TGN estudia trasladar sus sedes del centro y Sant Salvador

«Se trata de que las personas usuarias sean atendidas en un espacio de confort, de confianza y confidencialidad y de que los profesionales puedan ofrecer su mejor versión», señala la concejala Inés Solé, presidenta del Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST), Inés Solé, a propósito de los planes del instituto para mejorar las instalaciones de atención al público.

Hace unas semanas comenzaba a funcionar la nueva sede de Sant Pere i Sant Pau en los bajos del número 3 del Camí del Pont del Diable. Las nuevas dependencias tienen 305 metros cuadrados, cuentan con cinco despachos de atención directa, una sala polivalente, una sala de reuniones, una sala de trabajo interno y un jardín. Cumplen, además, con las condiciones de accesibilidad.

Hasta su puesta en marcha el servicio funcionaba en el Centre Cívic, por lo que, explica Solé, era difícil conseguir un ambiente adecuado para atender a los usuarios entre muchas y muy diversas actividades. «No era el sitio para hacer una primera atención a las violencias», ejemplifica. En el equipamiento trabajan ahora los mismos 14 profesionales que prestaban el servicio antes del traslado.

Oficina centro, la más masificada

Ahora la intención es conseguir espacios dignos, como los de Snat Pere i Sant Pau para otras sedes. «Se nos ha quedado en el tintero pero hasta el último día trataremos de cerrarlo», dice.

Una de las prioridades es el traslado de la oficina de la zona centro. Es la que aglutina a más usuarios de la ciudad y que actualmente funciona en un edificio de la Rambla Vella. Allí las instalaciones, además de haberse quedado pequeñas, no están adaptadas para personas con problemas de movilidad. «La accesibilidad es un problema endémico que tenemos en la ciudad», admite.

En este caso la opción que se está barajando es un inmueble de propiedad municipal en el entorno de la Estación de Autobuses. El local no solo deberá tener espacio suficiente para los actuales trabajadores sino para nuevas incorporaciones previstas. «Ños sitios los tenemos que diseñar con visión de futuro», apunta.

Otro de los traslados que se propone el IMSST es el de la sede del barrio de Sant Salvador que funciona dentro del Centre Cívic, tal como pasaba con la de Sant Pere i Sant Pau. En este caso hay dos opciones: una antigua llar, de propiedad municipal y los bajos de un edificio de Smhausa.

A estos dos traslados por concretar habría que sumar otros dos en los que el proceso sí está más avanzado y la financiación está garantizada, como es el caso del local del carrer Nou de Santa Tecla, donde se ubicará el servicio de Gent Gran i Dependència.

Hace unos días también salieron finalmente a licitación las obras del edificio de La Torreforta donde irá el nuevo Servei d’Intervenció Socioeducativa (SIS) de Ponent. Las obras habían sido anunciadas hace ya un año a bombo y platillo. «La casa es lenta», reconoce Solé sobre la demora que ha sufrido el proyecto.

Dignificar los espacios, señala, no solo supone un beneficio para los usuarios sino una forma de hacer justicia a los profesionales que están «en la trinchera en un sistema que está desbordado».