«El calzado de ahora es de usar y tirar, dura poco»

Nosotros somos semi-ortopédicos, hacemos que el cuerpo esté bien alineado desde abajo, desde los pies

19 mayo 2017 18:27 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:51
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- ¿Por qué decidiste ser artesano de calzados?

- Bueno, hubo un ciclo de crisis en Tarragona hace ya muchos años y entonces decidí meterme a artesano de zapatos.

- ¿Desde hace cuánto te dedicas a ello?

- Desde el año 80.

- ¿Qué haces exactamente en tu trabajo?

- Reparo calzado y lo adapto al cliente según la forma que tiene de caminar. Se lo acomodo para que no tenga problemas en el futuro de rodilla, de columna, etcétera. Entonces, prácticamente en el fondo somos semiortopédicos. Nosotros hacemos que desde abajo, desde los pies, el cuerpo esté bien alineado.

- ¿Qué técnicas utilizas para reparar el calzado?

- Las que cada zapato te da, porque cada uno tiene su método. Hay zapatos de plástico, hay otros de cuero, otros zapatos son de tela, algunos también son de cartón… entonces hay muchas maneras, cada día se innova. No es lo mismo un zapato de hace diez años, que uno de hace veinte o treinta. El calzado también va cambiando con los años y adaptándose a las maneras del día a día actual, con más estrés, que se traduce en calzado de usar y tirar.

- ¿Qué diferencias hay entre los zapatos de antes y los de ahora?

- Antes reparabas un calzado y no se rompía. Lo único que hacías era alargarles un poco más de vida, pero hablamos de cinco años o incluso diez más de vida. Ahora mismo por ejemplo aún me llegan zapatos de hace quince años. Como hay crisis la gente aún sigue reparando y adaptando sus zapatos. Pero sí, hay muchísima diferencia entre un zapato de antes y los de ahora, que se hacen sobre todo de goma, y está imperando eso, un zapato cómodo, flexible y que no pese.

- Según tu experiencia, ¿qué características debe tener un buen calzado?

- Pues, principalmente que tengan puente. El puente es el elemento principal para que una persona vaya bien alineada. Insisto en el hecho de ir bien rectos porque luego todo son problemas. Un zapato en el que haya, como mínimo, dos o tres centímetros entre el talón y la planta. A partir de ahí es cuando la columna y las caderas están en su sitio y no hay dolor. 

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