36 días de servicio alternativo por carretera por culpa de la borrasca Filomena

El tramo de vía ferroviaria entre Valls y Salomó está cortado por las obras de reparación que se están llevando a cabo en esta zona, que está previsto que finalicen el próximo lunes

21 mayo 2021 18:30 | Actualizado a 22 mayo 2021 06:06
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Hace más de un mes que ningún tren para en la estación de Valls. Los usuarios que habitualmente utilizan este medio de transporte se ven obligados a coger el autobús y a hacer transbordo para llegar a su destinación, una carrera de obstáculos que está a punto de acabar, ya que las obras que se están llevando a cabo en la vía encaran su recta final.

El tramo en cuestión corresponde a la zona entre Valls y Salomó de la R-13. Además de estas dos poblaciones, se ven afectadas las estaciones de Nulles-Bràfim, Vilabella, Roda de Berà y Roda de Mar. En total son ocho convoyes diarios que se sustituyen por un servicio de transporte alternativo por carretera, que cubre el desplazamiento desde Sant Vicenç de Calders a La Plana Picamoixons.

Cuando hay afectaciones se estas características hay que replantear el servicio. En algunos casos, detrás hay una auténtica operación quirúrgica, para encajar los servicios que en este caso empezó a trabajarse hace más de dos meses. Se trata de una actuación programada de reparación a causa de la borrasca Filomena, que ha permitido planificar con anterioridad la afectación de cara a los usuarios. Las obras no se deciden de un día a otro. Detrás hay una programación que se trabaja con meses de antelación para evitar los contratiempos.

Un documento técnico elaborado por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) indica las actuaciones, con las afectaciones concretas, y marca la pauta a partir de la cual el personal de Renfe coge las diferentes piezas del puzzle, para realizar las modificaciones que se consideren convenientes en el servicio. El responsable de montar este servicio alternativo es Alberto Gutiérrez, jefe de Operaciones de Renfe, quien explica que «se trata de una línea con poca circulación, lo que lo hace más fácil. Sin embargo, el hecho de que se alargue el tiempo del recorrido lo hace menos atractivo de cara a los usuarios».

La afectación se inició el 19 de abril y está previsto que se prolongue hasta el próximo lunes día 24. En total son 36 días, en los que los viajeros de la R-13 se ven obligados a soportar los cambios con las consecuencias que esto comporta. «A partir de Sant Vicenç de Calders no hay problema, porque tienen alternativas de transbordo en cinco o diez minutos», explica. Sin embargo, el transporte por carretera obliga a modificar el trayecto, lo que hace que el tiempo de recorrido siempre sea más largo al habitual.

Siempre que hay obras, la cifra de usuarios se reduce. En este caso, en las horas punta se moviliza uno o dos autocares y después quedan los vehículos de reserva por si se prevé un pico en la demanda. «Las obras retraen a los usuarios, que buscan una alternativa, pero lo que no podemos hacer es no ofrecer una alternativa», sigue explicando Gutiérrez.

En este caso, el servicio se programó de forma que el último tren en cada sentido de la marcha se desvía por la R-14, que es la línea de Reus. Los usuarios pueden bajarse en La Plana-Picamoixons, donde les espera el autobús que les lleva hasta el punto de destinación.

Gutiérrez afirma que el objetivo final «siempre es minimizar la problemática de cara a los usuarios». Aquí entra en juego un segundo actor, que es Juan Carlos Islan, responsable de estaciones. «Hemos puesto personal de refuerzo en las estaciones, que se encarga de informar a la gente que va a buscar el tren y que permanecerá allí hasta que acabe la obra», manifiesta. Un trabajo in situ que se refuerza con los mensajes por megafonía y a través de la página web y las redes sociales. «El objetivo es minimizar al máximo posible los problemas de cara al cliente», añade.

En este caso, las obras se centran en dos puntos de actuación. En uno de estos se hace el saneamiento y restitución de un terraplén, mientras que en el otro se está reforzando un segundo desnivel a partir de pilones de mortero. Una actuación que, según confirma Adif, supone una inyección económica de 2,5 millones de euros y que permitirá suprimir una limitación temporal de velocidad que había en esta vía. Los trabajos se están ejecutando sobre el calendario previsto, de forma que a partir del lunes al mediodía podrá recuperarse el servicio.

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