Ignacio Garriga: “Vox gobernará la nación, y será más pronto que tarde”

«Cambiar la forma de hacer política». El cabeza de lista de la formación de ultraderecha el 14-F sostiene que va a estar «pegado al territorio» y que Vox «ha venido a hablar el idioma de la calle»

23 abril 2021 19:39 | Actualizado a 24 abril 2021 15:42
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¿Qué importancia tiene para Vox Tarragona, la demarcación catalana donde el 14-F obtuvo un mayor porcentaje de votos (9,39%), que le valieron dos de sus once diputados?

Nosotros vamos a romper con la política que ha caracterizado a Catalunya, donde el centrismo que criticaba de Madrid el separatismo era el que él llevaba a cabo desde Barcelona. Tenemos muy clara la importancia de las provincias y las vamos a reivindicar. Tarragona es fundamental. Vox va a estar pegado al territorio como ya se vio en campaña. Queremos cambiar la forma de hacer política.

¿Cómo?

Lejos de esa política instalada en el Parlament pisando moqueta, nosotros preferimos estar en la calle escuchando a los vecinos.

Ha visitado hoy Salou. ¿Cómo reactivaría Vox el sector turístico de la Costa Daurada?

Levantando de forma inmediata todos los cierres impuestos por el Gobierno separatista. No tiene sentido que haya restauradores que no puedan abrir. Han sufrido una criminalización intolerable. Hay que revisar las condiciones de los créditos del ICO. La Generalitat debe realizar un plan de reactivación del turismo que contemple medidas sanitarias. Que se vuelque económicamente para ayudar a los sectores relacionados con el turismo. Y medidas fiscales. No puede ser que sigamos asfixiando con impuestos abusivos, como la tasa turística, a empresarios que generan actividad. Y seguridad, porque no podemos seguir trasladando la imagen de que los turistas pueden ser robados o asaltados.

La tasa turística es una pequeña tasa que pagan los clientes, no los empresarios.

Sí, pero genera competencia desleal con el resto de territorios y es innecesaria. Es verdad que, de manera ejemplar, en Tarragona se está gestionando de una forma muy diferente, cosa que he valorado muy positivamente. Lo que tendríamos que hacer con los turistas, más que imponerles una tasa, sería recibirles con una botella de cava.

¿Cómo conjugaría esa recepción con cava al visitante con la realidad de la pandemia y los contagios?

La situación es culpa de la Generalitat y del Gobierno de Sánchez-Iglesias. Son responsables de una gestión criminal, nefasta, con resultado de muerte y ruina. Hay maneras de reactivar la economía y convivir con el dichoso virus.

¿Cuáles?

Reparto gratuito de mascarillas a la población, tests masivos y recurrentes. La clave para garantizar la temporada turística es transmitir certezas, tranquilidad, y tener un plan que garantice la seguridad de todo aquel que venga.

¿Qué filtro pondría a los visitantes? ¿Que estén vacunados?

No. Nosotros siempre defenderemos la libertad. Lo que no haremos es obligar a la vacunación, obligar a pasaportes. Lo que sí hemos de exigir son unos mínimos controles para garantizar que el que llega a Catalunya está en condiciones de salud, que no llega contagiado.

¿En qué país se inspira que haya logrado esto?

Australia podría ser un gran ejemplo. Se trata de sentido común, que falta sobre todo en Catalunya, donde el separatismo ni siquiera ha escuchado a los empresarios. Así me lo ha transmitido la Federación de Hostelería y Turismo. Que no les escuchan, cuando ellos tienen un plan de contingencia, medidas que proponer... El turismo es un sector fundamental, que representa en torno al 25% del PIB de la provincia, y en Vox va a tener a un aliado que va a llevar su voz al Parlament.

¿Qué opina del proyecto de Hard Rock?

Sensacional. Me parece un proyecto magnífico. Hoy también me he podido reunir con PortAventura. Por cierto, ¿cómo puede ser el único parque en toda España condenado al cierre? Exijo su apertura inmediata. Hard Rock va a generar aún más actividad económica y empleo.

