La incertidumbre marca la campaña electoral catalana

La pandemia obliga a reducir actos y a apostar por reuniones telemáticas de cara a unos comicios que aún podrían ser aplazados por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya

29 enero 2021 13:00 | Actualizado a 29 enero 2021 13:09
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Catalunya dio en la pasada medianoche el pitoletazo de salida a la campaña electoral más abierta, atípica e incierta de su historia: no hay un favorito claro, el volumen de indecisos es histórico, la pandemia anula los mítines de gran formato y multiplica los actos telemáticos, e incluso podría ser que, en plena campaña, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya dictamine que las elecciones no se pueden celebrar. Todo es posible, pues. 

A nivel político, la contienda no se plantea en esta ocasión, como sucedió en los comicios de 2017, tanto como un plebiscito por la independencia. De hecho, tras una legislatura marcada por la división interna del bloque soberanista que ha ocupado el Govern,   los partidos independentistas se han fijado como objetivo reeditar la mayoría absoluta por tercera vez y superar el 50% de votos que nunca han logrado, aunque no aclaran ni se ponen de acuerdo de para qué serviría. 

Así, una de las principales disputas de la campaña será la pugna entre JxCat y ERC por conseguir el liderato en el bloque independentista, que supone tener la Presidencia de la Generalitat en caso de que vuelvan a pactar. Aunque también esta posibilidad está en el aire, precisamente por el desgaste que ha generado entre sus propios votantes los desencuentros en el seno del Govern.

Otro de los atractivos de la campaña será comprobar hasta dónde llega el efecto Illa, ya con el exministro plenamente volcado como candidato del PSC, que, según todas las encuestas, se disputará la victoria con las dos fuerzas independentistas del Govern: JxCat y ERC.

Será además una campaña sin las clásicas imágenes de grandes recintos a rebosar de fieles coreando el nombre de su presidenciable: principalmente habrá actos sencillos, de aforo limitado y con un uso extendido de las plataformas telemáticas, aunque, en una decision que ha levantado toda una polvareda, el Govern permite romper el confinamiento municipal para poder asistir a un mitin, una excepción que, sin embargo, desaconsejan formalmente los partidos.

Con la pandemia sobrevolándolo todo, se prevé un incremento significativo del voto por correo como fórmula para reducir la movilidad el día de la votación, para el que también se están tomando medidas de seguridad, como habilitar más colegios electorales, en espacios más amplios y ventilados.

Presos en campaña

Pocas horas antes del inicio de la campaña, la Generalitat concedió el tercer grado penitenciario a los presos del ‘procés’. La obtención del tercer grado es de efecto inmediato. Los presos, por tanto, saldrán hoy mismo de la cárcel para ir a trabajar o hacer labores de voluntariado durante el día. Podrán pasar los fines de semana en casa. Pero sobre todo, podrán participar en los actos de la campaña. ERC cuenta con Oriol Junqueras para los mítines y Omnium Cultural anunció un acto con «represaliados» con la asistencia de Jordi Cuixart para mañana al mediodía.

Todo un golpe de efecto del Govern, de JxCat y ERC, que está por ver cuánto dura, pues la Fiscalía podría recurrir y el caso podría volver a quedar en manos del Supremo.

Otro cambio que puede salir de estos comicios es una mayor diversidad del Parlament, toda vez que hasta nueve candidaturas tienen opciones, según las encuestas, de obtener escaños, aunque solo tres parecen en condiciones de competir por la victoria: ERC –que confía en el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès–, JxCat –con Carles Puigdemont como simbólico número uno y Laura Borràs como candidata efectiva–, y el PSC de Salvador Illa, que estará arropado hasta en cinco ocasiones por Pedro Sánchez durante la campaña.

Los victoriosos 36 escaños de Ciutadans en 2017 pueden verse reducidos a menos de la mitad según los sondeos, en contraste con un Vox en crecimiento, cuyo cabeza de lista, Ignacio Garriga, aspira a conseguir grupo propio.

Jéssica Albiach debuta como cabeza de cartel de En Comú Podem, con unas expectativas al alza, al igual que la CUP –que presenta a la exalcaldesa de Badalona Dolors Sabater– y el PP de los tarraconenses Alejandro Fernández y su número dos, la exdirigente de Cs Lorena Roldán.

Entre la abstención y el TSJC 

Si en 2017, cuando el «procés» alcanzó su punto de ebullición, la participación electoral tocó techo (79%), el 14-F puede batir récords negativos si se confirman los pronósticos más pesimistas.

Desde el independentismo ya se han lanzado advertencias de que si el TSJC no permite aplazar los comicios y el 14-F registra una alta abstención, el resultado tendrá un problema de «legitimidad», una postura criticada desde otras formaciones, que lo interpretan como una estrategia para prevenir un hipotético fracaso.

Pero más allá del temor de una parte del electorado a acudir a los colegios electorales en un contexto de pandemia, lo que revelan las encuestas es un elevadísimo porcentaje de indecisos, hasta un 50,7% según el CIS, en una época de enorme volatilidad del voto.

El Govern, con el aval de casi todos los partidos –salvo el PSC–, pospuso los comicios al 30 de mayo, con el argumento de que los datos epidemiológicos serán más favorables, pero el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya mantiene suspendido el decreto de aplazamiento, a la espera de analizar los recursos. 

O sea, que después de todo podría incluso no haber elecciones. Prepárense para cualquier cosa.

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