Son avenidas de L’Arboç en las que los vecinos habían advertido de la velocidad a la que circulan algunos conductores y que son un peligro para la seguridad vial tanto para los peatones como para el resto de usuarios de la calle.
Para intentar reducir la velocidad se han instalado cuatro pasos de cebra elevados que obliguen a los conductores a reducir la velocidad y a pararse cuando cruza algún peatón, algo que tampoco era respetado.
Los pasos elevados se han instalado en las avenidas de Sant Jordi, Penedès, Tarragona e Institut.
Además de reducir la velocidad de los coches los pasos de cebra elevados también suprimen barreras arquitectónicas ya que evitar bajar y subir de la acera al quedar a su nivel lo que facilita el cruce a personas con movilidad reducida, que van en silla de ruedas o que arrastran un carro de niño o de la compra.
Los pasos tienen suficiente anchura para que, de circular ala velocidad adecuada, no causen daños a los vehículos. Están pintados para que sean visibles y cuentan con rejas para el desagüe en días de lluvia.
