Adquirir alimentos es una de las pocas actividades permitidas en el actual estado de alarma para la gestión de la pandemia ocasionada por el COVID-19. Una rutina que se ha visto alterada y que, en estos días de incertidumbre, deben hacerse siguiendo las recomendaciones de las autoridades, con el objetivo de evitar riesgos innecesarios a la vez que hacemos la compra de forma responsable y segura. Lo primero que conviene es preparar la lista de la compra antes de salir de casa para estar el menor tiempo posible en el establecimiento y acudir de manera individual.
Laura Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, comenta que «aunque el riesgo siempre existe, debemos adoptar ciertas medidas preventivas para que no haya más contagios cuando hagamos la compra». Por ello, la experta recuerda que, como norma general, hay que «lavarse las manos frecuentemente antes de salir de casa y hacer uso de desinfectantes a base de alcohol, porque la gente toca los ascensores, las puertas, etc.».
Una vez en el establecimiento, la segunda medida es mantener una distancia prudencial (de entre 1 y 2 metros) del resto de personas, tanto de los clientes como de los empleados. De hecho, la Agència Catalana de Seguretat Alimentària ha publicado un conjunto de recomendaciones para que puedan seguir aquellos establecimientos del sector alimentario con servicio directo al público.
Contaminación cruzada
Mientras llenamos la cesta de la compra, lo más importante es evitar la contaminación cruzada entre los alimentos sobre todo –recalca Laura Soler– «entre alimentos frescos, los que están cocidos y los envasados». «Si tocas un producto fresco y después otro envasado puede ser que se produzca una contaminación cruzada entre ambos», detalla la experta de la UOC. En esta misma línea, debemos evitar hablar, estornudar o toser sobre los alimentos a granel y evitar tocar aquellos alimentos que no vayamos a comprar.
Soler insiste en que «es importante que nos lavemos las manos cada vez que toquemos una superficie que pueda estar contaminada o bien utilizar guantes» para no correr riesgos innecesarios.
Asimismo, es preferible acudir con bolsas de la compra propias y evitar coger el carrito o cestas. Pero si no es posible, Laura Soler asegura que «después de coger el carrito, lo importante es no ponerse las manos en la cara, ni rascarse la nariz, la boca o los ojos, y si tienes ganas de estornudar y lo haces automáticamente debes volver a lavarte las manos». Y a la hora de pasar por caja, se recomienda pagar con tarjeta.
¿Y una vez en casa?
Cuando lleguemos a casa debemos seguir tomando precauciones. «Lo primero es lavarnos las manos para poder empezar, con seguridad, a organizar la compra», afirma la experta de la UOC. Otros expertos también apuntan desinfectar con lejía las superficies que ha tocado la compra.
En esta misma línea, Laura Soler recomienda, si es posible, desinfectar la fruta y la verdura con lejía para uso alimentario. «Yo desinfecto básicamente la fruta que se puede comer con piel y también la verdura, aquella que vaya a consumirse en crudo, como la lechuga, las zanahorias, etc.». Si bien, la experta recuerda que no existe evidencia científica de que los alimentos sean una fuente o vía probable de transmisión del COVID-19.
