«Venir a nadar es una maravilla para mi salud»

Piscina olímpica, gimnasio, pista de atletismo... El Anillo Mediterráneo cuenta con una gran variedad de servicios para los ciudadanos de Tarragona. Se remodeló para albergar los Juegos del Mediterráneo 2017, que finalmente se acabaron celebrando el posterior año. La inversión superó los 30 millones de euros y el objetivo actual es sacarle más partido a la zona.

La entrada a la zona del gimnasio y la piscina cubierta es un constante flujo de personas que entran y salen. Tal vez una de las ventajas del complejo es la cantidad de posibilidades que ofrece para todo tipo de necesidades y gustos deportivos. Una de las personas que entra es Antonio García. Ha vivido en el Serrallo toda la vida y, pese a tener cerca de su casa un polideportivo, asegura que se levanta cada mañana y coge el coche para disfrutar de un rato de deporte. «Vengo casi cada día para hacer unos largos en la piscina olímpica», asegura el hombre. Además, entre las cualidades del recinto destaca su precio – que se mueve entorno a los 105 euros cada tres meses – y, sobre todo, el buen trato que recibe. «No digo que en el Serrallo no me traten bien, pero desde que vengo aquí siempre he tenido buena relación con todo el mundo y estoy muy contento», expone Antonio.

Los 50 metros

Tal vez uno de los puntos fuertes de las instalaciones del complejo es la piscina olímpica de 50 metros. Cabe recordar que fue una de las mejoras para los Juegos del Mediterráneo que se celebraron en 2018, así como la pista de atletismo y el Palau d’Esports. A las 12 del mediodía se encontraban Salva y Aitor. Vienen de Salou expresamente hasta la Anilla para utilizar la piscina de 50 metros. Los nadadores explican que esta «es la única posibilidad que tenemos para nadar los metros que necesitamos».

A pesar de valorar positivamente todo el recinto, tanto uno como otro opinan que haría falta algún cambio. «Nos gustaría que la de 50 metros fuera cubierta. Ahora porque es verano, pero en diciembre nos gustaría seguir disfrutando de esta longitud sin pasar frío», explica Aitor. Su compañero añade que una ampliación de horario «no estaría de más».

Para todos los públicos

En una mañana en la Anilla se pueden encontrar diversos tipos de público. Desde jóvenes que siguen sus rutinas en el gimnasio, hasta personas más mayores que aprovechan sus ratos libres para desconectar. Es el caso de Carmen Amparo. Hace 14 años que usa las instalaciones del polideportivo, mucho antes de construirse la sede de los Juegos. «Estoy contentísima con todo lo que se arregla aquí. Venir a nadar un rato es maravilloso para mi salud», explica Amparo.

En cualquier caso, el tópico de «el deporte es salud» puede convertirse en realidad para personas como Carmen. Y también muchas otras que aprovechan las instalaciones de la Anilla para disfrutar de su tiempo. Parece que la millonaria inversión empieza a dar sus frutos.