Los productores abren las puertas del campo

Agricultores, ganaderos y pescadores organizan tres días de visitas gratuitas para mostrar su mundo a la ciudadanía

31 mayo 2017 15:56 | Actualizado a 24 noviembre 2017 19:59
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Romper barreras entre productor y consumidor para que compartan experiencias, intercambien impresiones y se conozcan. Son solo algunos de los objetivos que persigue una iniciativa que arrancó el año pasado y que busca acercar el mundo agrario a la ciudadanía. Se trata de Benvinguts a Pagès, un fin de semana en el que explotaciones de todo el país –muchas de ellas en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre– abrirán las puertas de sus campos para enseñar sus cultivos, su ganado, sus barcas o sus obradores. 

Los protagonistas son precisamente los productores que, de forma gratuita, explican y enseñan su actividad al visitante. Y lo hacen de forma directa. Sin etiquetas. Sin intermediarios. Incluso les brindan la posibilidad de participar de forma activa. Y degustar sus productos.  Es una propuesta integral, impulsada por la Fundación Alicia y la Generalitat, donde participan numerosos establecimientos. Pero no solo productores, sino que también se suman al proyecto restaurantes, alojamientos y otras actividades complementarias, la mayoría de ellas dirigidas al público familiar. 

No solo participan productores. También hay restaurantes, alojamientos y otras actividades complementarias

‘Quedamos muy contentos’

«Nosotros ofrecemos visitas por nuestra finca. Un paseo por los almendros, los olivos y entre los avellanos, junto a la masía», explica Ester Gomis, agricultora e impulsora de Ca Rosset, en Vilallonga del Camp. Bajo un gran tilo, harán una pequeña degustación de sus productos. Es la segunda vez se celebra Benvinguts a Pagès. Y Ca Rosset repite. «Estuvimos muy contentos el año pasado. Sobre todo vinieron familias. Algunas, de Tarragona, pero la mayoría del área metropolitana de Barcelona», explica Gomis. No hace falta reserva previa. Estarán esperando. Optimistas y con ganas de romper los estigmas que rodean su profesión. Quieren dar a conocer su trabajo y los productos que cultivan. Para que los visitantes conozcan la vida ‘a pagès’ entre bambalinas.

Bet Carbonell es la responsable de Llépol, una pequeña empresa productora ubicada en Vila-rodona. El año pasado el tiempo se les tiró encima y no llegaron a participar. Les pilló en medio de la cosecha de la cereza . Pero este año será diferente. También coincide con la cosecha, pero se han organizado de otra forma. «Iniciativas como esta suponen la posibilidad de que la gente pueda ver cómo trabajamos», explica Carbonell.  «Está muy bien preparar jornadas de puertas abiertas en explotaciones que hacen venta directa. Es la única forma de conocer de cerca cómo trabajamos», añade , señalando el potencial que tienen este tipo de iniciativas para ayudarles a darse a conocer. En su caso, los visitantes podrán coger cerezas, probarlas, así como degustar también otros productos que elaboran como mermeladas, jaleas y agridulces.

«Si esta acción se pudiera hacer más de una vez al año estaría muy bien, sobre todo enfocado al turismo que llega de Barcelona», manifiesta. Carbonell cree que es importante hacer pedagogía «para enseñar a la gente que los agricultores somos más que payeses. Somos empresarios agrícolas y estamos en todo. Además de producir alimentos, el paisaje, sin nosotros, tampoco sería lo que es». En Llépol se están planteando iniciarse en el mundo de las visitas guiadas. Y este fin de semana será un primer paso. Una pequeña prueba piloto para ir caminando hacia esta dirección.

El nacimiento de un ternero

«Para nosotros es una buena oportunidad para dar a conocer nuestras explotaciones, nuestros productos y nuestro trabajo, que conozcan el día a día en el campo, que vean los animales, cómo viven. Y si hay suerte, podrán ver el nacimiento de un ternero, que está a punto», explica Joan Pallisa, ganadero que se dedica a la cría de vacas en Rasquera y que participa por primera vez en estas jornadas.

Pep Llauradó tiene su negocio en Alforja. Es el Celler Mas del Botó. Ya hacen visitas enoturísticas, pero confían que una iniciativa como esta les ayude a tener más visibilidad. Sobre todo en su entorno más cercano. «A veces las personas más próximas son las que menos te conocen. Y este fin de semana de puertas abiertas es un gran escaparate», apunta Llauradó. Harán una visita comentada del cultivo de la viña. Y después, mostrarán la bodega. «Enseñamos los antiguos cups de vino del siglo XVII, y las nuevas instalaciones. Acabamos con una cata, y con algo para picar», cuenta. Mostrarán también el enclave paisajístico donde se ubica la bodega. Ya tienen reservas de grupos. Llauradó, de hecho, se siente optimista.

Muchos productores lamentan la distancia que les separa del consumidor. Y el poco conocimiento que existe de su mundo. Poco a poco se van haciendo un hueco. Sobre todo, los jóvenes empresarios que deciden apostar fuerte por cultivar sus tierras. Lo van consiguiendo, pero muy lentamente. Y ganarse la vida, por supuesto, no es fácil.

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