No queda casi nada. Apenas los cimientos y la base de la torre redonda. Pero esos restos tuvieron una trascendental para Albinyana.
La documentación medieval dice que en el antiguo término había hasta tres castillos. El Kastrum de Albiniana, el Castrum de Squena Rosa y el Castro de Tornalbiu. Eran construcciones de pequeña entidad, pero de importancia estratégica. Sólo quedan los escasos restos del de Squena Rosa.
Albinyana pretende poner en valor esos restos cercanos a la ermita de Sant Antoni y sobre una pequeña cima a 25 metros de altura.
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Voluntarios del municipio además de La Bisbal del Penedès y de Bonastre han desbrozado en el entorno de los restos del castillo y el camino que desde la ermita accede hasta donde estaba la construcción.
La historia explica que ese castillo fue edificado por los árabes como punto de vigía para alertar de la posible llegada de piratas argelinos y como defensa de los asentamientos moriscos que había en la zona.
Se cree que esa fortaleza tuvo inicialmente dos torres: una hacia poniente para controlar el barranco y otra hacia levante para vigilar la plana.
Reconquistada
Fue en 986 que Albinyana fue reconquistada por Adalbert. Al morir en 1010, dejó el castillo al monasterio de Sant Cugat. El abad de Sant Cugat en 1040 Sant Cugat dejó el castillo de Albinyana Bernat Odger de Castellet, construyese un nuevo castillo ya que el primero estaba derribado, repoblase la zonay una orre de piedra de 50 palmos estuviese acabada en siete años.
Un documento del 1088 señala que el castillo estaba destrozado y la zona sin habitantes. En 1098 1098 el Papa Urbà II confirmó la posesión para la iglesia.
La fortaleza fue derribada por las tropas cristianas cuando expulsaron a los musulmanes y que cree que con las piedras de la antigua fortaleza construyeron la ermita de Sant Antoni. Un punto sin embargo que no está respaldado por los historiadores.
