Diez alcaldes decidirán la suerte del referéndum en Tarragona

La incertidumbre no sólo atañe al PSC. Ediles del PDeCat como Poblet o Pellicer no se han posicionado con contundencia. Seis alcaldías, de las diez principales, con dudas

23 julio 2017 09:15 | Actualizado a 17 noviembre 2017 16:55
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Serán, en parte, los que tengan la última palabra para decidir si su ayuntamiento colabora en el dispositivo del referéndum del 1-O. La llamada a las urnas pone en el punto de mira a algunos alcaldes de las ciudades más importantes de la provincia. Si bien buena parte del mundo local en la provincia ha expresado su apoyo a la consulta, está por decidir y concretar cuál será la implicación de algunos de los municipios más importantes e incluso la de aquellos alcaldes que, pese a pertenecer al PDeCat, no se han mostrado a favor del 1 de octubre. 

Entre los diez municipios más poblados –gobiernan sobre el 60% de la población–, han exhibido su apoyo el alcalde de Valls, Albert Batet (PDeCat), el de Amposta, Adam Tomàs (ERC), el de Tortosa, Ferran Bel (PDeCat), y la alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza (ERC). Son únicamente cuatro de diez.

Por otro lado, seis, básicamente del PSC pero también del PDeCat, no se han desvelado clara y públicamente a favor del referéndum o han tirado, de momento, balones fuera. Todos ellos incluyen a 343.801 personas de la provincia que, a dos meses del referéndum, no tienen ayuntamientos que garanticen votar. 

Un ejemplo es Pere Granados, alcalde de Salou, que juega al despiste con el 1-O. En un pleno reciente, votó en contra de una moción del PP que exigía el rechazo a la consulta pero anunció que no cederá espacios, ni medios ni recursos municipales. «En ningún caso contribuiremos cediendo espacios destinados a dar apoyo a procesos que no tengan cobertura legal o contravengan resoluciones de los juzgados o tribunales», dijo Granados, que añadió: «FUPS no estará nunca con aquellas iniciativas o procesos que no tengan garantías legales o no tengan un absoluto respeto hacia el actual Estado democrático y de derecho». 


En Vila-seca se han aprobado en sesiones plenarias y por amplia mayoría la adhesión al Pacte Nacional pel Refrèndum y por el derecho a decidir. Por lo tanto, el municipio de la Costa Daurada sí ha mostrado, de manera institucional, su predisposición a que se celebre una consulta. El alcalde, Josep Poblet (PDeCat) se ha mostrado siempre partidario de un "referéndum legal". 

Tampoco está clara la posición del alcalde de Calafell, Ramon Ferré. Mientras el pleno ha aprobado ceder espacios para el 1-0, el edil, del PSC, se abstuvo en la votación, aunque luego aseguró que no tendrá «ningún inconveniente» en facilitar equipamientos municipales siempre y cuando la pteición llegue por parte de un «organismo oficial» y sin comprometer a los funcionarios. «Como no sabemos de qué estamos hablando ni si se celebrará aunque haya un clamor popular que lo pida, no sabemos cómo tendremos que actuar», agregó Ferré. 

Otra situación algo más o menos ambigua es la que se vive en Reus. El alcalde, Carles Pellicer, ha rechazado posicionarse con claridad a favor del 1-0, a pesar de que el pleno tumbó la moción del PP para rechazar el referéndum. La máxima autoridad municipal apuntó que siempre defenderá el derecho a decidir y votar «a pesar de los ataques puedan venir, vengan de donde vengan». 
Además, se comprometió a actuar con responsabilidad y «siempre que se considere, las decisiones irán acompañadas con informes de secretaría». «Haré lo que toque cuando sea necesario», dijo. El alcalde contestó a una pancarta que las JERC desplegaron durante el debate de la moción donde se leía: «Baiget no lo tenía claro. Pellicer ¿y tú?», además de reclamar que «ponga las urnas». Pellicer aseguró «que no dude nadie» que hará «lo que toque, cuando sea necesario», pero reclamó que «dejen de atacar y presionar» porque «no son tiempos para rencores sino para la reflexión y el saber hacer». Sostuvo que hay que actuar con prudencia para preservar el valor «más preciado», la unidad social. 

En el Ayuntamiento del Vendrell, también se impone, de momento, el standby. El alcalde socialista, Martí Carnicer, está a la expectativa para saber cómo actuar. Asume en buena parte la postura generalizada del PSC, que en Tarragona alcanza su versión más contundente. El consistorio de la capital de provincia ha aprobado una moción en contra del referéndum, suscitando la división y las protestas por parte de grupos independentistas.  

 

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