Artesanos de Catalunya ultiman los elementos que coronarán la Torre de Jesús de la Sagrada Familia

Artesanos del Vallès Oriental están completando los elementos que darán forma a la Torre de Jesús de la Sagrada Familia de Barcelona, una obra en la que han participado escultores y productores de cerámica y vidrio con más de un siglo de experiencia. Su trabajo conjunto permitirá culminar uno de los ámbitos más emblemáticos de la que será la basílica más alta del mundo, rematada por una cruz luminosa tanto por dentro como por fuera, que además hará función de mirador. Los artesanos destacan que la Sagrada Familia “no debería terminar nunca”, ya que más de un siglo de construcción ha impulsado la evolución de sus habilidades y conocimientos, adaptándose a la geometría gaudiniana y a los avances tecnológicos.

El proyecto arquitectónico de la Sagrada Familia desborda los límites de la creatividad partiendo del imaginario de Antoni Gaudí, cuyo sello artístico se refleja en formas retorcidas, contrastes cromáticos y el uso del trencadís. Estos elementos conviven con materiales y técnicas que han ido evolucionando a medida que el templo ganaba altura y complejidad.

La huella de las empresas del Vallès Oriental ha sido especialmente destacada gracias a la participación de tres compañías especializadas en cerámica, vidrio y granito, todas ellas con un sólido legado familiar que abarca varias generaciones.

Cerámica para vestir la cruz

La firma Ceràmica Cumella, con cinco generaciones dedicadas al oficio, ha elaborado el revestimiento exterior de la cruz que coronará la Torre de Jesús. Toni y Guillem Cumella, al frente del taller, trabajan exclusivamente por encargo y acumulan experiencia en restauraciones emblemáticas como el Park Güell, la Casa Batlló o la cubierta del Mercat de Santa Caterina.

Para la cruz han producido 15.000 piezas de entre 500 y 600 tipologías distintas, adaptadas a la compleja geometría de la estructura. Incluyen piezas planas y volumétricas con pirámides positivas y negativas. También han trabajado con siete tonalidades distintas de blanco brillante, inspiradas en un pasaje bíblico en el que los apóstoles describen la túnica de Cristo como la más blanca jamás vista. Las piezas se están ensamblando en una ciudad cercana a Düsseldorf (Alemania) antes de su envío a Barcelona.

Vidrios prismáticos inéditos

El revestimiento de vidrio de la cruz ha supuesto uno de los mayores retos técnicos del proyecto. La empresa Cricursa, de Granollers, especializada en vidrio curvado, ha desarrollado una tecnología inédita para fabricar los “vidrios prismáticos” ideados por Gaudí. El proceso ha exigido más de tres años de investigación, prototipos y ensayos.

La cruz incorporará 144 unidades de vidrio prismático formadas por mosaicos de pequeñas pirámides en forma de diamante capaces de descomponer la luz. Según el CEO de Cricursa, Ferran Figuerola, se trata de vidrios “que no se habían hecho nunca”. El avance tecnológico derivado de este proyecto permitirá a la empresa aplicar las nuevas habilidades en futuros encargos de alta complejidad.

La piedra que da vida al interior

Granits Barbany, empresa de Llinars del Vallès con más de 130 años de historia, se ha encargado del revestimiento interior de la cruz. Han elaborado unas 600 piezas de ónix blanco procedente de Afganistán y distintos países sudamericanos. Este material, muy translúcido, busca generar desde el interior una sensación “celestial”. La compañía también trabaja en el conjunto escultórico de la capilla de la Asunción, utilizando piedra sorrenca de Lleida para obtener detalles muy finos, especialmente en expresiones faciales y cicatrices de los santos representados.

La empresa ha evolucionado incorporando robots de seis ejes capaces de realizar cortes extremadamente precisos, una modernización impulsada por los exigentes plazos y requerimientos de la Sagrada Familia.

Cuando la Torre de Jesús esté terminada, el Vallès Oriental podrá contemplar con orgullo el punto más alto de la basílica, sabiendo que la gran obra de Gaudí llevará para siempre la huella de sus artesanos, herederos de conocimientos transmitidos generación tras generación y ahora parte de la historia de la arquitectura religiosa mundial.