¿Usted sabe que el plan director de Hard Rock fue anulado por la justicia por estar en terrenos con riesgo de accidente químico?

Sí, sí. Son los técnicos quienes han de ver dónde y cómo se debe ubicar. Yo aquí no voy a entrar. No soy un experto en la materia, no soy un técnico, pero sí que me he ofrecido como interlocutor. No podemos despreciar una inversión así.

¿Qué le parece el proyecto del hidrógeno verde para el Camp de Tarragona, y el hecho de que pueda optar a los fondos europeos?

Se trate del proyecto del hidrógeno verde, o del apoyo a pymes y autónomos, lo que tenemos muy claro es que los fondos europeos están en grave riesgo en la medida en que estén en manos de la mafia separatista. Vamos a estar muy vigilantes y vamos a exigir que el 80% de esos fondos sean destinados a autónomos y a pymes.

¿Y no a empresas grandes, como muchas de las que operan en Tarragona?

Prioritariamente pymes y autónomos. Sin duda hay grandes proyectos de multinacionales, pero será cuando hayamos cumplido con pymes y autónomos, que también emplean a muchas familias.

¿Vox está satisfecho de haber ayudado en la tramitación de los fondos europeos?

Sí que es verdad que si hubiéramos conocido el informe del Consejo de Estado, no la hubiéramos facilitado como la facilitamos, pero, sin conocer esa información, nos veíamos en la obligación de facilitar, con nuestra abstención, la aprobación, para que llegaran los fondos cuanto antes y poder destinarlos a autónomos y pymes.

¿Los fondos europeos han hecho que Vox se replantee de alguna forma su euroescepticismo?

Vox nunca ha sido euroescéptico. Es euroexigente. Hemos exigido siempre la necesaria reformulación de la UE en los términos de respetar a las naciones soberanas. No creemos en una Europa que difumina a los Estados nación y no respeta la soberanía de los Estados, ni que ese entramado se utilice para importar inmigración ilegal, fomentar el multiculturalismo y romper los pilares de nuestra civilización occidental basada en un fundamento cristiano.

«Era una obligación recurrir al Tribunal Constitucional el robo de la representación de una parte de los catalanes por parte del separatismo»

¿Por qué en Bruselas están ustedes adscritos a la Alianza de los Conservadores y Reformistas, y no al grupo de Identidad y Democracia que lidera la Liga Norte italiana y que incorpora al partido de Marine Le Pen, que son los partidos con los que normalmente se les asocia?

Exacto. Normalmente se nos asocia con ellos sin conocer realmente qué pensamos. Estamos con el grupo de los Conservadores y Reformistas porque tenemos muchas más coincidencias que con el resto de formaciones europeas. Allí estamos muy cómodos y especialmente encantados con grupos como Fratelli d’Italia, con Giorgia Meloni a la cabeza.

¿El referente de Vox es el ultracatólico Partido de la Ley y la Justicia que gobierna en Polonia?

Nosotros como referentes no tenemos a otros partidos. Nuestro único referente es nuestro ideario y nuestros principios. Nosotros defendemos claramente la unidad nacional, la igualdad y libertad de todos los españoles, nuestra civilización occidental basada en un fundamento cristiano. A partir de ahí, todas las similitudes que quieran señalar serán fruto de la interpretación. No nos debemos a nadie. Nuestro objetivo es recuperar España de las manos de una izquierda y un comunismo en plena rebeldía. Hay que reconquistar nuestra tierra. En primer lugar Catalunya, para acabar recuperando España.

¿Reconquistar?

Con las ideas, de manera pacífica y llamando a un proyecto de concordia, frente a un proyecto de división y confrontación que lideran tanto el separatismo como la izquierda en el conjunto de España.

Que Vox recurra al Tribunal Constitucional para reclamar tener el senador por designación autonómica tiene cierto toque paradójico. ¿No propugnan la desaparición de las autonomías?

