Ser hija de la Faraona Lola Flores no ha impedido a Rosario Flores (Madrid, 1963) dibujar una carrera brillante entre la rumba y el flamenco. Su nuevo espectáculo, Universo de ley, aparece como reclamo principal del Tetafest este fin de semana.
Su último trabajo, Universo de ley, presenta un conjunto de colaboraciones con artistas de renombre, como Sebastián Yatra o Fito Páez, entre otros. ¿Por qué esa fórmula?
Se trata de un disco en el que repaso las canciones más emblemáticas de estos 30 años de carrera y las quería compartir con gente que realmente considero que le dan un toque especial a los temas. Por ejemplo, el caso de Sebastián Yatra es clarísimo. Para mí se ha convertido en un artista referencia, de los que más me gustan actualmente. Lo conocí en La Voz y hemos conectado muchísimo.
En el disco se intuye agradecimiento...
Personalmente siento que he llegado a la meta. Intento agradecer a la vida y a la gente todo lo que me han dado en estos años de gloria. Lo siento así. Hay muchos premios, mucha aceptación, mucho cariño. Me siento afortunada.
¿Cómo lo ha adaptado al directo de la gira que ahora mismo protagoniza?
Hay mucho trabajo detrás. Creo que hemos diseñado un concierto muy atractivo, siempre con mucha energía y que despierte emociones entre el público. La sensación que tengo es que lo hemos conseguido. Desde mi punto de vista, crear un disco de canciones inéditas se hace más sencillo que darle una vuelta a temas emblemáticos. El proceso me ha costado mucho.
Rosario Flores es el principal reclamo del Tetafest, en la cuarta edición el festival feminista. ¿Qué le parece el proyecto?
Sinceramente cuando me llamaron, no lo dudé. Todo lo que signifique ayudar a que la mujer obtenga todos los derechos que merece resulta placentero para mí. A Tarragona voy con una ilusión tremenda. Tenemos ganas de conocer ese festival.
A los 61 años, ¿cómo hace para mantener ese estado físico y esa energía en sus actuaciones?
Mucho es genética. Soy una privilegiada de llevar los genes de mi madre (Lola Flores). No he conocido a nadie con la energía y el carácter que ella tenía y creo que algo he heredado. Ahora mismo soy feliz, me siento a gusto y con ganas de seguir trabajando.
¿No ha pensado en el final?
Para nada, mi vida es esto: la música, salir a un escenario a cantar y a bailar. Me siento joven, con el entusiasmo intacto.
¿Qué influencia tuvo Antonio, su hermano, en la carrera de Rosario?
Toda, muchas de mis canciones las compuso él. Antonio falleció en 1995 y pienso mucho en él porque forma parte de mí. Si le hubiera tenido a mi lado, habría hecho muchas más cosas, estoy convencida.
Por cierto, ¿en qué género musical se ubicaría?
Yo vengo de la rumba catalana de mi padre (El Pescaílla), que es muy abierta, y siempre me he definido como una gipsy funky. Toda la vida he escuchado el funky, el soul, me he sentido muy negra y muy gitana. En casa, mi padre era el que cantaba y mi madre, la energía. Una mezcla única. Arte.
¿Recuerda su primera actuación?
Me acuerdo de una noche en la sala Morocco de Madrid. No me podía equivocar. Había muchos ojos puestos en mí, porque mi hermano ya cantaba y Lolita también. Sentí esa presión, mis inicios en esto no fueron sencillos. Al final de esa noche me di cuenta de que podía hacerlo, a todo el mundo le encantó. Después de 30 años, como te decía, me considero afortunada y muy llena por todo lo que he conseguido.