Arnaldo Otegi a las víctimas de ETA: «Sentimos su dolor. Nunca debió producirse»

La izquierda abertzale lanza una declaración para mostrar empatía con los afectados sin llegar a definir como «injustas» las acciones de la banda terrorista. Se cumplen diez años de su fin

18 octubre 2021 18:20 | Actualizado a 19 octubre 2021 13:39
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La izquierda abertzale aprovechó ayer el décimo aniversario del fin del terrorismo de ETA para trasladar a las víctimas de la banda que «siente su dolor», que «nunca debió haberse producido» y que «a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo». Fue a través de una comparecencia pública de Arnaldo Otegi a la que se le quiso dar la solemnidad de las grandes ocasiones.

La denominada ‘Declaración del 18 de octubre’ supone un gesto simbólico por parte de EH Bildu y Sortu, aunque, en realidad, el texto aporta escasos matices sobre lo que han venido diciendo la coalición soberanista y la propia ETA en la última década. Fue acogido con diversidad de opiniones por parte de las víctimas, el PSOE lo vio como un paso positivo, Unidas Podemos lo recibió con entusiasmo, el PP con críticas y el PNV con escepticismo.

Otegi escogió como escenario la entrada principal del Palacio de Aiete, en San Sebastián, para hacer público un texto con el que intentan aliviar la presión que el resto de partidos están ejerciendo para que admita que la violencia de ETA fue «injusta». Que no fue consecuencia de un contexto histórico, sino de la decisión unilateral de los militantes de la banda que optaron por asesinar. Un paso que siguen sin dar.

Las expresiones usadas en la nueva declaración son similares, sino idénticas, a las utilizadas en ocasiones anteriores. Y no solo de la izquierda abertzale. El «daño causado» ya fue reconocido por el colectivo de presos de ETA (EPPK) en un anuncio en diciembre de 2013 y la propia organización, en el comunicado previo a su disolución en 2018, afirmaba: «ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor, y desea manifestar que nada de ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo».

La importancia que en las filas socialistas se da al texto tiene sobre todo que ver con el contexto y el momento. La sensación era que tras unos años en los que la izquierda abertzale había certificado su apuesta por las vías políticas, el discurso se estaba volviendo ahora más ortodoxo. Las negativas a condenar de forma explícita los ataques a militantes del PP y su apoyo a los recibimientos de presos etarras, entre otras cuestiones, habían puesto en alerta al resto de partidos.

La comparecencia de Otegi buscaría lanzar un mensaje de tranquilidad. De hecho, en la declaración se subraya que el compromiso con vías exclusivamente «democráticas por parte del independentismo de izquierdas» es «una decisión inamovible y para siempre».

A eso habría que añadir, según fuentes consultadas y conocedoras del debate interno, la importancia simbólica que dentro del mundo de la izquierda abertzale tienen escenificaciones como la efectuada ayer en Aiete y las reflexiones explícitas sobre las víctimas de ETA.

La declaración, leída en euskera y castellano, señala que «transitar hacia una paz justa y duradera necesita del reconocimiento y reparación de todas, absolutamente todas las víctimas» y que «no nos olvidamos de ninguna de ellas». Otegi realizó en este punto «una mención específica» a las víctimas «causadas por la violencia de ETA».

«Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido. Sentimos su dolor, y desde ese sentimiento sincero afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido, a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Debíamos haber logrado llegar antes de Aiete», afirma el texto elaborado por la izquierda abertzale, en el que también se pide una solución para los presos de ETA.

«Desgraciadamente», continúa la declaración, «el pasado no tiene remedio, nada de lo que digamos puede deshacer el daño causado, pero estamos convencidos de que es posible al menos aliviarlo desde el respeto, la consideración y la memoria. Queremos decirles de corazón que sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a tratar de mitigarlo en la medida de nuestras posibilidades. Siempre nos encontrarán dispuestos a ello».

Desde el PSOE, el nuevo portavoz de su ejecutiva, Felipe Sicilia, habló de «punto de inflexión», y el exlehendakari Patxi López también celebró la noticia. Las ministras de Unidas Podemos Ione Belarra e Irene Montero no ocultaron su satisfacción. «Hoy la izquierda abertzale ha dado un paso sin precedentes», ensalzaron. Reacciones que contrastaron con las del PP, cuyo líder, Pablo Casado, afirmó que Otegi «no es un hombre de paz»; y Vox, cuyo portavoz, Jorge Buxadé zanjó con un «no se lo cree nadie».

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, aplaudió la declaración de Otegi y destacó su «importancia» en el marco de «un proceso de paz histórico». En un vídeo publicado en Twitter, el president elogió la «responsabilidad» demostrada por la izquierda abertzale al admitir que el sufrimiento causado a las víctimas de la banda terrorista «nunca debió de haberse producido».

Para el president, esta declaración supone «un paso más» en el camino iniciado hace diez años, cuando la banda terrorista anunció el fin de la violencia. «Sabiendo que la paz y la palabra son el camino, hace falta acompañar los pasos que también vendrán en el futuro», expuso el president de la Generalitat.

Diferentes víctimas de ETA consideran insuficiente la declaración de Otegi y reclaman «más hechos», como que exija el fin de los homenajes a etarras y que los presos colaboren con la Justicia.

Desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), su consejero Miguel Folguera lamenta que Otegi no haya aprovechado esta ocasión para asumir y condenar el papel de la izquierda abertzale como «altavoz político» de ETA.«Si su pesar y dolor por el sufrimiento causado es real, lo que deben hacer es pedir a los presos que colaboren con la Justicia», dijo.

Para la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez, las palabras de Otegi suponen «un salto cualitativo» porque «está reconociendo el daño personal causado por ETA a las víctimas y que ETA nunca debió de haber existido». «Eso está bien», dijo. Ahora bien, Ordóñez se suma a la petición de que el líder de EH Bildu traduzca esa afirmación en «hechos».

«Para creernos sus palabras éstas tendrán que venir traducidas a hechos y tendremos que ver ese cambio inmediatamente: dejar de llamar presos políticos a los asesinos presos de nuestros familiares, dejar de pedir la excarcelación de los asesinos de nuestros familiares que están en la cárcel y que cesen inmediatamente los homenajes», recalcó Ordóñez.

Más crítico se mostró con la declaración el presidente de la asociación de víctimas Dignidad y Justicia, Dani Portero, quien tachó de «mentira» las disculpas. «Lo que busca es la que equidistancia entre víctimas y verdugos», pretendiendo «normalizar» la actividad de ETA a través de «un perdón que no se cree nadie».

Asimismo, Portero subrayó que las palabras de Arnaldo Otegi son producto de un gesto exigido por el Gobierno. «Le están acercando a los asesinos a su tierra y, a cambio, hace este gesto. El PSOE sigue negociando con ETA a través de Bildu», aseveró.

María Jáuregui, hija del ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jáuregui, a quien la banda asesinó en el año 2000, consideró que estas declaraciones son «otro paso, enorme», a favor de la convivencia. «Gracias en serio», escribió en las redes sociales. EFE

La presidenta de la Fundación Jiménez Becerril, Teresa Jiménez Becerril, pidió que la izquierda abertzale «confiese quienes fueron los autores de los crímenes sin resolver de ETA, pare de hacer homenajes a etarras y condene el terrorismo de la banda».

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