Tiene sentido, porque nosotros respetamos, a diferencia de otros, las leyes y el marco legal, y jugamos con las reglas que hay. Por lo tanto, mientras siga habiendo autonomías, formaremos parte, porque además es la manera de influir y de convencer a más y más y más españoles para conseguir esa mayoría necesaria en el Congreso para derogar el sistema autonómico.

¿Cree que es posible?

Estoy convencido. Cada día crecemos más y más y más. Estoy convencido de que Vox está llamado a gobernar la nación. No tengo ninguna duda. Veremos cuántos años costará, pero llegará más pronto que tarde.

«Vox va a poner a debate en el Parlament temas que históricamente los partidos políticos han silenciado»

¿Y respecto al senador?

Era una obligación recurrir al Constitucional el robo de la representación de una parte de los catalanes, de una manera arbitraria, por parte del separatismo.

¿Qué opina del llamado ‘pacto antifascista’ del Parlament? Sea sincero y dígame si considera que, en el fondo, les beneficia.

Yo creo que es un pacto profundamente antidemocrático, que no respeta la pluralidad política que existe en Catalunya. Demuestra la verdadera vocación totalitaria del separatismo, que quiere anular a la única formación política que está liderando la disidencia ideológica en Catalunya. Nos perciben como el único partido que tiene la voluntad y la determinación de desmontar el entramado mafioso que han ido creando a través de las décadas. Nos ven como el enemigo a batir porque saben que no vamos a caer en una oposición apesebrada, de complacencia o de compadreo. Nosotros venimos a hacer respetar la ley.

¿Qué sintió el día de su primer discurso en el Parlament cuando diversos diputados abandonaron el hemiciclo?

Sentí sorpresa y a la vez se redobló mi responsabilidad como verdadero líder de la oposición en Catalunya. Después del espectáculo lamentable y del teatro que montaron, demostrando su profundo desprecio a la democracia, vi que Vox era más necesario que nunca. Se evidenció que sólo queda Vox frente a la mafia separatista y el consenso progre.

¿Por qué habla siempre de «mafia separatista»?

Porque durante décadas han creado un entramado de chiringuitos políticos en los que colocan perfectamente a sus afines, y eso para mí es comportarse como una auténtica mafia. Una mafia que ha creado una ley de Política Lingüística que multa a quien libremente quiere rotular su negocio en castellano. Nosotros revelamos la verdad tal como es. Lo que aporta Vox y nuestra dialéctica es que relata la realidad tal como es, sin caer en eufemismos ni en lo políticamente correcto. Hemos venido a hablar el idioma de la calle.

¿Revelar la verdad? ¿No cree que simplemente habla de cómo ve la realidad desde su personal punto de vista?

¡Efectivamente! ¡Solo faltaría que no me pudiera expresar como quiero!

¿Una mafia crea leyes con amplio respaldo parlamentario? Una mafia está al margen de la ley, ¿no?

En este caso es una mafia reconvertida, que utiliza las leyes para sus fines espurios. Es una nueva manera de reinventar la mafia tradicional de disparos y de robos. Aquí no matan, pero sí roban. Hay que desarticularla.

«Estoy convencido de que las denuncias por el cartel de los menas en Madrid no prosperarán»

¿Roban? ¿Tiene pruebas?

La gran prueba es que se va a juzgar a la mafia de la familia Pujol.

¿Quién roba hoy?

El señor Junqueras fue condenado por malversar no sé cuántos miles de euros, el señor Mas igual. Espero no tener que sentar en el banquillo al próximo president.

¿Por qué no utiliza usted nunca el catalán en sus comparecencias pese a hablarlo perfectamente? ¿Qué problema tiene con el uso público del catalán?

