El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha confirmado que las fuerzas armadas de Israel han abatido a Mohammad Sinwar, hermano menor del exlíder de Hamás, Yahya Sinwar, quien fue eliminado en octubre. Aunque la semana pasada ya había insinuado que el nuevo dirigente islamista habría muerto durante una operación militar, la confirmación oficial no se había producido hasta ahora.
Por otro lado, la distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza sigue activa. La Fundación Humanitaria de Gaza, una entidad estadounidense encargada por Israel de gestionar la entrega de productos básicos, ha alcanzado ya a 80.000 personas, pese a los rumores iniciales de una suspensión. La agencia Reuters llegó a informar erróneamente de la interrupción de esta actividad tras los disturbios del martes, pero más tarde corrigió la información al confirmar que su fuente provenía de un perfil falso en redes sociales.
Durante el primer día de reparto, cientos de personas se precipitaron hacia los puntos de distribución de ayuda en Rafah, desbordando las barreras de seguridad instaladas por la fundación. Esta organización, integrada por exmilitares de EE. UU., empresas privadas de seguridad y personal humanitario, opera bajo supervisión estadounidense e israelí. El ejército israelí respondió a la multitud con disparos, lo que provocó víctimas.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, los incidentes dejaron un joven de 19 años muerto y otras 48 personas heridas. No obstante, el canal Al Jazeera informó de tres fallecidos. Las Fuerzas de Defensa de Israel sostienen que únicamente realizaron disparos de advertencia, mientras que las autoridades gazatíes aseguran que los soldados dispararon directamente contra civiles que se encontraban allí por necesidad extrema.
Netanyahu, al referirse a los hechos, reconoció los desórdenes pero aseguró que fueron breves. Explicó que se había diseñado un plan conjunto con Estados Unidos para establecer zonas seguras de distribución, donde una empresa norteamericana se encargara de repartir alimentos entre las familias palestinas. «Hubo una pérdida momentánea de control, pero logramos recuperarlo rápidamente», declaró.
Ajith Sunghay, responsable de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU para los Territorios Palestinos, confirmó que 47 personas resultaron heridas en los altercados. También expresó su preocupación por la forma en que se está gestionando la ayuda, calificándola de peligrosa y señalando que la ONU ha decidido no colaborar con la fundación al considerar que carece de imparcialidad. Naciones Unidas también advirtió del riesgo de desplazamientos forzados derivados de esta situación.
Tras más de tres meses de bloqueo, Israel ha vuelto a permitir el ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, aunque en cantidades muy limitadas. La profunda crisis humanitaria que atraviesa la región se ha agravado, y los recientes disturbios reflejan el grado de desesperación de la población, que por primera vez accedía directamente a alimentos básicos.