Aventuras en kayak y snorkel en la Costa Daurada

La Estació Nàutica Costa Daurada ofrece estas actividades acuáticas para poder disfrutar del mar de otra manera distinta

19 mayo 2017 18:31 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:47
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Judit Gabaldón

En la costa de Salou hay infinidad de cosas que hacer, desde tomar el sol relajadamente contemplando el mar hasta practicar nuestros deportes acuáticos favoritos. No es fácil elegir con tanta oferta: parasailing, flyboard, paddle surf, sup pilates, y un largo etcétera. Pero hoy nos proponemos otras actividades, también disponibles en las playas de esta localidad. El kayak y el snorkel son dos deportes acuáticos que están entre los favoritos de los turistas de Salou. Por eso, para practicarlos muchas veces se requiere reserva previa. El snorkel normalmente se lleva a cabo en las calas, donde las aguas cristalinas permiten deleitarse con todo lo que habita en el mar. El kayak, en cambio, se practica en el mismo Club Náutico de Salou, desde donde organizan salidas guiadas por profesionales dos veces al mes, pudiendo elegir incluso el momento ya que hay disponibles tanto por el día como por la noche entre los meses de junio y agosto.

Kayak

Pese a que esta actividad se denomina kayak, en realidad debe su nombre al medio por el que flotamos y nos transportamos por encima de las olas del mar, ya que el kayak es una variedad de piragua que puede albergar de una a cuatro personas. Es una embarcación larga y estrecha que, en general, está cubierta por la parte de arriba, excepto el hueco donde los practicantes se sientan y apoyan los pies. De esta manera, aquellos que llevan a cabo el deporte del kayak tienen la mitad del cuerpo de cintura para arriba al descubierto y de cintura para abajo metido dentro del kayak. Para avanzar lo tenemos fácil, ya que para ello tenemos una pala de doble hoja que nosotros mismos aguantamos y vamos manejando de lado a lado según la dirección que queramos tomar.

Pero, al contrario de lo que muchos imaginan, para conocer el origen de este deporte debemos remontarnos entre 3.000 y 4.000 años atrás, cuando los esquimales, o más concretamente los Inuits, construían una especie de piragua hecha con el armazón de madera y revestida de pieles de animales, ya que vivían en el norte de Canadá, Alaska, Groenlandia e Islandia y debían mantenerse calientes. El uso que le daban era simplemente para salir a cazar y, según se decía, cuando un hombre salía y no regresaba era porque el bote en el que había salido no era el suyo. Y es que cada inuit tenía su propia piragua que le pertenecía una vez alcanzada la mayoría de edad y haber superado una prueba de iniciación a la madurez. Pese a que el origen exacto no se sabe a ciencia cierta a día de hoy, se podría decir que el pasado de caza de los Inuits ha influido de manera clara. En la era moderna podríamos hablar de la creación del kayak propiamente dicho en el año 1864 de la mano de un abogado escocés llamado John McGregor, que se desplazó con un kayak moderno por primera vez surcando el río Támesis.

En la práctica

Practicar kayak es más fácil de lo que parece. Si nunca lo hemos hecho, tampoco tiene mucha complicación. Lo único que hace falta es saber nadar en el caso de que caigamos al agua, pese a que también vamos equipados con casco y salvavidas, y tener una mínima fuerza en los brazos para poder mantener el kayak en la dirección correcta. Si bien al principio es un poco difícil manejar la embarcación a nuestro antojo, a los pocos minutos de haber empezado iremos dominándolo con mucha más facilidad. De esta manera, podemos ir a donde nos plazca y ver Salou y su gente a lo lejos, obteniendo una panorámica perfecta e ideal de este municipio costero.

Una variante del kayak no tan fácil a la hora de ponerla en práctica es el sup kayak, en el que vas completamente de pie o bien sentado sin nada que te sujete. En este caso, el equilibrio es imprescindible, pese a que, al igual que en el kayak, a los pocos minutos ya es otra cosa y podemos ir por libre a cualquier parte.

Snorkel

El snorkel, o esnórquel, es la mejor manera de bucear por las aguas poco profundas del mediterráneo y ver la variedad que habita en su fondo marino. Para ello, lo único que se necesitan son unas gafas de buceo y un tubo que capta el aire de la superficie, el llamado snorkel, para poder respirar aun teniendo la cara sumergida bajo el agua del mar. También es importante el uso de unas aletas especiales para este deporte, ya que sirven para mantenerse o ir hacia la superficie, y no para bucear. Pese a que mayoritariamente el snorkel se practica por la misma superficie del agua, también es posible adentrarse un poco más en las profundidades del mar. Para ello se necesita un snorkel diferente al otro, que era de tubo abierto. En este caso el snorkel utilizado debe estar equipado con una válvula de bloqueo que impide que el agua entre en la parte en la que se conserva el oxígeno que respira el practicante de esta actividad. Es muy importante comprobar que no se filtra agua, ya que, en caso contrario, podríamos tragar. Como elemento opcional, aunque imprescindible para invierno, es el traje de neopreno. Aunque no es extraño ver a niños con el traje puesto en pleno verano para no pasar frío con el contacto del agua.

El origen del uso del snorkel viene de los submarinos alemanes de la Segunda Guerra Mundial, que utilizaban un sistema llamado Schnorchel para poder viajar en submarino justo por debajo de la superficie del agua y a través del tubo de este sistema podían alimentar en aire sus motores diésel. Posteriormente, a lo largo del siglo XX empezó a popularizarse una técnica parecida pero esta vez para el buceo de personas. De esta manera, este nombre de origen alemán fue traducido al inglés obteniendo la palabra snorkel.

De buceo

Para poder llevar a cabo esta actividad en las playas de Salou es necesario irse a la costa de Cap Salou, donde las aguas en muchos puntos son cristalinas, ya que la misión principal de esta actividad es ver aquello que vive bajo el mar. De esta manera, enfundándonos con las aletas y armándonos de las gafas y el tubo snorkel, nos sumergimos en aguas poco profundas para apreciar la vida que vive justo a nuestro lado sin ser conscientes de ello ni de su belleza. Así, nos despedimos de un día de aventura, contemplando una forma de vida distinta que fascina e impresiona.

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