Ninguno. De hecho, en campaña electoral lo utilicé bastante a menudo. En todos mis mítines siempre utilizaba alguna parte en catalán. Pero es verdad que yo soy castellanoparlante, pienso en castellano, y tengo mayor dificultad en expresarme en catalán. Por eso opto por el castellano. Es solo por eso. No tenemos nada en contra de la lengua en Catalunya, a diferencia del separatismo, que quiere imponer la lengua en el territorio. Es solo que me es más fácil el castellano.

¿Por qué cierra sus mítines con la coletilla de «que Dios nos bendiga»? ¿Es que hay que ser católico para ir a los mítines de Vox?

No. Pero como yo quiero lo mejor para los catalanes y para el conjunto de España, y en mi escala de valores lo mejor para mí es Dios, siempre pretendo trasladar ese sentimiento de «que Dios os bendiga». Y lo seguiré haciendo, porque, entre otras cosas, también forma parte de nuestra identidad como civilización, a pesar de que la mafia separatista y la izquierda nacional pretendan renunciar al legado que hemos recibido durante siglos, que es el cristiano.

“Decimos las cosas como son, guste o no”

¿Qué incidencia real esperan tener en el Parlament?

Mucha, porque vamos a poner a debate temas que históricamente los partidos han silenciado. Si no fuera por Vox, en el Parlament se seguiría sin hablar de la inmigración ilegal, de la islamización y del despilfarro del separatismo.

Debate sí, pero ¿algo más?

Garantizar la seguridad, la mejora de la educación, que se respete la libertad, mejor inversión en sanidad... La gran pregunta es qué haran el resto de formaciones. Si preferirán seguir pagando una paga mensual a los menas o mejorar la partida destinada a nuestras viudas o a las familias que están en las colas del hambre.

La paga a la que se refiere no existe; es si acaso una ayuda, y está sujeta a requisitos. Ni mucho menos llega a la cantidad que aparece en el cartel de Madrid por el que han sido denunciados.

Nosotros decimos las cosas como son, guste o no. No tiene sentido que, por un discurso irresponsable de la izquierda caviar, se genere un efecto llamada de la inmigración ilegal, sean menores o no. Hay que garantizar que los inmigrantes no salgan de sus costas. Por supuesto que hay que atender de manera humanitaria a todo aquel que llegue. Y cuando ya esté perfectamente, deportarlo.

Los menas no pueden ser deportados, precisamente porque son menores.

Lo que pasa es que no queremos utilizar los medios para que sean deportados. Los menores, donde deben estar es con sus padres. Hay que garantizar que en su tierra puedan vivir en condiciones dignas. Es un tema europeo y se debe abrir este debate.

Alguien podría pensar que abogar por la deportación de menores y utilizarlo en campaña no casa con la reivindicación del legado del cristianismo que me decía usted que hace Vox, ¿no cree?

No. Porque el cristianismo, entre otras cosas, nos lleva a cumplir la ley. Si llega un inmigrante ilegal, no cumple la ley, sea menor o no. Lo razonable es devolverlo a su país. 

La Comunidad de Madrid ha desmentido sus cifras, Twitter les ha obligado a borrar un tuit, 200 organizaciones de DDHH incluida Caritas les han criticado, y el Gobierno y la Fiscalía de Madrid les han denunciado por un presunto delito de odio. ¿No teme que al final sean ustedes los que se sienten en el banquillo?

Las redes sociales están vulnerando la libertad de expresión. Lo que antes se consideraba una opinión, hoy se considera delito de odio. Nosotros ya dijimos que la cantidad del cartel no es un dinero finalista para el mena, claro que no. Es un dinero que implica todo lo relacionado con un menor. Santiago Abascal lo explicó en un mitin. No criminalizamos a los menores, pero la solidaridad tiene un orden. En cuanto a que nos podamos sentar en el banquillo, veremos hasta qué punto la justicia está politizada. Yo estoy convencido de que las denuncias no prosperarán, porque no hay nada de odio en el cartel. No incita ni a perseguir a los menas, ni a pegar a los menas. El odio es lo que promueve la izquierda hacia nosotros.

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