y en el bar de Bellvei merece el reconocimiento. Miembro de bandas como Coz y la mítica Leño, fue también un destacado compositor y productor, autor de más de 40 temas, algunos conjuntamente con Rosendo y Miguel Ríos y entre los que destacan himnos como el Maneras de Vivir que ha versionado todo aquel que ha sido alguien en la música.

Joana señala que cualquier recuerdo que quede permanente para Tony Urbano «es un acto de justicia por lo que hizo para la música y por lo que significó para más de una generación». Y como Ca la Juanita fue su casa, «vamos a ayudar en lo que podamos».

En el local atesoran la última coleta del bajista de Leño. Pere Joan Capdet compartió años de trabajo con el músico en el bar. «Cuando llegó, yo tampoco sabía quién era. Nunca dijo nada pese a haber tocado y haberse relacionado con los más grandes».

El futuro

En el libro de honor del local Urbano dejó algunos de sus pensamientos. «Si el sol sale todos los días por el mismo lugar, será que no hay otra alternativa», escribió. Era un creador, señala Joana. «Y quizá en una última época lamentó el olvido». El futuro ya no es lo que era, escribió también el músico.

Joana recuerda cómo Urbano se subía por las paredes cuando en el bar sonaba Julio Iglesias o Manolo Escobar, «y eso que alguna vez había tocado el Viva España», así que traía sus propios discos y «ponía a Sabina». Porque adoraba la música. Y a su ciudad. «Allí donde iba decía que era de Tarragona».

El tiempo pasa y hay que evitar el olvido. «Lo peor de la eternidad es que nunca sabes cuándo acaba», escribió el músico en Bellvei.

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