- Isla bonita: la historia de un director de cine consagrado que utiliza pocos recursos económicos.
- Es una película hecha desde la libertad total. Hoy en día es muy complicado hacer esto porque poco a poco se ha ido generando una especie de industria cinematográfica muy cara, que pone filtros y obstáculos para crear productos de verdad.
- Esta manera tan pura de trabajar, parece estar de moda.
- Sí, y es lógico. Yo ya hice un film así, La línea del cielo en el año 1983. No había un guión escrito y me basé en los personajes. Por lo tanto, esa no ha sido mi primera vez. Lo que ha sido sorprendente es que en esta película he hecho de actor.
- Director y actor simultáneamente.
- Ha sido mi primera vez, y quitando algún momento concreto, ha sido una experiencia fantástica. He podido interactuar y plasmar a la perfección mi idea.
- ¿De dónde sale la idea de hacer esta película?
- Los cineastas siempre que descubrimos un lugar nuevo pensamos en cómo sería grabar una escena allí. Lo mismo nos pasa con las personas. Yo había estado en Menorca durante los años 80, y hace tres años, mi amigo Miguel Ángel me invitó a pasar unos días a la isla. Me encantó el ambiente tranquilo que se respiraba. Conocí a los amigos de Miguel Ángel, y medio en broma, propuse hacer un film con ellos. Y se convirtió en realidad.
- En Isla bonita habla de las relaciones personales y de cómo superar una crisis vital. ¿Qué hay de verdad?
- Mucha verdad hay. Hay partes que son ficción, pero en los más cotidiano se mostraba la verdad. Por ejemplo, todo lo que se habla de publicidad en el film es verdad; yo he trabajado de publicista. La intención del film es que cada actor creara su propio personaje.
- De hecho, la mayoría de nombres propios son reales.
- Es una cuestión práctica, porque si no nos equivocábamos de nombres en las improvisaciones.
- ¿Cuál es la intención de Isla bonita?
- Expresarme y dar a conocer cosas. En este caso, con libertad y poco dinero.
- Me recuerda a Woody Allen…
- Todo el mundo me lo dice. Él es un cómico que hace frases ingeniosas y yo interpreto de una manera más clásica.
- ¿Cómo se consigue esto de hacer reír y a la vez llegar al corazón?
- No pretendo nunca hacer reír. El público es listo, y si se da cuenta de que queremos hacerles reír aposta no se ríen. Pero he descubierto que tengo una vertiente cómica. En vez de hacer comedia, intento hacer un drama, y entonces sale esta mezcla.
- ¿De qué trata su Opera Prima Tigres de papel?
- También habla de relaciones personales. Me inspiré en unos personajes reales; los visite y los conocí hasta saber cómo reaccionaban y cómo se expresaban. Era una de las primeras películas sin censura, en el año 1977. Mostraba la transición política y sentimental.
- ¿Recuerda el día del estreno?
- Sí. Fue en el Festival de Cine de San Sebastián. Carmen Maura, protagonista de Tigres de papel, me acompañó. A los cinco minutos de empezar la proyección, el público empezó a reírse a carcajadas. No lo entendíamos, nos quedamos sorprendidos. Nuestra intención era hacer un drama. Me dirigí a Carmen y le dije: a partir de ahora diremos que el film es una comedia.
- ¿Qué es la comedia madrileña?
-Era el cine de la transición. Un cine distinto, en el que los actores eran más creíbles y el sonido era en directo. Fue un profundo cambio generacional marcado por las condiciones políticas del momento.
- ¿Sobre qué le gusta escribir y hacer películas?
- Sobre lo que conozco. Para mí elaborar una película es una manera de reflexionar sobre algo que ya conozco o bien es una forma de intentar conocer algo nuevo. Pero siempre partiendo de lo real. Cuando trabajas con material de verdad, sale un producto auténtico.