'El objetivo no es ganar, es merecerlo'

Entrevista a Xesco Espar (ex jugador y entrenador de balonmano y autor del libro 'Jugar con el corazón')

19 mayo 2017 22:38 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:56
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- ¿Qué debe tener un buen líder?

- Necesita muchas habilidades, pero dos fundamentales: la capacidad de crear una visión fascinante para que sus seguidores deseen de motu proprio conseguirla y la capacidad de reorientar constantemente la atención de su gente para que siempre estén motivados.

 

-En Tarragona habló del liderazgo familiar. ¿En qué se diferencia con el deportivo?

- El liderazgo deportivo es más complejo, pero el familiar es más importante, ya que si la vida privada no está equilibrada va a influir negativamente en la vida profesional. Una familia es más reducida en número y el vínculo emocional y la proximidad facilita la labor, pero como la exposición es permanente, exige muchísimo compromiso en ser un ejemplo cada minuto del día. En un equipo en cambio, hay que aunar motivaciones bastante distintas sobre todo en la élite.

 

-En su caso, tiene dos hijas deportistas de élite (las waterpolistas Anna y Clara Espar), ¿auna ambos liderazgos?

- El liderazgo familiar que propongo se basa en el ejemplo. De esa manera no es difícil aunar los dos. Al final, tanto la vida profesional como la privada son un reflejo de quién tu eres, así que la coherencia personal con tus valores es la base del liderazgo que propongo.

 

-Ahora se lleva mucho el coaching pero usted fue uno de los primeros.

- Fue determinante para conseguir tantos títulos en tan poco tiempo con un equipo (FCBarcelona) que no era el favorito. El coaching hace despertar y soñar a la gente con un futuro atractivo de manera que les insufla la energía necesaria para llevar a cabo una transformación personal y crecer. El líder coach no resuelve los problemas del jugador sino que le ayuda a desarrollar sus propias herramientas para que lo resuelva él mismo.

 

- Ganó la Champions de Balonmano con el Barça. ¿Qué guarda de aquél éxito?

- Que no hay nada imposible si estás dispuesto a pagar el precio de crecer hasta merecerlo. El objetivo no es ganar, eso es un resultado. El objetivo es convertirnos en un equipo que merezca ganar. Eso sí depende de nosotros. Y si lo haces, es cuestión de tiempo que lleguen los títulos.

 

- ¿Ha sentido el gusanillo de volver?

- Mi ocupación actual me llena por completo... pero cuando veo varios partidos seguidos... me entra un cosquilleo especial... (ríe). De todas maneras, el gusanillo de la alta competición lo sigo alimentando en casa con mis hijas, que las dos son waterpolista de élite. Además este año he trabajado con dos equipos de la Liga de Futbol Profesional (y cada año trabajo con varios) de manera que ese gusanillo de la alta competición ya está bastante saciado.

 

-¿Quién motiva al entrenador?

- ¡Nadie! ¡Él mismo! Tenemos que montar un sistema de automotivación y regeneración personal que nos ayude. Nuestros sueños, nuestra visión del futuro, los recursos que tengamos como libros, obras de teatro, películas, biografías de otros entrenadores... no podemos dejar a expensas de los demás nuestra propia motivación.

 

- ¿Cree que los jugadores escuchan menos al entrenador?

- No. Creo que siempre han escuchado al entrenador tanto como se merece. Si los jugadores ven que te preocupas por ellos y te ven trabajador, apasionado y dando ejemplo siempre te escucharán. Pero debes estar pensando en liderarles en su beneficio y no en el tuyo.

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