La noche de ayer, en Salou, no fue una cualquiera. Dejó a sus habitantes y a los turistas emocionados y con ganas de que continuaran las Nits Daurades unos días más. Y es que se les hizo muy corto. No obstante, ayer mismo se ponía punto y final a aquella etapa, con unos sublimes fuegos artificiales que conmovieron a la gente.
Los cielos se llenaron de vida con el espectáculo de luces que cubrió toda la cúpula nocturna de la ciudad costera. Sus asistentes alzaban las cabezas al cielo, expectantes, como si estuvieran esperando la salida de un artista al escenario. Su caso, pero, era totalmente distinto porque pretendían coger el mejor sitio para deleitarse con las luces nocturnas. Querían poder apreciar aquellos fuegos artificiales, con todo detalle, desde primera fila.
Algunos consiguieron hacerse con las mejores zonas para admirar los cielos iluminados. Fueron bastante intuitivos, e imaginaron que, en el último momento, los mejores huecos estarían cogidos o reservados, por lo que tomaron asiento mucho antes de que se anunciara el inicio del evento. Aun así los fuegos artificiales no darían comienzo en la ciudad hasta cerca de las once menos cuarto de la noche. Estos tuvieron una duración aproximada de unos irrepetibles 15 minutos, que nos dejaron a todos con la boca abierta.
En Salou se congregaron distintas generaciones, de toda clase y de todas las edades. Nos encontrábamos desde los más pequeños que corrían a subirse a las espaldas de sus padres para poder admirar los fuegos desde arriba, hasta jóvenes, adultos e incluso ancianos, que acudían con el fin de pasar una velada romántica junto a sus parejas, en una noche tan especial como la de ayer.
La euforia se desataba con cada fuego que salía disparado. Al estallar, en el aire, dejaba entrever una magnífica estampa de colores, que bañaba los cielos de aquella pequeña aunque maravillosa ciudad.
La otra gran cita de la jornada fue la Processó de la Mare de Déu. Como de costumbre, salió de la iglesia Santa Maria del Mar para dirigirse hacia el Espigó del Moll e iniciar el recorrido marítimo. Los pescadores volvieron a estar presentes. Fue la gran nota tradicional de unas fiestas que año tras año son multitudinarias.