Récord de renuncias a herencias en Tarragona

Tarragona batió en 2021 su récord de renuncias a herencias. Hubo 998, casi tres al día, la cifra más alta de la serie histórica. Es casi un 20% más en relación a 2020, un año anómalo, marcado por el impacto del inicio de la emergencia sanitaria, pero es una cifra que supera igualmente a las de los cursos previos a la Covid-19.

Durante el año pasado se rechazaron en la provincia el 15% de las herencias. Esta figura se ha convertido en algo más o menos recurrente en periodos de crisis económica. En la última década casi 8.000 tarraconenses han dicho ‘no’ a un legado. Lo que en principio es un atractivo que se acoge con los brazos abiertos se pude convertir en un caramelo envenenado. «Hay diversas casuísticas pero el caso más típico es cuando hay más deudas de lo que valen los bienes. Es entonces cuando se opta por renunciar. En situaciones de crisis, hay un incremento», reconoce Miguel Roca, notario en Tarragona. «Cada renuncia esconde una historia detrás pero, buscando líneas generales, entre los principales motivos por los que se hace el más habitual es el pasivo de la herencia. Por ejemplo un piso, un chalet que compró el padre o la madre y el hijo no tiene suficiente líquido para hacer frente a la hipoteca», explica Andrés Valdés, notario de L’Ametlla de Mar y miembro de la junta directiva del Col·legi Notarial de Catalunya.

Renunciar en favor de otros

Valdés expone otras situaciones: «Puede haber un patrimonio de una cierta entidad basado en inmuebles y que no haya líquido para pagar los impuestos que tocan y que el heredero no disponga de ese dinero, aunque es verdad que en Catalunya tenemos bonificado el impuesto y ese motivo se ve más atenuado». Otras razones, según señala Valdés, tienen que ver con «problemas familiares o disputas» y también con «renunciar para favorecer a alguien». Miguel Roca indica que «un caso típico en Catalunya es el de una persona casada con hijos que muere sin hacer testamento, entonces se declaran herederos los hijos pero ellos renuncian para que sea para el otro progenitor». Roca añade que «muchas renuncias son de este tipo, porque en Catalunya la ley permite que renunciando los hijos herede el ascendente común». Tampoco se puede desligar la renuncia por deudas del socavón económico originado por la Covid-19. «En la pasada crisis financiera se notó más que ahora, aunque puede ser que alguien tuviera deudas previas a la pandemia y que eso se haya acrecentado o se haya manifestado ahora», dice Valdés.

La vicedecana del Col·legi Notarial de Catalunya, Raquel Iglesias, establece un vínculo entre las renuncias y el aumento de defunciones de la emergencia sanitaria. «Ha habido fallecimientos de personas que tenían una proyección natural de muchos años más y, por lo tanto, su endeudamiento era muy superior. Por otra parte, está la situación de los herederos, personas que pueden ser hijos jóvenes, sin independencia económica y que no pueden asumir, por ejemplo, los gastos de la herencia», cuenta la vicedecana, que cree que «estas muertes prematuras han provocado situaciones económicas de difícil solución y han hecho aumentar las renuncias, dado que una herencia tiene un coste y una asunción de responsabilidad».

A pesar de que existe la posibilidad de heredar a beneficio de inventario –solo se responde hasta donde alcanzan los bienes–, «a veces no se tiene un conocimiento real y exacto de la situación del causante», dice Iglesias. En Tarragona, un 13% de los fallecidos por Covid tenían menos de 70 años, según cifras de Salut.

El beneficio de inventario «es un instrumento útil que permite al heredero aceptar solo hasta donde llegue el patrimonio heredado, que no se confunda el patrimonio personal con el del causante», dice Valdés, que añade: «Se aplica sobre todo cuando no se tiene una información muy detallada del patrimonio que se hereda, cuando no se sabe si hay deudas o no. Supone una separación de los patrimonios y no es lo mismo que aceptar con lo bueno y con lo malo. Se puede usar en cualquier momento pero es más válido cuando existe incertidumbre», indica el notario.

Las mismas herencias también batieron récord en Tarragona durante 2021. Por un lado, influye el parón del confinamiento duro en el inicio de 2020, que postergó operaciones; por el otro, el incremento de la mortalidad, también presente en Tarragona. Otro indicador relacionado como son los testamentos ha experimentado un aumento. «Todo vinculado a las defunciones ha crecido. La gente ha tomado consciencia de que la muerte está aquí y a veces no avisa. Al haberse muerto tanta gente e incluso personas sin testamento, muchos se han dado cuenta de que tienen que hacerlo. Además, en Catalunya hay mucha cultura jurídica al respecto», dice Miguel Roca.

Un efecto rebote

El Observatori Notarial de Catalunya, un exhaustivo análisis recientemente publicado, cifra en 13.669 los testamentos realizados en Tarragona el año pasado, un 8% más que en 2020 y la mayor cifra al menos de los últimos cinco años. «Después del impacto de la pandemia y la paralización de la actividad, se produjo un efecto rebote en la cifra de testamentos debido, en parte, a un aumento de la concienciación por parte de la ciudadanía de la necesidad de contar con protección jurídica», expone el informe. A diferencia de las otras provincias, en Tarragona el número de testamentos aumentó incluso en 2020 pese a todas las particularidades que tuvo ese ejercicio debido a la Covid, en cuanto a confinamientos.

«Mucha gente con amigos cercanos o conocidos que han fallecido han acudido a las notarías para hacer testamentos, con esa idea de ‘tal y como están las cosas, prefiero ser previsor y dejar esto cerrado’, incluso gente no necesariamente mayor, sino de mediana edad, de 40 o 50 años», reconoce Andrés Valdés.

A pesar de ese aumento, el Col·legi, en su observatorio, admite que «el testamento es uno de los documentos que se mantiene más estable». El ente calcula que «en Catalunya, un 80% de los ciudadanos hace testamento, muy por encima de la media española (60%), situándose en las cifras más altas de la zona Euro».

La actividad notarial, como termómetro certero de la actividad, muestra la recuperación económica en 2021 después del severo impacto del ejercicio anterior. Según la vicedecana del Col·legi, Raquel Iglesias, «fue un año con incrementos considerables en relación a la autorización de documentos notariales». Ese volumen de trabajo en los despachos es siempre un fiel reflejo de lo que sucede en la sociedad.

Al récord de herencias y testamentos se añade el aumento de los matrimonios ante notario. En Catalunya se autorizaron 2.030 enlaces, la mayor cifra de los últimos años, un 146% más que en 2020. En Tarragona hubo 125 matrimonios, cuatro veces más que el año anterior y más del doble en relación a 2019. Fue el año con más donaciones en Tarragona (2.091), un 51% más que en 2019, antes de la Covid; y también el curso con más divorcios (121) al menos de los últimos cinco ejercicios, que son los que contempla el estudio.

El balance apunta también a una clara resurrección del mercado inmobiliario: suben la compraventa y las hipotecas. En la provincia hubo 18.865 operaciones de compraventa durante todo el año, un 44% más que en el pandémico 2020 pero un 30% más en comparación con 2019.

Los préstamos hipotecarios también van al alza. Hubo 7.101 en Tarragona, muy por encima de 2020 (5.216) y de 2019 (5.771). Influye el efecto rebote tras las consecuencias del Gran Confinamiento inicial de la pandemia pero también la reactivación económica. Se constituyeron 1.307 sociedades, el dato más alto del último lustro.