Salir del coche y notar el calor en la cara es mucho más llevadero si se emprende el camino hacia la orilla de la playa del Regueral. Una zona con rincones cercanos al refrescante Pi Rodó y facilidades de aparcamiento pasadas las 12 del mediodía, aunque parezca mentira. Dejando atrás unos fuertes días de calor, el temporal ha dejado paso a jornadas de viento. «Se agradece al salir de bañarse, a una le reconforta», explica sonriendo Amaia Torrón, natural de Huesca. Ha acudido a esta playa junto a su marido e hijos para disfrutar de su tranquilidad y buen ambiente.
«Hacía unos cuatro años que no veníamos a Cambrils, pero la verdad es que lo preferimos a las masas de gente que se forman en Salou. La arena además nos gusta mucho y tenemos apartamento cerca. Con lo cual, nos refrescamos y luego nos vamos a comer», concreta Torrón. Estarán unos días más de veraneo y aprovecharán al máximo. La postal es impresionante, cuánto más se acerca el mediodía, más bañistas acuden a absorber las horas más fuertes de sol.
Entre pistolas de agua
Así pues, es habitual ver a la gente tendida en su toalla leyéndose una revista o un libro, sombrillas de todas las formas y colores acogiendo a grupos cual de ellos más numeroso y muchas, muchas batallas de agua junto a la orilla. Y es que las palas y los cubos para construir castillos han pasado a ser actividad de tarde. Las pistolas de agua resultan más efectivas para no quemarse, siempre y cuando también se se haya colocado protección solar con anterioridad. En el caso de Aitzol Mondragón y sus dos amigos, han acudido al Regueral a pasar unos días. «Venimos de Guipúzcoa, pero teníamos muy buenas referencias de este sitio porque habíamos venido ya siendo más jóvenes. Antes de marcharnos, nos escaparemos hacia el Port Aventura. A ver si podemos disfrutar de las atracciones», resuelve Mondragón.
Así pues, es habitual ver a la gente tendida en su toalla leyéndose una revista o un libro, sombrillas de todas las formas y colores acogiendo a grupos cual de ellos más numeroso y muchas batallas de agua junto a la orilla
Y es que el Regueral se distingue como un gran destino para poder relajarse pero también es un núcleo cercano a distintas ofertas de ocio. Una bañista más habitual es Eva Zurita, natural de Lleida. «Mi amiga y yo siempre elegimos esta zona porque logramos desconectar y está relativamente cerca de nuestro hogar. Siempre volvemos y al elegir siempre lo tenemos claro», asegura la leridana.
Cuarenta años viniendo
La voz de la experiencia también da que pensar sobre el desarrollo de la misma playa. «Nosotras llevamos cuarenta años viniendo a esta misma zona y creemos que se ha dejado mucho. Antes estaba todo más cuidado y ahora, tanto la arena como los paseos, lucen muy sucios. Además, en cuestión de mantenimiento de calles están mal habilitadas y hay mucha basura», explica Maria, también nacida en Lérida. Junto a su compañera, realizan una escapada diaria para que les dé un poco el sol y lo combinan con largos paseos por la orilla, en la que dicen que se suelen encontrar muchas familias. «Este factor le da un aliciente, pues la hace familiar y segura», describen. Un apunte que se buscar muy habitualmente para quedarse con la mejor de las playas.